Pemex está a punto de declararse en quiebra, se declaró en riesgo de declararse en impago ante sus acreedores y "es posible que no pueda continuar operando".
El Presidente Andrés Manuel López Obrador anhelaba levantar la empresa petrolera para convertirla en un caso de éxito, pero el sueño se ha transformado en una pesadilla para el mandatario, afirmaron analistas.
Por Pedro Pablo Cortés
México, 14 de mayo (EFE).- La perla más valiosa del Estado mexicano sigue en caída libre hasta el punto de que Petróleos Mexicanos (Pemex) está a punto de declararse en quiebra cuando ha sido durante décadas la fuente inagotable de recursos públicos.
Pemex está en riesgo de declararse en impago ante sus acreedores y "es posible que no pueda continuar operando", reconoce la empresa estatal en su último reporte anual remitido a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC).
Cuando llegó al gobierno en diciembre de 2018, el Presidente Andrés Manuel López Obrador anhelaba con reflotar Pemex para convertirla en un caso de éxito y una fuente copiosa de fondos para sus programas sociales.
Aquel sueño se ha transformado en una pesadilla para el mandatario, ¿pero qué le ha pasado a Pemex? ¿Por qué es hoy la empresa petrolera más endeudada del mundo y sus bonos son basura para algunos inversores?
Rosanety Barrios y Carlos Huerta, analistas con décadas de experiencia en el sector energético mexicano, explican a Efe los siete principales problemas que afronta Pemex.
1. PÉRDIDAS HISTÓRICAS
La petrolera perdió 23 mil 913 millones de dólares en el primer trimestre del 2020, una cifra más de quince veces mayor a la del mismo período del año anterior.
En tan solo tres meses, Pemex perdió más que todo 2019, cuando registró pérdidas por 18 mil 367 millones de dólares, casi el doble de los 9 mil 575 millones de dólares que también perdió en 2018.
La compañía tiene dos problemas estructurales y uno coyuntural, apunta Huerta, quien fue asesor de Economía Política de la Energía en el Consejo de Administración de Pemex.
"El primero es la sangría fisco-financiera que desangró a Pemex durante casi cuatro décadas para financiar el gasto del gobierno; segundo, la caída en la producción petrolera nacional, y tercero, el desplome de los precios del petróleo", expone.
2. LA CRISIS DEL PETRÓLEO
A los problemas históricos se suman la crisis del coronavirus SARS-CoV-2 y el conflicto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y aliados (OPEP+), lo que ha derivado en una sobreoferta y una subdemanda del hidrocarburo.
Por ello, la mezcla mexicana del petróleo alcanzó dos mínimos históricos el mes pasado: un precio negativo de -2.37 dólares por barril el 20 de abril, y uno de 6.55 dólares el 27 de abril.
Aunque se ha recuperado a 21.95 dólares por unidad en su última jornada, esto es un 61.27 por ciento menor a los 56.67 dólares de principios de año.
"En este contexto, Pemex se encontrará bajo una fragilidad financiera considerable debido a que apenas si podrá recuperar sus costos de producción y será imposible hacer frente a sus obligaciones financieras", advierte Huerta.
3. LAS CALIFICADORAS
Ante este panorama, las tres principales agencias internacionales rebajaron la calificación de Pemex en los últimos meses, con un grado de especulación de Moody's y Fitch Ratings, y uno de inversión de Standard & Poor's.
"Lo que están diciendo las calificadoras es que Pemex no tiene, con la situación operativa que enfrenta, posibilidad de garantizar que sea capaz de pagar su deuda", detalla Barrios, quien fue jefa de la Unidad de Políticas de Transformación Industrial de la Subsecretaría de Hidrocarburos.
4. LA DEUDA
Estos factores complican el pago de la deuda financiera de Pemex, que alcanzó los 104 mil 800 millones de dólares en el primer trimestre del año, 24.2 por ciento más que al cierre de 2019.
El total de pasivos subió un 7.8 por ciento hasta 179 mil 541 millones de dólares.
La petrolera lo atribuye a la apreciación del dólar, que cotizó en 23.51 pesos en los primeros tres meses de 2020, lo que provocó una pérdida cambiaria de 469 mil 200 millones de pesos (19 mil 957 millones de dólares).
5. LOS COSTOS
Las cifras de Pemex reflejan que pierde 22 dólares brutos por cada barril producido y 12 dólares por cada refinado, afirma Barrios.
Además, dice la analista, el reporte de la SEC muestra una vida útil restante de 11.7 años para los campos de la empresa, por lo que necesitaría "de manera muy dramática" reforzar su exploración.
"Es un hecho que el costo de producción de Pemex viene al alza y no podría bajar porque los campos más importantes son campos que están en etapa de agotamiento, por lo tanto su exploración es cada vez más cara", advierte.
6. LA ESTRATEGIA OFICIAL
Pese a estas cifras, el gobierno de López Obrador presumió del aumento de 3.7 por ciento en la producción de crudo y condensados de Pemex, hasta los mil 759 millones de barriles diarios (Mdb).
López Obrador prometió que en mayo la petrolera refinará un millón de barriles diarios.
Asimismo, Pemex cuenta con apoyos del Gobierno federal por hasta 156 mil 158 millones de pesos (más de 6 mil 400 millones de dólares) para 2020, según los analistas.
Pero, al criticar que se "obligue a Pemex a producir sin importar la rentabilidad", Barrios considera que esta no es la dirección correcta.
En tanto, Huerta asegura que el Plan de Negocios de Pemex vigente es "ya solo un documento histórico".
"Habrá que replantear una nueva estrategia petrolera bajo un escenario energético y económico totalmente diferente y adverso", opina.
7. EL RESCATE
Los analistas concluyen: el Gobierno federal tendrá que rescatar a Pemex.
Con un panorama "muy sombrío", Huerta percibe que el Gobierno y la empresa necesitarán endeudarse para cumplir sus obligaciones financieras.
El problema, advierte Barrios, es la relación estrecha entre las finanzas públicas de México y las de Pemex.
"Ahora habrá que rescatarla y eso va a comprometer recursos del erario nacional en el peor momento de la historia, justo cuando el PIB viene hacia bajo, cuando la recaudación fiscal baja y cuando se van a requerir apoyos directos para la ciudadanía", manifiesta.
Toda una tormenta perfecta sobre Pemex en un momento histórico sin precedentes para el precio del petróleo y a las puertas de una recesión económica de dimensiones todavía impredecibles para México y el mundo.