Una investigación internacional reveló que Maseca, Hari Masa, San Blas, Maizza y marcas propias de Walmart, Soriana y Chedraui, no utilizan el tipo de hierro recomendado por la ley mexicana y por la Organización Mundial de Salud para fortalecer sus productos.
“Las grandes empresas están poniendo en riesgo la eficacia de la fortificación como medida para combatir el grave problema de salud pública que es la anemia en México al seguir utilizando las fuentes de hierro que peor se absorben por el cuerpo humano” dijo Alice Delemare de la fundación Changing Markets, que junto con la organización Proyecto Alimente realizaron el estudio.
Ciudad de México, 13 de noviembre (SinEmbargo).– Ocho de las principales compañías de harina de maíz comercializadas en México, incluyendo Maseca, Hari Masa, San Blas, Maizza y marcas propias de Walmart, Soriana y Chedraui, no utilizan el tipo de hierro recomendado por la ley mexicana y por la Organización Mundial de Salud (OMS) para fortalecer sus productos, así lo reveló una investigación internacional conjunta de la fundación Changing Marketsi y la organización Proyecto Alimente.
“Es inaceptable que conocidas marcas de harina de maíz nixtamalizada como Maseca y Walmart hagan caso omiso de las recomendaciones en las normas mexicanas a la hora de adicionar sus productos. Las grandes empresas están poniendo en riesgo la eficacia de la fortificación como medida para combatir el grave problema de salud pública que es la anemia en México al seguir utilizando las fuentes de hierro que peor se absorben por el cuerpo humano” dijo Alice Delemare de Changing Markets.
La fundación destacó que a pesar de que la mayoría de las empresas mexicanas de harina de trigo sí utilizan el tipo de hierro recomendado en sus productos refinados, no lo hacen en las variedades integrales. Además, las marcas de harina de trigo importadas, como Pillsbury de General Mills, no cumplen con la legislación mexicana de etiquetar sus productos y, por lo tanto, se desconoce si estas harinas de importación están fortificadas o no.
De acuerdo con la investigación, las omisiones y el incumplimiento de la industria de la harina se convierten en un problema de salud pública al considerar que el consumo de este producto representa una gran proporción de la dieta básica de la mayoría de la población mexicana: el maíz representa el 72 por ciento del consumo de los granos en México.
“La anemia en México es un problema grave de salud tanto en niños como en adultos. Es totalmente inaceptable que las prácticas actuales de la industria no reflejen el espíritu de la Ley General de Salud que establece la fortificación obligatoria de las harinas con hierro. Si la fortificación no se hace de manera adecuada, en el corto plazo, perdemos una gran oportunidad de proveer a la población mexicana con el hierro que requiere mediante dos de los alimentos que más consumimos: la harina de trigo y de maíz.
“También es fundamental que el gobierno de México establezca lineamientos claros sobre los compuestos que las harineras deben utilizar para la fortificación de hierro de acuerdo las recomendaciones de la OMS y que haga rendir cuentas a las empresas que no cumplan,” dijo Yatziri Zepeda del Proyecto Alimente.
Con base en datos de la Encuesta Nacional de Salud 2012, el estudio encontró que el 62 y el 89 por ciento de adolescentes y adultos en México ingieren hierro de manera inadecuada y en su dieta diaria. Además, entre el 46 y el 52 por ciento de los niños mexicanos no consumen suficiente de este mineral.
También se evidenció que el 90 por ciento de las mujeres no presentan una ingesta adecuada para llevar una vida sana.
Las organizaciones hicieron un llamado al nuevo gobierno mexicano para que se asegure de que la ley sea clara e inequívoca acerca de la fortificación de las harinas, y haga cumplir dicha ley.
“El informe demuestra que las más grandes empresas que producen harinas de maíz en México no están fortificando su producto como es recomendado, lo cual supone una carencia nutricional para millones de mexicanos. Esto es grave en países como México donde el consumo de este producto es muy alto.
“Este estudio muestra un ejemplo más del comportamiento irresponsable de varias de las grandes corporaciones de alimentos. El informe demuestra que la legislación que regula la fortificación de hierro debe ser mejorada, así como fortalecerse el monitoreo y la evaluación de la calidad de estos productos porque no debe dejarse a la industria autorregularse” dijo Alejandro Calvillo del Poder del Consumidor.