Ciudad de México, 13 de octubre (SinEmbargo).– El Partido Acción Nacional (PAN) volvió a la oposición el año pasado luego de la derrota electoral y, como tal, ha comenzado a retomar tradiciones que lo distinguieron como fuerza opositora.

Una de ellas es el volanteo. Así se vio el pasado domingo cuando el presidente del partido, Gustavo Madero Muñoz, salió de su oficina en Avenida Coyoacán y se fue al parque Tlacoquemécatl, en la colonia Del Valle, en la Delegación Benito Juárez del Distrito Federal y que es gobernada justo por el panista Jorge Romero Herrera. Ahí, el dirigente nacional blanquiazul comenzó a repartir volantes entre la gente que frecuenta la zona o quienes tienen sus puestos de comida.

La intención era dar a difundir la postura de Acción Nacional que se opone a la propuesta de gravar hipotecas, rentas y colegiaturas, como parte de la Reforma Hacendaria planteada por la administración del Presidente Enrique Peña Nieto.

Madero acudió acompañado de senadores, entre ellos estaba Mariana Gómez del Campo, y asambleístas y el dirigente del PAN en el DF, Mauricio Tabe Echartea.

La escena recordó otros tiempos, la de la década de los ochentas del siglo pasado, cuando el PAN como oposición apenas tenía espacio en los medios masivos de comunicación, y entonces recurría al volanteo para difundir sus propuestas, para convocar a manifestaciones.

Eran épocas que no le tocaron a Madero, quien inició su vida política en el partido en la década pasada.

Esta semana, el PAN Distrito Federal convocó a una concentración masiva para este domingo 13 en el Parque Pilares, en la del Valle, para expresar su rechazo al Impuesto al Valor Agregado (IVA).

La convocatoria ha sido acompañada de una campaña de reparto de 50 mil volantes que dice “#NoIVA. Manifiesta tu apoyo. Participa en la gran concentración contra el IVA”.

Además del volanteo y la colocación de 500 lonas, los secretarios del Comité Directivo del DF han recopilado firmas en apoyo de la postura panista, que hasta el viernes 11 sumaban más de 10 mil, explica a SinEmbargo el asesor en Asuntos Electorales del PAN capitalino, Raúl Paredes Peña.

A diferencia de aquellos tiempos, la convocatoria también ha sido desplegada por las redes sociales y vía correo electrónico. El PAN vuelve a las calles.

LOS AÑOS PASADOS

Era 1987, hace 27 años, cuando unos jóvenes volanteaban y boteaban en el Ángel de la Independencia para reunir recursos económicos para la campaña de 1988. Era una época en que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) dominaba la escena política y los demás partidos carecían de financiamiento público o eran satélites priistas. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) ni siquiera existía.

Los panistas Carlos Gelista y Abraham Caballero, este último líder juvenil en el DF, estaban en su labor partidista cuando llegaron unos soldados y se llevaron a Caballero. Eran tiempos en que manifestarse en espacios públicos podía ser motivo de sanción o represión, cuenta el propio Gelista.

“Llamamos al Comité del PAN capitalino, mientras llamaba por un teléfono de esos de monedas, detrás estaba un soldado conmigo”, recuerda Gelista, quien vio cómo a Caballero ya lo habían subido a un camión militar. A los pocos minutos llegaron un par de diputados del PAN y lograron que soltaran al dirigente juvenil.

Otra ocasión donde su expresión se tornó conflictiva fue cuando en la caseta de Cuernavaca, se presentaron para botear y tuvieron problemas con la Policía Federal de Caminos.

“Hubo jaloneos, terminó con que los amenazamos que íbamos a cerrarla. Finalmente accedieron a que volantéaramos”.

Gelista, a la postre asambleísta capitalino, asegura que su partido nunca ha dejado de volantear, pero los años ochenta fue cuando lo hicieron con más intensidad. Una razón era lo cerrado que era el sistema político.

“Por diferentes mecanismos, se ha modificado la manera en que el PAN transmite sus mensajes y que ahora se haya replegado y no esté en las calles, tiene que ver con los nuevos mecanismos de transmitir mensajes”, establece.

Comparte sus recuerdos de aquellos años. Él ingresó al partido en 1987, con 16 años. Vio aún como Miguel Ángel Conchello y Gonzalo Altamirano Dimas, dirigentes de aquella época, volanteaban.

“Desde que entré al partido en el 87, había una campaña para recabar fondos, entonces no existía el financiamiento, participamos en una campaña para empadronarse, en el Registro Federal Electoral (RFE) porque había mucho menos promoción del gobierno y el RFE dependía del gobierno para que se empadronara. Justo en esa época empezó a haber volantes de caricatura de Manuel J. Clouthier con dibujos hechos por Paco Calderón, quien hizo una pequeña historieta de la vida del “Maquío”, de cuatro paginitas con la biografía de Clouthier”, recuerda.

El volanteo era entonces una necesidad, una forma de comunicar, agrega.

“En 1988 convocábamos a manifestaciones de protesta y se hacía con volantes, en esa época había muy poco acceso a los medios escritos y en la televisión ni se diga, estaba fuera de discusión, no había otro mecanismo para convocar a un mitin”.

A fuerza de volantes convocaron al mitin del cierre de campaña de Clouthier en el Zócalo, y pasadas las elecciones dieron a conocer su postura de que éstas habían sido “tramposas”, y también fue mediante volantes.

A veces los volantes estaban diseñados para ser trípticos. Pero les llegaban en forma de hoja y entonces tenían que doblarlas ellos mismos.

“Pasamos de papel revolución a los de couche y nos los daban extendidos y a doblarlos. Doblarlos formaba parte de una serie de experiencias comunes entre panistas, y aunque es una cosa muy simple doblar y repartir eso teníamos en común los panistas, esas experiencias”, rememora.

Para la elección de 1994 los trípticos ya llegaban hechos, y se perdió esa experiencia común.

Luego, con la apertura de los medios de comunicación, ya comenzaron a tener otros métodos de acercamiento con la gente.

Recuerda que en 2006 –luego de la polémica y competidísima elección presidencial en la que Felipe Calderón Hinojosa ganó a Andrés Manuel López Obrador–, intentaron hacer lo mismo, volantear para dar a conocer su posición, pero fue tibia la manera en que lo realizaron.

“El partido se alejó aunque en la campaña de 2006 salimos no con la misma intensidad, y ahora de regreso es mecanismo no solo para comunicar las ideas, sino para que la gente vea que estás presente; que salgan legisladores y dirigentes (a volantear) tiene relevancia, la importancia que le dan es la mayor”, expresa.

Cuestionado sobre en qué radica la diferencia entre esas protestas y las de ahora, las cuales incluso su partido intenta regular, Gelista lo explica así.

“Los momentos y mecanismos son muy diferentes. No queremos regular ni evitar la libertad de expresión, pero una cosa es la libertad y otra es la expresión y la forma que usas. Ahora puedes repartir volantes, colgar una manta y expresar tus ideas con un desplegado, la libertad de expresión está garantizada. Lo debatible es cómo ejerces la libertad de expresión, si dependiera de expresar tus ideas dañando o rayando. Eso es lo que pasa. La resistencia civil que hacíamos antes tenía su razón de ser porque no había mecanismos para expresarse, ahora es muy fácil que uno publique lo que necesita transmitir”.

Eran otros momentos políticos y se necesitaba presionar para buscar la apertura, agrega.

“Sabíamos que era ilegal cerrar (una calle o la caseta de una autopista), pero era recurrir a ciertas acciones de ilegalidad”, y también hacían uso de su libertad de expresión.

Dice que ahora ya no ve justificación para los bloqueos.

A pesar de los avances tecnológicos, considera que volantear aún es efectivo.

“Es un mecanismo adicional, más personal de llamar la atención sobre un problema, es involucrar persona a persona una situación que se está dando para que la gente sea consciente de ello. Muchos estamos acostumbrados a ver medios de comunicación, pero otros no, por eso sirve”, concluye.