EL AMOR EN TIEMPOS DE ELECCIONES

14/02/2012 - 12:00 am

Los Estados no son sólo políticos: son amorosos.

J.A. Miller

La necesidad de un gobernante que nos escuche,  comprenda, apoye, ayude y quiera se apega irónicamente a lo que buscamos en una pareja. Elegir a un presidente debería ser, en cierto modo,  como elegir a un compañero sentimental. A cuatro meses y medio de las Elecciones presidenciales del 2012, los precandidatos se han estado encargando de conseguir el voto de los ciudadanos con propuestas que involucran el desarrollo social y económico de México, pero ¿Qué están haciendo Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador para ganar nuestros corazones?

CONQUISTANDO CON LA VOZ

Hablarnos bonito. La oratoria es un don, no sólo de políticos, también de aquellos conquistadores que seducen con la labia. Los precandidatos incluyeron la palabra amor en su discurso para llegar a lo profundo de las emociones.

De acuerdo con el filósofo Baruch Spinoza, los tratados políticos deben contener las palabras alegría y tristeza –que en su Teoría de los afectos son los sentimientos primarios- antes de integrar la palabra amor y odio a sus discursos. De los primeros sentimientos base se derivan los otros dos; sin embargo, en la realidad no funciona así.

Andrés Manuel López Obrador, precandidato por las Izquierdas a la Presidencia de la República, fue el primero de sus contrincantes que se dirigió a la sensibilidad de los votantes con la propuesta de una República Amorosa.  En una entrevista en noviembre pasado con Carmen Aristegui, López Obrador explicó el concepto, y dijo que lo que propone es fortalecer los valores.  “El amor a la familia, el amor a la patria. Eso es fundamental. Un código moral. Impulsar eso. Llegar a la conclusión de que sólo siendo buenos podemos ser felices. No es un discurso político, religioso, es una doctrina, una filosofía”.

También en noviembre, Enrique Peña Nieto se unió al discurso amoroso de campaña en su registro como precandidato presidencial por el PRI.  El ex gobernador del Estado de México se refiere a un amor hacia la nación  y a su partido, lo que lo impulsa a llegar Los Pinos.

“Estoy aquí por la misma razón que ustedes, porque nos inspira el amor por México y el sueño de lograr un mejor país. Me emociona ver sus rostros, sus sonrisas, su alegría y el deseo de transformar nuestra patria”.

Apenas el pasado enero, en Ixmiquilpan, en la toma de protesta de Cipriano Charrez como alcalde, la precandidata por el PAN, Josefina Vázquez Mota, manifestó que el amor era lo que unía a las familias y la sociedad, por lo tanto era necesario que en toda acción de política se impulsaran y retomaran. Asegura que la política debe ser de servicio a los ciudadanos y de entrega en todos los sentidos y que para eso se necesita de amor a la patria.

“Porque con amor hemos dado a luz a nuestros hijos, les hemos enseñado a caminar, con amor les hemos enseñado las primeras letras, con amor hemos construido nuestros hogares y cada vez que hacemos la comida o hacemos algo por la familia, lo hacemos porque los amamos y eso mismo lo haremos por México, porque ha llegado el momento, no sólo de hacer política por puro interés, ha llegado el momento de hacerlo también por nuestros hijos”.

Cabe mencionar que la panista había integrado el vocablo amor en su campaña como diputada con el slogan “Por Amor a México”.

 

VERDADERAS INTENCIONES

Sinceridad. Los discursos de los aspirantes a la presidencia son conmovedores y convincentes, hay que esperar a ver si son ciertos. Sería bueno tener la capacidad de los afásicos de escuchar la verdadera intención de las palabras y que no sean sólo eso. Oliver Sacks, escritor clínico londinense, habla en “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” sobre la afasia, un desorden del lenguaje que deteriora la comprensión y expresión del lenguaje. En una sala de un hospital psiquiátrico había varios pacientes afasia. Ellos reían mientras escuchaban el discurso de un presidente en la televisión. Oían las palabras, pero no las creían. Su afección consistía en la capacidad de entender la verdadera intención del discurso del presidente.

 

CON EL EJEMPLO SE PREDICA

Confianza. Otra cualidad fundamental en una relación es la confianza. Los precandidatos buscan ganarse la confianza de los ciudadanos con propuestas; sin embargo, hasta que éstas no se hagan realidad, se quedan sólo en intención. Y como las acciones valen más que mil palabras, buscar en el pasado ayuda en este proceso. Las experiencias personales de los precandidatos hablan mucho de ellos mismos.

Josefina Vázquez Mota mantiene una postura más hermética en este aspecto. La panista procura no mezclar su vida privada con la pública. Sergio Ocampo ha sido su pareja sentimental desde que ella tenía 15 años, se conocieron en la Vocacional y ahora tienen tres hijas, Celia, María José y Montserrat. Su vida sentimental se enfoca más a la vida familiar.

Recientemente, una fotografía en la portada de la revista Quién causó controversia. La acusaron de discriminación porque Celia no salió en la imagen familiar por tener sobrepeso. La precandidata aseguró que su hija siempre ha sido muy noble y comprensiva, por eso no quiere utilizar su nombre para recibir un trato diferente. Ella trabaja en un hospital, estudia Medicina, por eso no llegó a la sesión de fotos. En cambio María José trabaja con ella en su campaña en la coordinación de los jóvenes simpatizantes.

La historia sentimental de Enrique Peña Nieto es más dramática, incluye a tres mujeres y cuatro hijos, uno que falleció al nacer. Su boda con la actriz Angélica Rivera el 27 de noviembre del 2011 marcó la historia de cuentos de hadas que muchos anhelan.  Después de la muerte de su primera esposa Mónica Pretellini, el precandidato priista encontró el amor a lado de “La Gaviota”. Sin embargo, su matrimonio no comenzó en el mejor escenario, Peña Nieto fue sospechoso de haber matado a su esposa.

El pasado 24 de enero, Maritza Díaz Hernández, quien fuera amante de Peña Nieto con quien tuvo dos hijos fuera del matrimonio –uno de los cuales murió al nacer– acusó al precandidato presidencial del PRI de negar cuidados a su hijo.

López Obrador perdió a su primera esposa, Rocío Beltrán Medina, por un padecimiento crónico cuando ella tenía 47 años de edad. Actualmente está casado con Beatriz Gutiérrez Mueller, una periodista que se ha mantenido alejada de la actividad política del izquierdista.

Uno de los cuatro hijos de Andrés Manuel fue protagonista de un escándalo que metió en controversia al precandidato presidencial. El joven Andrés Manuel usó en un mitin del SME tenis de 900 dólares, lo que ocasionó molestia en algunos sectores del país.

Las historias de amor de los precandidatos no han sido meramente cuentos de hadas, a excepción de Vázquez Mota, los otros dos aspirantes sufrieron pérdidas amorosas. Sus experiencias de vida nos dan una probadita del comportamiento amoroso de  los posibles presidentes de México. Sus cualidades como parejas sentimentales nos pueden generar diversas emociones y sentimientos, una de los cuales sería la confianza y esperanza que pondríamos en ellos para gobernarnos.

 

CONGRUENCIA Y ELOCUENCIA

Respeto. Al involucrarse en una relación, una de las prioridades debe ser el respeto. Hacia los principios y a uno mismo. Y al país, por el valor moral que representa: si no puedes amarte a ti mismo o al lugar al que perteneces, rara vez podrás tener ese sentimiento por alguien más.

El amor a la familia, el amor a la patria” (AMLO), “…nos inspira el amor por México y el sueño de lograr un mejor país” (EPN), “Por Amor a México” (JVM)… la constante entre los precandidatos es el amor a la Patria, y debería ser puesto que ello asegura un mejor futuro para la nación.  Pero mucho más importante, debe ser el respeto, para lograr una congruencia y postular verdaderas propuestas que impulsen al país.

No es suficiente profesar sin actuar, hablar de amor no parece solucionar los problemas de la nación. Exgobernantes lo han hecho y no ha cambiado mucho.  Lo circunstancial sería respetar los preceptos y cumplirlos. Por verdadero amor, las promesas se cumplen.

 

DOSIS DE AFECTOS

Cariño. Las caricias son indispensables en una relación, entre más abrazos, más amor. Un mayor acercamiento de los precandidatos a la población  podría demostrar el cariño que le tiene; los abrazos y besos son pruebas de afecto bastante efectivas. Sigmund Freud, explica en su “Teoría de las masas y el análisis del yo”,  que la masa no es más que el amor, lo que une a muchas personas  reiterado en  cada uno. Es decir, la masa no existiría sin el amor y la masa sólo pide atención.

La manera en que Peña Nieto, Andrés Manuel y Josefina se acercan a los ciudadanos denotan un poco de su sensibilidad, entre más muestras de afecto dan, más posibilidades tienen de conquistar.

En su mayoría, López Obrador suele verse en imágenes con indígenas y con los asistentes a sus mítines. Josefina tiene una que otra fotografía con las simpatizantes mujeres y Peña Nieto tiene un mayor acercamiento con empresarios y “fans”.

 

EL MEJOR PROSPECTO

De acuerdo con Erich Fromm, en “El arte de amar”, nosotros elegimos a quién amar. Tomando en cuenta que la relación que tendremos con el próximo presidente será por seis años, debemos elegir al candidato con las características que más se apeguen a nuestros deseos y necesidades, al igual que elegiríamos a una pareja.

Los grandes poetas nos enseñan que el amor es el sentimiento más sublime y que existe la pareja ideal. Los precandidatos han mostrado sus mejores dotes para conquistar el voto, pero los corazones han resultado un poco más difíciles.

Los príncipes azules no existen. Por lo tanto debemos estar conscientes al elegir a un compañero sentimental –como a un presidente- que existen los defectos y que nadie es perfecto. Pero lo que más hay que tomar en cuenta es qué tanto se acerca  a la felicidad y estabilidad, que después de todo, es lo que la mayoría anhela.

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