Una coalición política y el desembarco de competidores ponen en riesgo el imperio del “Rey Midas”, Carlos Slim

13/03/2013 - 12:02 am
Carlos Slim, el hombre más rico del mundo. Fuente: Cuartoscuro

Ciudad de México, 13 de marzo (SinEmbargo).– No son los mejores días para el hombre más rico del mundo. Desde que era un corredor de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) –y operaba en el piso de remates del vetusto edificio en la calle de Uruguay, en el Centro Histórico del Distrito Federal–, nunca antes enfrentó un reto tan impredecible.

Y no es por las dos caídas consecutivas que ha sufrido la acción de su mega holding, América Móvil, en el mercado bursátil mexicano. Esos son simples datos, operaciones del día a día que alguien como Carlos Slim Helú (quien hizo su fortuna básicamente de la especulación financiera) sabe sortear. Es por algo más grave.

El nuevo Presidente de México, Enrique Peña Nieto, ha juntado suficiente capital político y ha sumado a su favor a las principales fuerzas opositoras para recuperar el control del Estado en un sector clave en el que él tiene –hasta que el Congreso vote– poder hegemónico.

Pero no lo ha hecho solo. Los tres partidos más importantes de México van con él, conscientes de que se trata de un golpe con riesgos. Tanto Jesús Zambrano, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) como Gustavo Madero, de Acción Nacional, reconocieron este lunes, durante el anuncio de la Reforma en materia de Telecomunicaciones, que el atrevimiento puede tener un costo alto.

“Se tocó a los dos agentes dominantes [Telmex, de Carlos Slim, y Televisa, de Emilio Azcárraga Jean]. Sí, se toca centralmente a Slim, y creo que de manera correcta, era fundamental hacerlo”, dijo el Senador Javier Corral Jurado.

“Pero no se tocó igual a la televisión”, agregó de inmediato. “¿Por qué no se tocó igual a la televisión? Porque con el sólo límite de frecuencias no recomponemos la realidad de concentración. En televisión, sólo se optó por el futuro: una reforma para lo que viene, no para modificar la realidad actual”.

“Con relación a la inversión extranjera, estoy de acuerdo en el 100 por ciento en telefonía. En telecomunicaciones, en esa parte estoy de acuerdo porque incluso en México abrimos al revés: ya estaba abierta la inversión extranjera en redes inalámbricas y se mantenía hasta un tope de 49 por ciento en fija y cable. Y se abrió al revés porque si se quiere propiciar inversión extranjera, pues que genere infraestructura y que se queden postes, antenas, infraestructura física”, señaló.

Carlos Slim es el hombre más rico del mundo, de acuerdo con Forbes, básicamente por el gran negocio que hace con los mexicanos. Aquí empezó, aquí brincó a la lista de los grandes millonarios, y no fue sino mucho después de 1990, cuando recibió de Carlos Salinas de Gortari la concesión de Telmex, que empezó la diversificación de capital.

Pero en México en poder económico genera poder político. Peña Nieto y una buena parte de la clase política se disponen a enfrentar gigantes que durante décadas frenaron la competencia en el sector de telecomunicaciones, confrontaron a la autoridad y obtuvieron ganancias que líderes opositores han considerado “obscenas” .

Durante su campaña a la Presidencia, Peña fue cuestionado por la oposición por su cercanía con las televisoras. Ahora parece dar un paso trascendental en el país con una ambiciosa reforma en materia de telecomunicaciones, que abre las puertas a dos nuevos canales de televisión y castiga los monopolios.

“Es una reforma muy consensuada, cambiará la fisonomía de la industria”, dijo el ex subsecretario de comunicaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Jorge Álvarez Hoth, en una entrevista con la prensa mexicana.

La reforma fue celebrada por Grupo Televisa. También por América Móvil, compañía de Slim que integra las empresas de telecomunicaciones Telmex y Telcel. Pero necesariamente afectará los intereses de estos gigantes dado que elevará de 49 a 100 por ciento la participación de inversión extranjera directa en telecomunicaciones y comunicación vía satélite, así como de 0 a 49 por ciento en radiodifusión.

“La capacidad monopólica de algunos de los empresarios más poderosos de México, incluyendo al hombre más rico del mundo, Carlos Slim, fue directamente atacada por un conjunto de nuevas medidas que apuntan a abrir a la competencia los sectores de telecomunicaciones y televisión. Los planes anunciados el lunes por el presidente Enrique Peña Nieto tienen como blanco principal a América Móvil, el gigante telefónico de Slim, y a Grupo Televisa, la principal empresa de televisión de México. Cada una controla 70% de sus respectivos mercados”, dijeron Anthony Harrup y Juan Montes, de The Wall Street Journal.

“La iniciativa pone en apuros al reino de Slim, un empresario mexicano de familia de origen libanés que construyó su fortuna de 73 mil millones de dólares a partir de la privatización de la compañía telefónica estatal en el gobierno del ex Presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari en los años noventa. El monopolio de las comunicaciones del magnate se ha expandido en América Latina, donde también domina en el sector con América Móvil, y a Europa, con la operadora holandesa KPN”, escribieron Sandra Parra y Andrea Sosa Cabrios, analistas de la agencia europea DPA.

“Slim, de 73 años, quien ha convertido en oro toda compañía que toca, por primera vez se enfrenta a la decisión de un gobierno mexicano de acotar su reino en materia de telecomunicaciones, sector cuyos ingresos representan en México unos 26 mil 600 millones de dólares al año, según un informe de 2012 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)”, agregaron.

América Móvil controla el 80 por ciento de las 19.6 millones de líneas de telefonía fija en México, así como el 70 por ciento de los 91.3 millones de suscriptores de telefonía móvil. Además, Slim posee el 74% del mercado de Internet fijo.

Pero no sólo el imperio de Slim será tocado. En las licitaciones de los dos nuevos canales no podrán participar las empresas que ya tengan concesiones por 12 MHz o más, hecho que afecta a Televisa, mayor consorcio de medios de comunicación en español, y TV Azteca.

Analistas citados por DPA creen que podría ser la oportunidad de Telmex para entrar en el mercado de la televisión, que hasta ahora se le ha negado de forma expresa en su título de concesión. Con la reforma, además, los concesionarios de televisión abierta deberán permitir la retransmisión íntegra de su señal de manera gratuita y sin discriminación. De igual forma, los concesionarios de televisión de paga deberán retransmitir las señales de televisión abierta sin costo para sus suscriptores.

“La reforma afectará de manera directa a Televisa y TV Azteca, compañías que se llevan la mayor parte del pastel en cuanto a penetración, además de que tienen el dominio de los contenidos. Televisa posee actualmente el 48,9 por ciento del mercado de televisión de pago. A diferencia de Slim, que no ha podido incursionar todavía en el mercado de la televisión, las televisoras ya pueden brindar servicios de telefonía e Internet”, explicaron Parra y Sosa Cabrios.

Slim ha intentado en vano desde 2006 entrar al negocio de la televisión de paga. Sin embargo, se lo prohíbe el título de concesión que le otorgó el Estado mexicano cuando le vendió Telmex. El gobierno mexicano se negó en 2011 a modificar las condiciones con el argumento de que las empresas de Slim no estaban cumpliendo su parte en el sector de telefonía, como por ejemplo al cobrar tarifas de interconexión demasiado altas a sus competidores. Las empresas de Slim han sido multadas varias veces en los últimos años por prácticas monopólicas.

Varias de las medidas incluidas en la reforma a las telecomunicaciones, con la que se creará el Instituto Federal de las Telecomunicaciones, fueron recomendadas por la OCDE.

La reforma de telecomunicaciones de Peña Nieto, que cuenta con el respaldo de los tres principales partidos mexicanos, fue presentada el lunes a estudio del Congreso, y a juicio de la presidenta del Observatorio de Telecomunicaciones de México, Irene Levy, “es un muy buen paso en materia de herramientas del Estado”.

“Políticamente el mensaje es correcto, de que el Estado está por encima de los poderes fácticos”, declaró Levy en entrevista con DPA.

La reforma impedirá que una empresa tenga más del 50 por ciento del mercado nacional ya sea en telefonía, televisión o Internet, y en un país donde los grandes monopolios dominan los principales sectores de la economía, incluido el petrolero, el paso dado por Peña Nieto es central.

Slim dice que no le teme a la competencia. Las mismas voces se oyen desde el sector de la televisión.

“Pero las reglas de juego podrían cambiar de manera rotunda en el país del “Rey Midas”, que ocupa el primer lugar de millonarios de la revista Forbes, si empiezan a desembarcar en su reino también grandes compañías internacionales para pelear por el trono”, consideraron los analistas Sandra Parra y Andrea Sosa Cabrios.

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