Parcial y subjetivo | Tiradito peruano

13/07/2012 - 12:20 pm
Foto: Cuartoscuro

Ya se encuentra en librerías la edición conmemorativa por los 50 años de La ciudad y los perros. Al margen de que se puede ser muy purista con las fechas de publicación en determinados países, lo cierto es que la novela lleva medio siglo circulando ininterrumpidamente por doquier. Ésa es una excelente noticia en un mundo literario plagado de novelas fáciles y de gran explosividad que desaparecen pronto. A diferencia de ellas, podemos constatar cómo los grandes libros se van convirtiendo en clásicos y son elegidos para la posteridad.

Bajo ese pretexto, hoy hago una lista que es, también, un homenaje a su autor. Mario Vargas Llosa es uno de los pilares del Boom latinoamericano, el que, quizá, ha sido el último de los grandes movimientos literarios. Al menos hasta que la historia nos obligue a desdecirnos. Son muchas las características que definen al movimiento y también a la literatura de sus miembros. Sobre todo, en una primera época: la de sus juventudes.

De entre todos, Vargas Llosa es, sin duda, el más técnico. Es el intelectual en el más estricto sentido de la palabra. Construye su prosa como quien alza puentes imposibles en medio del mar, con la certeza de que nunca serán derribados. Además, su obra exhibe un profundo sentido de lo político: uno de sus componentes esenciales. Tan es así, que incluso fue candidato a la Presidencia de Perú.

Mucho se ha discutido sobre la forma en que ha evolucionado su producción literaria. Antes que polemizar, he preferido seleccionar cinco novelas diferentes entre sí. En la conciencia absoluta de que, cualquier otro, habría elegido algunas diferentes. Si acaso, las coincidencias son las obvias. Y los parámetros que las distinguen no sólo son temáticos, también corresponden a distintas épocas. Sea como fuere, leer a Mario Vargas Llosa es adentrarse no sólo a los últimos 50 años de la literatura latinoamericana; también, a una prosa envidiable y a un constante retrato de su propia circunstancia.

La ciudad y los perros

El Colegio Militar Leoncio Prado da cabida a una serie de cadetes que buscan cursar la secundaria. Como suele suceder en esos casos, pocos están ahí por gusto: casi siempre son obligados por circunstancias familiares o llevados como forma de castigo. La disciplina del colegio es castrense y está basada en la humillación y la ley del más fuerte. Dentro de ese contexto, se cuenta la vida de varios adolescentes. Desde el que se siente a sus anchas hasta quien daría lo que fuera por salir de ahí. Vargas Llosa escribe una feroz crítica al sistema de educación militarizado a partir de personajes bien definidos y palpables que, como jóvenes que son, se permiten llevar al límite sus emociones dentro de un ambiente represor y sin sentido. Incluso la muerte de uno de ellos parece ser la prueba necesaria para que puedan acreditar el curso. Si faltara algo más, los historiadores de la literatura tienden a calificarla como la novela que inicia el Boom.

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La fiesta del chivo

El poder es un vicio que sólo se cura cayendo. Tal es el caso de Rafael Leónidas Trujillo, el cruel dictador dominicano. Ensoberbecido por el poder, sólo la traición de sus otrora incondicionales podría derrocarlo. En esta novela Vargas Llosa narra, desde tres perspectivas distintas, la caída de uno de los dictadores más crueles de Latinoamérica. Dos de ellas se ubican en el pasado, lo que permite mostrar escenas atroces de tortura y muerte. La otra sucede tres décadas más tarde, cuando las consecuencias de la dictadura y de su término pueden ser analizadas desde el punto de vista de quien es hija de un ex colaborador de Trujillo. La capacidad de fabular dentro de los parámetros históricos ubica al lector en un territorio intermedio en donde sólo le queda creer y maravillarse en consecuencia.

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Travesuras de la niña mala

La Niña mala es una farsante. Mercenaria, vividora o sobreviviente en un mundo que exige tener más caras que la verdadera. Y es de ella que Ricardo Somocurcio se enamora sin saber que, al hacerlo, lo está haciendo de muchas mujeres. Porque no es la misma la adolescente a quien conoce en Chile que la guerrillera que está por irse a Cuba. Cada uno de los encuentros implica un reenamoramiento de Ricardo y una nueva decepción amorosa. Porque la Niña mala se transforma para adaptarse a las circunstancias al tiempo en que se aprovecha de él para salir adelante. Las estafas no sólo se dan en el orden de lo material. Con estas travesuras, Vargas Llosa deja de lado lo político para acercarse a lo emocional. Construye una de esas mujeres que tan deseables se vuelven al tiempo en que demuestra que el amor sigue siendo el sentimiento que mueve al mundo. ¿De qué otra forma, tras tantos engaños, Ricardo seguiría deseando estar con ella?

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El sueño del celta

El Congo Belga siguió siendo una colonia hasta el siglo XX. Ahí, las autoridades locales, al amparo del rey Leopoldo II, practicaban una de las formas más cruentas de la esclavitud. Las mutilaciones y torturas eran la moneda de cambio para obligar a los nativos a trabajar a su servicio. Ignorantes sobre el valor del caucho, se sometían a sus opresores quienes los trataban como una especie inferior. En ese contexto, Roger Casement inicia su lucha por los derechos humanos. Él es, tal vez, el primer europeo en denunciar los abusos a los que eran sometidas las colonias. No sólo en el Congo. También presenció los maltratos en la Amazonia y fue un activista a favor de la independencia irlandesa. Sin ser una biografía propiamente dicha, El sueño del celta narra la vida de un hombre ejemplar quien, frente al horror, no pudo hacer otra cosa sino combatirlo.

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Conversación en La Catedral

Cuando la literatura se convierte en un instrumento para retratar a la realidad de una forma crítica, su valor se exacerba en la medida en que puede convertirse en un agente de transformación. Narrar la dictadura desde sus entrañas es una tentación difícil de renunciar. La pregunta pertinente es relativa a establecer cuáles son esas entrañas: ¿el aparato de gobierno, el pueblo mismo? En esta novela podemos atestiguar la tragedia que implica estar sometido por un régimen dictatorial. Para lograrlo, Vargas Llosa plantea cuatro líneas narrativas que se van entrecruzando a partir de una conversación iniciada en la cantina La Catedral. El dialogismo llega a momentos cercanos a lo sublime mientras nos damos cuenta, como lectores contemporáneos, que las situaciones narradas bien podrían caber en nuestra realidad, que no está al amparo de ninguna dictadura pero que bien podría estarlo.

Como puede verse, Mario Vargas Llosa es un escritor comprometido con su tiempo y su circunstancia. Si bien es cierto que se pueden tener fuertes diferencias en el plano de lo político, también lo es el hecho de que no ha descansado a la hora de señalar las injusticias. Con él sucede lo que con muchos grandes escritores: su obra tiene altibajos y causa polémica. No podría ser de otro modo. Además de casi una veintena de novelas, ha publicado otros tantos libros de ensayo y teatro. Incluso ha actuado en algunas de sus obras. Si ser polémico implica estar en boca de todos, disentir y dialogar, bienvenida sea esa polémica.

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.
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