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Jorge Alberto Gudiño Hernández

13/11/2021 - 12:05 am

Escupir para arriba

«Porque más allá de las retóricas caducas de los responsables de controlar la pandemia, éste es un acto de mezquindad del que no debe haber precedentes en ningún lado: ¿en serio: impugnaron un mandato judicial para no vacunar a los adolescentes? ¿En serio?».

«Porque muchos de esos chicos estarán en condiciones de votar en las elecciones de 2024». Foto: Cuartoscuro

No hay forma de entender las razones por las que el Gobierno decidió impugnar la resolución judicial que lo obligaba a establecer un calendario para vacunar a los chicos de entre 12 y 18 años. Son muchas las razones que dan cabida a la incomprensión:

-Porque lo hizo unos cuantos días después de que en Estados Unidos se comenzara a vacunar a los niños de cinco a 12 años.

-Porque la Cofepris ya autorizó la vacuna Pfizer para ese rango de población.

-Porque hay más de 30 millones de vacunas recibidas por México y no aplicadas: ¿alguien sabe dónde están?

-Porque, pese a la sentencia de “misión cumplida”, todos sabemos que hay más de 50 millones de mexicanos sin una sola dosis y, entre ellos, varios están dentro de ese rango de edades que ya podrían ser considerados.

-Porque el mandato judicial exigía unas fechas que bien podrían haberse pasado para el año entrante.

-Porque, al margen de los amparos posibles, las únicas posibilidades que le están dejando a los padres de los chicos son las de viajar a otros países. Y eso sólo pueden hacerlo unos cuantos privilegiados. Sin duda no irán “primero los pobres” como suelen insistir en su discurso.

-Porque no sólo se les están negando las vacunas sino que, además, decidieron judicializar el proceso. En otras palabras: no se les quiere vacunar y, además, se hará lo posible, incluso en términos legales, para que no los obliguen a hacerlo.

-Porque muchos de esos chicos estarán en condiciones de votar en las elecciones de 2024.

-Porque la tranquilidad y el alivio llegará a las familias conforme avance la vacunación de todos sus miembros.

-Porque más allá de las retóricas caducas de los responsables de controlar la pandemia, éste es un acto de mezquindad del que no debe haber precedentes en ningún lado: ¿en serio: impugnaron un mandato judicial para no vacunar a los adolescentes? ¿En serio?

Nunca he entendido a los que escupen para arriba después de cierta edad. No se requiere ser científico para saber que la gravedad actuará bastante pronto. A diferencia de quienes disparan al cielo, la distancia del escupitajo es tan corta que el viento no alcanza a desviar demasiado su trayectoria. Así que uno acabará con la saliva deslizándose en la cara, la ropa o muy cerca. Da la impresión de que esta decisión gubernamental es un esputo gordo y pesado que terminará regresando pronto. A diferencia de los escupitajos normales (y perdonando el desliz científico), éste tiene todas las características para ganar peso, velocidad y consistencia en el camino de vuelta. Así que no suena posible evitar el impacto de vuelta.

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.

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