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La escultora Alejandra Zermeño, una artista por el feminismo y el medioambiente

13/10/2018 - 12:02 am

La escultora acaba de pasarse al bronce porque tuvo un tumor en el ojo, fruto de su trabajo los químicos de la resina. Eso la obligó a pensar más en el medioambiente y en cómo los artistas deben luchar por ello, mientras sigue la colección de mujeres y el maíz en México, aunque tal vez cuando la complete, se pase de fronteras.

Ciudad de México, 12 de octubre (SinEmbargo).- Alejandra Zermeño nació en la Ciudad de México el 21 de diciembre de 1978. Es egresada de Licenciatura y Maestría en Artes Visuales en la Academia de San Carlos de la UNAM con especialidad en escultura.

El interés de Zermeño ha sido desde sus inicios la exploración del cuerpo. Su prolífica producción ha estado presente en más de cincuenta exposiciones colectivas y bienales en México, España, Alemania, Japón, Estados Unidos y Canadá.

A lo largo de su trayectoria ha presentado su proyecto escultórico de manera individual en 16 exposiciones en connotados recintos en México y en el 2019 exhibirá la colección Las custodias del maíz, en el Museo Mexicano de San Francisco, California, y en el The Customs House Museum en Tennessee, Estados Unidos.

Su obra está presente colecciones públicas en México y Canadá. Debido a su destacada trayectoria ha recibido diversos premios y distinciones. Alejandra Zermeño fue invitada en el 2016 a pertenecer al Arts & LettersCouncil del Museo Mexicano en San Francisco, CA.

–¿Qué has estado haciendo desde que te entrevistamos?

–Muchas cosas. La vida es muy intensa. Entre ellos ha habido muchos cambios en mi vida que desataron los cambios profesionales. Hace más o menos dos años decidí que iba a dejar de hacer resina y pasarme al bronce, bueno, fue de verdad un cambio increíble, no me lo esperaba. Mi trabajo está enfocado al uso de colores, sigue siendo de mucha textura, pero el bronce plantea otros temas. Después de haber empezado desde la Academia con una formación muy educativa, después empecé a ser muy experimental, empecé a trabajar con los textiles, ahora regreso a la Academia, a modelar las piezas y a trabajar con este nuevo material.

“La madera y el bronce son materiales orgánicos, vivos”, dice Alejandra Zermeño. Foto: Cortesía Germán Cuellar

–Los artistas hablan mucho de los materiales. Antonio López, por ejemplo, está trabajando con la madera…

–Son elementos vivos y el bronce utiliza los cinco elementos, el fuego, el aire, el agua, la tierra, es impresionante. Lo que pasa en la escultura es que es una labor colaborativa. Todo lo demás es una cuestión técnica, que necesita personal especializado. En la resina tengo más control, porque yo hago las piezas, pero en el bronce, no puedo cargar un crisol. Tiene que haber gente técnica que hace todo ese procedimiento y comienza a hacer una obra colectiva, que termina siendo de todas maneras mi obsesión. Comencé con una pieza chiquita y empezaron los sueños a crecer y a crecer…

–¿Llegaste a usar modelos?

–Llegué a usar modelos en mis anteriores piezas y ahora todo es modelado. Si algún talento tengo es el modelado y me fascina modelar. Ya era hora de volver a retomar esas bases que tenía.

–¿Hiciste una exposición en bronce?

–Ya se va a dar, ahora hay algunas piezas que se van a ir a una exposición en febrero en el Museo Mexicano de San Francisco y luego se va a otro museo en Tennessee. Ya he estado en varias bienales, pero esta es mi primera exposición individual.

–¿Cuándo vamos a conocer las piezas de bronce en México?

–Hay algunas en una galería nueva, que se llama Contex, que está en Alejandro Dumas y Horacio. Creo que antes de que ir a San Francisco, haré una exposición con todas las piezas. Es muy bonito el tema en el que estoy trabajando. En el 2012 falleció mi madre, muy joven, de cáncer y eso detonó que yo empezara a trabajar con el tema de lo femenino. Saqué una colección que se expuso en el Museo de la mujer y esa desató otra colección que se llama Las custodias del maíz. Estoy retratando a una mujer por cada Estado de la República que tenga relación con el maíz. Va creciendo, al museo de San Francisco mandaré 10 esculturas, pero seguiré trabajando para lograr las 32. Quiero hablar sobre la contemporaneidad femenina a través de algo que nos identifica como mexicanos. Me gustaría traspasar las fronteras, hablar de lo femenino en el mundo.

Disciplinada y perseverante. Foto: Cortesía Germán Cuellar

–Lo femenino está de moda y los feminicidios lamentablemente también

–Es un momento donde creo, como dice Jiddu Krishnamurti, que uno no se puede adaptar a una sociedad totalmente enferma. Nos está tocando vivir situaciones muy complicadas. Cuando me decidí a ser escultora, nunca pensé que mi condición de mujer me iba a afectar, sin embargo, es una profesión más de hombres. Ayer, en la galería, yo era la única artista mujer. No puedo dar soluciones porque no las tengo ni tampoco quiero hablar de problemas, ya están las noticias para eso, pero quiero ser la voz de muchas voces femeninas. Ahora, en San Francisco, mostraré a muchas mujeres mexicanas. No es sólo la campesina la que trabaja el maíz, está desde la empresaria que hace maquillaje con maíz, la doctora que creó un medicamento con maíz, hay una persona que trabaja con la tierra, la poeta mixe que escribe sobre el maíz, nos componemos como sociedad con una diversidad muy interesante. Vivimos en un mundo demasiado conectado pero muy interesante.

–¿No vas a trabajar más con resina?

–Sí, algunas piezas son de resina, algunas piezas tienen su equivalente en resina, son materiales que crean lenguajes diferentes. Me sucedió algo el año pasado. Resultó que tenía un tumor en el ojo derecho, un tumor precanceroso, por trabajar con muchos químicos. Fue el detonante y por eso me pasé al bronce. Empecé un reto muy bonito de no usar plástico, ahora que hablas de Antonio que regresaba a la madera, es volver a objetos que tienen vida. No dejo del todo la resina porque es parte de mi lenguaje, pero voy a estar más en el bronce. Tengo un sueño y poco a poco se cumple, que es irme a vivir al bosque. Ya compré unos terrenos y ahora necesito capitalizarme para empezar a construir.

–¿Se habla entre los escultores y los pintores del tema del medioambiente?

–Creo que sí, es un tema actual. Hay materiales tóxicos, pero hay más conciencia. Hay muchos artistas que se enferman con los pigmentos y en los Estados Unidos hay secciones con materiales autosustentables.

–¿Estás más madura, qué otras cosas ves en ti?

–Estoy más madura y nunca he abandonado la disciplina. Doy clases a colegas, me considero una artista autogestora, no estoy peleada con nadie, no odio a nadie, pero el México en el que yo vivo parece ser el lugar del No. No se puede, no hay presupuesto, ahora no hay museo, sobre todo los artistas de mi generación (yo cumpliré pronto 40 años) es muy complicado. He postulado ocho veces al FONCA y nunca me lo han dado. Ahorita en San Francisco, el museo no cuenta con el recurso para el transporte y lo estoy gestionando, he ido a Los Pinos para pedir ayuda. Creo que soy valiente. Los escultores nos enfrentamos a problemas y los solucionamos. Yo siempre cuando voy a pedir alguna cita, lo que pienso es que esa persona está en un empleo, esta es mi forma de vida. A nadie le importa más que a mí misma, lo que quiero lograr.

–El arte contemporáneo estuvo mucho de moda, ¿ahora cómo está el arte?

–Sigue un poco dividido. Pero también está regresando la factura, el tema de las emociones, de conectar con la gente, con artistas que trabajamos desde el taller, metiendo mano. A la sociedad les encanta catalogar, pero en realidad el mercado puede comprar cualquier pieza. El mercado está ávido de comprar arte contemporáneo mexicano. Hay nuevo coleccionismo y eso es muy importante.

–¿Qué te ha dado el arte?

–El arte es mi vida, me levanto, vivo, camino, transcurro por la vida, con el arte. No lo puedo disociar, es mi forma de expresión. ¿Qué sería si no fuera escultora? Tengo muchos hobbies y todo eso, pero la verdad lo que se siente al comunicar con el arte es increíble, sale desde la médula y abre en cada uno de los poros. La verdad me ha hecho mejor persona.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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