Infectólogos remarcan la singularidad de esta persona y advierten que los portadores no deben suspender sus tratamientos.
Ciudad de México, 14 de marzo (RT).- El caso de una mujer con VIH en Argentina que hace 12 años mantiene niveles indetectables de carga viral, sin tomar medicamentos del tratamiento antirretroviral, está llamando la atención de expertos y médicos, al tratarse de un caso único que podría incentivar nuevas investigaciones sobre cómo afrontar la enfermedad.
La portadora, identificada como “paciente de Buenos Aires”, tiene 56 años y fue diagnosticada en 1996. El avance clínico tuvo notoriedad en la comunidad científica luego de que la revista especializada de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (IDSA) difundiera esta particularidad para la medicina.
Recientemente las médicas argentinas, junto con investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés), publicaron un artículo sobre el caso en la revista Open Forum Infectious Diseases.
El caso forma parte de “un grupo muy reducido de personas en el mundo, menos del 15 por ciento de las que viven con VIH”, le dice a Télam la infectóloga Isabel Cassetti, quien atiende a esta persona. “Por algún motivo, dejaron el tratamiento y lograron controlar la replicación del virus y mantenerlo indetectable”, acota.
La posibilidad de un diagnóstico falso es poco probable, opinan los autores del estudio. En particular, indican que se confirma por varios factores, entre ellos la baja concentración de linfocitos CD4, una mejora clínica tras terapias típicas contra el VIH y la detección del ARN del virus en tres muestras separadas por dos centros médicos.
Más allá de este pequeño segmento de infectados, lo sucedido con esta paciente de la capital argentina es atípico porque fue diagnosticada con un grado avanzado de la enfermedad, mientras que la mayoría de las personas que controlan al VIH postratamiento recibió un diagnóstico temprano.
También se trata de algo fuera de lo común porque la mujer perdió los anticuerpos: “Esto quiere decir que si se le hace hoy un test de Elisa [examen serológico] no se detecta que tiene VIH”, detalla Cassetti. Ello, añadido a que lleva varios años con una ínfima carga viral, “lo cual es mucho tiempo”.
“HABLAMOS DE REMISIÓN Y NO DE CURA”
Al comienzo, aquella mujer con el virus de la inmunodeficiencia humana tomó medicamentos durante una década, pero en 2007, tras presentar efectos adversos —aumento de los triglicéridos, del colesterol y lipodistrofia—, la ingesta de pastillas comenzó a ser irregular. Sobre ello, la doctora comenta: “En aquella época usábamos drogas que hoy ya no usamos, era más cantidad y más tóxicas”.
Con el paso de los años, los especialistas en el área determinaron que los tratamientos no deben interrumpirse, pero por aquel tiempo se acordó con la paciente la suspensión y realizar un seguimiento de su evolución. “Le hacíamos pruebas todos los meses y lo que notamos era que los CD4 [un tipo de moléculas] seguían bien y que la carga viral permanecía indetectable”, detalla la médica.
Igualmente, Cassetti subraya que sería un error decir que la paciente está curada por completo, ya que aunque no se detecte el VIH en la sangre, sí aparecieron fragmentos del virus en los ganglios linfáticos, es decir, lugares donde se pueden alojar y permanecer sin que las drogas lleguen a eliminarlos. Esto, sumado a células cerebrales con restos de ADN del VIH.
“Hablamos de remisión y no de cura, porque la cura implicaría que no hay virus en la sangre ni en los reservorios”, destaca la especialista. “Lleva 12 años en esta condición y no sabemos qué puede pasar en el futuro, de hecho sigue con sus controles habituales”, agrega. Igualmente, si el virus es indetectable, no hay riesgos de transmisión a terceros, afirma la infectóloga.
Por otro lado, esa doctora dice que no está clara la causa de este buen resultado, pero “pueden haber factores genéticos e inmunológicos”. Ahora, se abre la posibilidad de estudiar más en detalle el caso y utilizar esta experiencia como referencia para otros enfermos. Antes, ya se conocían los antecedentes del “paciente de Londres” y el “paciente de Berlín”, que también controlaron la enfermedad, pero se diferencian porque recibieron trasplantes de médula ósea.
Para concluir, la entrevistada remarca que lo ocurrido en Buenos Aires es “excepcional”, y enfatiza: “Queremos transmitir que no podemos suspender los tratamientos, y que es gracias a esta medicación que las personas con VIH tienen una esperanza de vida, igual que las demás y con buena calidad”.