Antonia, una madre soltera de 30 años de edad, fue atacada por un desconocido que se le acercó, le roció thinner y le prendió fuego el pasado 9 de febrero en la Alcaldía de Xochimilco, en la Ciudad de México.
La mujer, que quedó con quemaduras graves en el cuello, pechos y brazos, y su madre, piden justicia: “Queremos todo el peso de la Ley contra ese hombre porque física y mentalmente dañó no solo a una persona, sino a toda la familia. Que lo juzguen con todo el peso de la Ley y que se siente un precedente”.
Ciudad de México, 13 de marzo (SinEmbargo).- Antonia esperaba el transporte público en un paradero de Xochimilco, Ciudad de México. La mujer de 30 años había visitado a una amiga en Cuemanco y se disponía a regresar a casa cuando un desconocido se le acercó abruptamente, le roció thinner y le prendió fuego mientras le quitaba el bolso y le gritaba: “Te voy a matar, pinche vieja gorda”.
El ataque ocurrió a las 4 de la tarde del pasado 9 de febrero frente a un cúmulo de personas que, al igual que Antonia, esperaban el camión urbano. El agresor fue detenido en ese momento. Antonia resultó con quemaduras de segundo y tercer grado en cuello, pecho y brazos.
La víctima y su madre –a quienes por petición se les modificó el nombre– hoy piden que su caso no sea tomado a la ligera. María, madre de la joven atacada, explicó que temen que el agresor no sea juzgado por el intento de asesinato y que tenga una pena muy corta debido a que en la Procuraduría capitalina “nos traen nada más a vuelta y vuelta”.
Antonia pide justicia y un castigo ejemplar para el hombre que la dejó marcada. “El ataque ha cambiado mi vida. Me pusieron injertos y al verme toda marcada no es lo mismo. Es muy difícil aceptarme con todas las cicatrices que él me dejó. Me está costando mucho trabajo”, narró a víctima en entrevista con SinEmbargo.
En los últimos días se han registrado una serie de ataques contra mujeres en el transporte público de la Ciudad de México que incluyen el uso de armas blancas o sustancias. El pasado 1 de febrero, luego de varias denuncias de víctimas por intentos de secuestro en el Metro, la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum Pardo anunció una estrategia para atacar el fenómeno y aumentar la seguridad de las capitalinas.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en enero de 2o19, a nivel nacional, un total de 8 mil 180 mujeres fueron víctimas de delitos como lesiones dolosas en (57.92 por ciento), lesiones culposas (17.49 por ciento), delitos que atentan contra la libertad personal (8.33 por ciento), delitos contra la sociedad (1.37 por ciento), delitos que atentan contra la vida y la integridad corporal (1.96 por ciento), secuestro (0.51 por ciento), tráfico de menores (0.01 por ciento), corrupción de menores (1.10 por ciento), rapto (0.09 por ciento), extorsión (3.09 por ciento), feminicidio (0.92 por ciento), homicidio doloso (2.80 por ciento), homicidio culposo (3.04 por ciento) y trata de personas (1.37 por ciento).
En la Ciudad de México la tasa de lesiones dolosas contra mujeres es de 2.7 por cada cien mil mujeres. Durante el primer mes del año se realizaron solo 126 denuncias por lesiones dolosas contra mujeres en la capital del país, de acuerdo a las cifras oficiales. Sin embargo, no hay registro del número mujeres que sufrieron lesiones dolosas durante el 2018 en la Ciudad de México, pues las autoridades capitalinas apenas empezaron a desagregar dicha información ya que hasta el año pasado, junto con el estado de Aguascalientes, eran las únicas dos entidades que no distinguían el sexo de las víctimas de lesiones dolosas y las registraban en la categoría de sexo “No identificado”.
En relación a los ataques contra mujeres realizados con solventes, ácidos o algún otro químico que provoque quemaduras, la Procuraduría capitalina respondió no tener mayor información. En una solicitud realizada, la dependencia informó que hasta el momento “no cuentan” con denuncias por lesiones que tengan esas características, pese a que el caso de Antonia ya se encuentra en proceso penal.
EL ATAQUE
Antonia tiene 30 años de edad. Se dedica al comercio y es madre de un bebé de un año y medio de edad. Recién acababa de mudarse a la Alcaldía de Iztapalapa, en Ciudad de México, pues radicaba en el Estado de México, en donde aún vive su madre.
El pasado 9 de febrero, Antonia acudió a visitar a una amiga para recoger unas invitaciones para una fiesta de cumpleaños.
“Yo estaba en la parada de camión. Llegó este señor y me arrojó el solvente en la cara. Yo no vi que venía hacía a mí, nada más vi que me arrojó el thinner en la cara y me jaló mi bolsa. Yo traía atorada la bolsa, y cuando me la saqué para dársela me arrojó algo -no sé si fue un cerillo o encendedor–, pero fue cuando me prendió”, narró la víctima.
La joven no comprendía en ese momento por qué la estaban atacando. De inicio pensó que quizá sería por un asalto, sin embargo, mientras ocurría el ataque el sujeto le gritaba que la quería matar.
Antonia empezó a correr al ver que se incendiaba, “la gente que estaba en el lugar comenzó a ayudarme para apagarme”, agregó la entrevistada.
Al menos dos policías estaban en la zona donde ocurrió la agresión, afirmó Antonia; sin embargo, desconoce si fueron los agentes o los ciudadanos quienes detuvieron al agresor.
“De hecho en esa parada había unos policías que siempre están ahí cuidado. Yo creo que el señor salió corriendo y la verdad no sé si lo agarró la gente o lo agarraron los policías, pero cuando la gente me estaba ayudando a apagarme, los policías ya tenían al detenido”, agregó.
El hombre capturado fue identificado como Dagoberto “N” de 52 años de edad. El sujeto, comentó Antonia, primero dijo que quería matarla porque presuntamente le había robado algo. Después cambió su versión. El agresor dijo que roció el químico porque confundió a la víctima con una persona que le había robado.
“Él decía a los policías que así la dejáramos, que ya podía irme yo. Quería que yo ya me fuera por mi lado y él por el suyo, que cada por su lado, que no iba a pasar nada, todavía haciéndose el ofendido, pero yo estaba bien quemada. No sé por qué [se creía todavía con el derecho a decir eso]. Él decía que le habían robado, pero que había sido otra señora, y que mejor ahí la dejáramos porque no quería ir hasta la delegación, que viéramos como le hiciéramos, pero que cada quien se fuera por su lado. Y yo le dije que no, que yo no estaba de acuerdo porque él me quemó”, explicó la mujer.
Antonia rememora que en ese momento cuestionó con indignación cómo era posible que él todavía considerara que podían irse como si nada hubiese ocurrido.
“Yo les dije a los policías que quería levantar una demanda porque él me había dañado y yo ya estaba bien quemada. De ahí nos llevaron a la delegación, pidieron el apoyo de la ambulancia y yo me fui al hospital”, narró.
TEMEN IMPUNIDAD
Antonia duró un mes hospitalizada. Le practicaron cirugías y pusieron injertos por la gravedad de las quemaduras.
El 9 de marzo fue dada de alta y salió del nosocomio; pero la mujer no ha podido retomar su vida: aún no puede cargar a su hijo y ha tenido complicaciones.
“Yo tengo un bebé de un año seis meses y no lo puedo cargar, y mi mamá vive lejos, es difícil para mí. A parte, es difícil aceptarse con cicatrices. En el hospital me pusieron psicólogo y todo, sé que esto va a pasar, que es momentáneo, pero se sufre”, comentó.
Antonia y María platicaron que Dagoberto “N” fue imputado por el delito de tentativa de homicidio, pero al principio la defensa del acusado intentó que sólo lo procesaran por lesiones o intento de asalto.
María mencionó que el día del ataque, cuando llevaron a Dagoberto al Ministerio Público, una persona le aconsejó que tenía que ir a la delegación un familiar directo de la víctima a verificar que el imputado fuera consignado porque existía el riesgo que lo procesaran por algo menor e incluso que lo dejaran libre, si no estaba nadie por parte de la víctima.
“Cuando yo llegué ahí a las oficinas del MP en Xochimilco salió una persona y empezó a decir ‘no, ya no lo vamos a llevar [detenido], vamos a meterlo como que lo quisieron robar a él, y máximo en una hora o dos horas me lo llevó’. Yo estaba ahí y el funcionario siguió platicando ‘si pues vamos a decir que por eso la prendió fuego, que porque ella lo quiso robar y que por eso le aventó el solvente’ y no sé qué …”, relató la madre de la víctima.
María al escuchar a la gente se levantó y entró a la oficina de un Ministerio Público, “yo me metí al MP y les dije que no quería que soltaran a esa persona”, describió la entrevistada y citó el diálogo con el MP:
“Pues aquí se va a hacer lo que se va hacer, señora”, le respondió el servidor público.
“Yo no quiero que lo dejen libre, porque si sale libre esa persona voy ir a delitos de servidores públicos y que me expliquen por qué lo dejaron ir”, les advirtió la mujer.
María dijo que el agente cambió de tono y aseguró que no iba a dejar en libertad al detenido.
Antonia señaló que las audiencias se efectuaron hace un mes. En ellas se vinculó a proceso a Dagoberto, quien quiso argumentar que el ataque fue por “accidente a raíz de un robo que supuestamente había sufrido”.
“Pero según mis papas, –que son los que fueron a la audiencia – el Juez le dijo al sujeto que no quisiera jugar con su inteligencia, que no podía ser un accidente tanto daño, más porque las quemaduras de segundo grado y porque fueron en una gran parte del cuerpo y no podía ser un accidente”, abundó Antonia.
María considera, por recomendación de sus familiares, que el caso debería ser juzgado como intento de feminicidio.
“En la Procuraduría [PGJE-CdMx] no me dicen nada nuevo. Yo tengo un familiar que es licenciado y me dijo que me acercara a Derechos Humanos, porque eso se debía de juzgar como intento de feminicidio, por las palabras que él [agresor] uso contra mi hija, porque le dijo ‘te voy a matar, pinche vieja gorda’”, comentó la madre de la víctima.
María y Antonia dijeron tener miedo de que el caso sea tomado a la ligera, pues acusaron que hasta la fecha los servidores en la Procuraduría capitalina las traen a “vueltas”, y aún están a la espera de saber quién es su asesor o Ministerio Público que lleva su caso.
“Yo nomas le pido que no lo dejen ir. Lo único que pido es que le hagan justicia a mi hija. Gracias a Dios no llevaba a su bebé ese día porque si lo hubiera lleva en brazos, matan al niño. Si él sale libre, mi hija no va a ser la única víctima, habrá más. Él le dijo ‘te voy a matar, gorda’. A lo mejor él les tiene fobia a las mujeres o a las gorditas, pero si lo dejan libre seguro habrá más víctimas”, insistió María.
Antonia coincide en la petición de justicia: “Pedimos que no dejen pasar el caso como algo sin importancia, no queremos que pase como cuando los agarran y al poco tiempo los sueltan. Que lo juzguen, que vean que atentó contra mi vida”.
“Queremos todo el peso de la ley contra esa persona porque física y mentalmente dañó no solo a una persona, no sólo a mi hija, sino que dañó a toda la familia, que lo juzguen con todo el peso de la ley y que se siente un precedente”, concluyó María.