¡Lo que hay que ver!

14/06/2014 - 12:02 am

Se desató un gran alboroto que duró varios días cuando se supo que los Magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tendrían una pensión vitalicia del 100%. Muy ofendidos, primero dijeron que no querían un solo centavo. Luego rectificaron y quedó en dos años.

Tal vez envalentonados por tan jugoso antecedente, esta semana los magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal retocaron su Ley Orgánica para ajustar su “haber de retiro”: era del 70% durante los dos años siguientes a su separación del cargo; lo subieron al 100 por ciento. A partir del tercero era del 50% y quedó en 70%, por el resto de sus vidas.

Estas son sólo dos muestras del desprecio que gobierna la razón de los más altos y empoderados jueces del país y de su capital, quienes en teoría deberían velar por los intereses de la sociedad, en vez de gobernarse a sí mismos pasando por encima de la población. No están solos en su desdén: Videgaray dice que no hay recesión, y el Ceesp declara que Hacienda debe aceptar que sí la hay. El año pasado, durante el que se frenó el gasto público, el personaje afirmó que en 2014 se abrirían las compuertas para asegurar que al fluir los recursos se detonara el crecimiento económico del país. Las compuertas siguen cerradas. Día tras día se ven sus consecuencias a nivel banqueta -no en las alturas, ya se sabe-; y de pilón se endurece la fiscalización a las personas físicas, que a penas salen adelante, y se les suaviza a los consorcios. Ante el saliente monarca español dice Peña Nieto que la violencia es un problema de zonas, no del país… mientras firma aún más contratos con empresas ibéricas de energía.

El bello panorama que desparraman los discursos oficiales chocó contra una reciente declaración de Lula da Silva, cuando dijo que lo invitaron a México, vino, vio, y que todo está peor que en Brasil. No es para extrañarse. Luego, el diario The Economist les dio dos palos a los auto elogios oficiales en la misma semana, las calificadoras bajaron las expectativas de crecimiento,… Me recuerda a una señora mayor, amiga de la tía Natalia, a quien subieron a la montaña rusa en Disneylandia para que la conociera, y gritaba “¡Ya bájenme de esta pendejada!! Me siento igual.

El colmo del cinismo, que seguramente será superado antes de que termine de escribir estas líneas, es el autogol que se metió la Cámara de Senadores con el asunto del fútbol. Luego de asegurar que eso de suponer que la sociedad preferirá ver los partidos que enterarse de los temas verdaderamente importantes de la nación, era considerarnos casi incapaces de pensar, de preocuparnos por lo trascendente. Los juristas se ventanearon al recorrer su horario de “trabajo” el jueves pasado para alcanzar a ver el partido inaugural del Mundial. Se ve que estaban seguros de que, sin esta modificación, las curules estarían vacías.

P.D. Me faltó un colmo: el miércoles se discutía en el Senado el formato para dictaminar sobre las leyes secundarias en materia energética. No se ponían de acuerdo los partidos. Entonces Emilio Gamboa Patrón exigió que continuara el proceso, con una contradicción que se vuelve superlativa en boca de un Senador de la República: “Olvidémonos de si es legal o no. La izquierda dice que es ilegal, nosotros que es legal; no hay un juez aquí, así que pongámonos a discutir la esencia de lo que es la reforma.” Eso dijo. ¡Lo que hay que ver! Le propongo a usted una alternativa: escuchar el discurso de Julio Anguita González en YouTube, a propósito de la apatía que hunde a México.

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