Ciudad de México, 19 de junio (SinEmbargo).- Podría decirse que dar una descripción sobre la Gran Barrera de Coral está de más. Se trata de un paisaje que incluye un escenario espectacular único en el mundo. El arrecife que consta de más de mil 500 millas a lo largo de la costa noreste de Australia es uno de los más complejos y ricos ecosistemas al albergar a miles de especies de flora y fauna.
El arrecife se encuentra en la lista de Patrimonios de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, mejor conocida como UNESCO, al ser reconocida como uno de los lugares con valor universal sobresaliente. Sin embargo, está en peligro y así ha sido durante los últimos 40 años: más de la mitad del arrecife de coral ya se perdió gracias al hambre global por carbón.
Además de enfrentar -como todos los lugares en el mundo a estas alturas- la amenaza que representa el cambio climático.
De las consecuencias directas producidas por cambio climático está la acidificación del océano, así como la temperatura en ascenso que restringen el crecimiento del coral y aumenta el riesgo de decoloración de corales en masa que podría afectar la vida marina a través del cambio o destrucción.
El cambio climático amplifica los daños ocasionados por otras amenazas al arrecife, como la contaminación del agua y desarrollo costero.
Australia por sí mismo es uno de los países que más exporta carbón y está comprometido a aumentar dicha producción de este material de manera masiva para su exportación, como lo prueba la apertura de las mega minas en un área llamada Galilee Basin.
Se estima que tan sólo una mina de este proyecto produzca hasta 60 millones de toneladas de carbón al año durante 60 años mientras se queman en plantas de energía, lo que representa el cuatro por ciento o más del total de las emisiones de carbono en el mundo a mediados de siglo, según indica Noni Austin, Coordinadora de Proyectos en la organización ambientalista Earthjustice.
Por si fuera poco, las propuestas de exportación de carbón también requieren dragado que ocasionaría daños en la barrera de coral para ampliar terminales de carbón en la costa de los arrecifes, así como el envío industrial a través del arrecife, lo cual incrementa el riesgo de accidentes marítimos.
Una de las acciones inmediatas que Earthjustice prevé que se pueda realizar es que el Comité del Patrimonio Mundial, que administra la Convención del Patrimonio, considere la posibilidad de colocar al arrecife en la "Lista de Patrimonios en Peligro", que ayudaría a mejorar la protección al arrecife.
Hasta ahora el Comité no ha emitido la recomendación, a pesar de hacerle saber que la protección y vigilancia que existe en esta área es pobre, pero tiene hasta finales de junio para informar su última decisión sobre este nombramiento.
"Earthjustice, en colaboración con abogados de Justicia Ambiental Australia, analizó la evidencia y encontró que el arrecife está claramente en peligro, alcanza hasta seis de los ocho puntos que se toman como criterio para enlistar un sitio en peligro, de acuerdo con la Convención de Patrimonios de Mundo y de hecho con que un lugar cumpla con uno de estos puntos, tendría que ser suficiente para entrar en el listado", asegura Austin, también abogada en Australia.
Es por ello que los activistas pidieron que si se busca considerar a los Patrimonios de la Humanidad, también debe hacer frente a las amenazas más graves por lo que pidieron asegurar este lugar y su vulnerabilidad.
"Si queremos tener alguna posibilidad de proteger al arrecife -y a otras partes del mundo -por la salud de nuestro planeta y de otras generaciones, tenemos que reducir nuestra hambre por carbón", aseguró la activista australiana.