Juan Carlos Hernández y Patricia Martínez fueron detenidos en Ecatepec, Estado de México, cuando transportaban restos de una mujer.
Ciudad de México, 13 de noviembre (SinEmbargo).– Juan Carlos Hernández, feminicida serial de Ecatepec, ha dicho a custodios del penal de Chiconautla, en el Estado de México, que necesita beber sangre humana, de acuerdo con información a la que tuvo acceso el periodista Héctor de Mauleón.
Patricia Martínez, pareja de Juan Carlos, le ha mandado a decir que se corte los dedos y se beba su propia sangre, ya que es lo único que puede calmarlo, escribe Mauleón en el texto El Monstruo de Ecatepec por dentro, publicado en el diario El Universal.
“El asesino serial pasa los días aislado en una celda del penal de Chiconautla, en el Estado de México. únicamente goza de una hora de sol día. El resto del tiempo permanece solo, en el fondo de su celda”, detalla el autor.
“Debido a la saña con que cometió sus crímenes, le está vedado convivir con otros: los custodios saben que no sobreviviría un sólo minutos si estuviera entre la población penitenciaria”, añade.
Juan Carlos Hernández y Patricia Martínez suman, en condenas, más de tres siglos de cárcel por el asesinato de varias mujeres en el Estado de México.
Hernández y Martínez fueron detenidos el día 4 de octubre de 2018, en calles de la colonia Jardines de Morelos, en el municipio de Ecatepec, uno de los más peligrosos para las mujeres en México.
El día que fueron detenidos, los condenados portaban consigo un carrito en la que transportaban restos humanos, por ello fueron presentados ante las autoridades.
Este caso conmocionó a la opinión pública mexicana, pues puso de manifiesto la enorme crisis de violencia que vive el país, especialmente para las mujeres.
Según El Universal, los exámenes psiquiátricos que practicó la Fiscalía de la entidad a la pareja arrojaron que el hombre presenta un trastorno mental de tipo psicótico y un trastorno de personalidad, en tanto, la mujer cuenta con retraso mental de nacimiento y un delirio inducido adquirido. Sin embargo, ambos pueden distinguir entre el bien y el mal.
