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Tomás Calvillo Unna

13/01/2021 - 12:01 am

Antimemorias. Testimonio de una época

El Dr. Nava no conocía a AMLO,
pero supo de sus esfuerzos
y reconoció el valor de su lucha.

Dr. Salvador Nava y Andrés López Obrador, noviembre 1991. Fotografía Revista Proceso

En su valiosa autobiografía política recién publicada con dicho título,
Humberto Mayans Canabal, sagaz y culto político tabasqueño,
narra cómo en junio de 1995,
Andrés Manuel López Obrador
entonces candidato del PRD al gobierno de Tabasco,
denunció el fraude
que el PRI de Roberto Madrazo llevó a cabo:
“AMLO el 9 de junio… dio a conocer en el zócalo de la Ciudad de México,
en el marco del éxodo por la democracia, el contenido de las cajas
con la documentación contable de los gastos de campaña de gobernador… equivalentes a 20 veces más de lo que el partido (PRI) había informado oficialmente.”

El escandaloso fraude exhibido en esos días de mediados de junio,
se sumaba a otros,
que expresaban la ruptura del engañoso orden democrático de entonces.
Ese marco del éxodo por la democracia
al que se refiere Mayans en su obra
tiene su origen en la caminata que en noviembre de 1991:
como líder estatal del PRD, emprendió AMLO
desde el Parque Juárez de Villahermosa
para reclamar el atraco cometido en las elecciones municipales.

Aquella caminata desde Tabasco a la capital de la República
seguía los pasos que semanas antes,
en septiembre de ese mismo año,
inició el Dr. Salvador Nava
desde la Plaza de Armas de San Luis Potosí,
a la Cd. de México: la marcha por la Dignidad,
cuyos pasos, afirmaría René Delgado: los escuchaba la Nación.
No se equivocó el asertivo periodista y lúcido analista;
López Obrador, invitó al Dr. Salvador Nava
a acompañarlo en su protesta pacífica que
llevaba al mismo corazón de la República.

El sureste con el golfo,
y centro-norte con el altiplano y su huasteca,
se entrelazaban simbólicamente en esa misma batalla
que exigía el fin del autoritarismo y la corrupción en México
y el establecimiento de un régimen democrático.
También se vinculaban dos tradiciones políticas:
la de un centro liberal y la de un sur social.

El Dr. Nava no conocía a AMLO,
pero supo de sus esfuerzos
y reconoció el valor de su lucha,
que como la suya,
no cedía ante la imposición.
Líderes populares ambos, supieron apoyarse mutuamente,
respetando sus diferencias e idiosincrasia;
percibían y ejercían la generosidad que entraña
el saberse parte de una misma nación.

Las puertas del sur y del norte se abrieron, dejando por unos meses
que los vientos democráticos sacudieran sus sociedades regionales
y al mismo país entero:
sembraron porvenir.

Así fueron esas décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado,
la llamada transición democrática,
que inspiró a ciudadanos de todos los rincones de México
y de distintas ideologías,
a terminar con el sistema de partido hegemónico
y dar paso a una democracia,
que se ha visto en mucho truncada,
por la brutal inserción del crimen
en la vida política y cotidiana de las comunidades
a lo largo y ancho del territorio nacional.

Aquellos eventos son aún inspiradores,
recordarlo ayuda a imantar la brújula del país
en momentos cruciales, que requieren de todos
para rehacer la condición propia de la sociedad mexicana,
comenzando por sus quebrantados pactos sociales y políticos,
sin los cuales, cualquier proyecto económico fracasa.

Mayans Canabal, Humberto D., Antimemorias. Testimonio de una época. Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa, México, 2020.

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