Salvar el sexenio o salvar a México

12/12/2014 - 12:00 am

“Medimos mal el tema de seguridad y el estado de derecho”, dijo Aurelio Nuño, jefe de gabinete de Enrique Peña Nieto, en una entrevista con El País el fin de semana pasado. Es la primera vez que un funcionario del gobierno reconoce que se equivocaron. Aceptar el error es un primer paso para solucionarlo; el segundo es un diagnóstico correcto y el tercero el tratamiento adecuado. Puesto en términos médicos los doctores ya aceptaron que la regaron, pero eso no quiere decir que el nuevo diagnóstico sea acertado y mucho menos que las medicinas y tratamientos que nos están recetando sea lo indicado.

Hasta ahora lo que hemos oído como diagnóstico es lo que dijo el presidente hace 15 días, algunas partes de la entrevista de Nuño y las declaraciones del secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón.  Nuño apuesta a que aplicando las reformas que envió el presidente al Congreso en materia de seguridad  lo demás es cuestión de tiempo, paciencia y buena operación. Esto es, confía en que el diagnóstico es correcto, la medicina adecuada y es cosa de darle tiempo al paciente. Soberón considera que hay factores externos que están están acelerando los síntomas del paciente y que lo hacen ver más grave de lo que está, por lo que hay que atacar esos factores.

Pero ninguno de los dos, ni el jefe médico, ahora el presidente de la República, ha considerado que la enfermedad de México es sistémica y puede convertirse en crónico-degenerativa; el problema es estructural. Suponiendo que Nuño tenga razón en que aplicando las recetas del decálogo y una gran dosis de presupuesto (el equivalente a la morfina en medicina, quita el dolor pero no cura la enfermedad) el país pueda reemprender el camino trazado por el gobierno de Peña, la recaída está a la vuelta de la esquina, porque México volverá a crecer pero lo hará profundizando la desigualdad, sin un estado de derecho que asegure la igualdad de todos ante la ley, y con nivel de impunidad y corrupción que más temprano que tarde volverán a irrumpir en la vida pública.

La decisión que tiene que tomar el gobierno de Peña es si quieren salvar a México (como decía la portada de Time hace justo un año) o salvar el sexenio. Las medidas tomadas hasta ahora son para salvar el periodo presidencial y, en el mejor de los casos, ayudarán a que el presidente Peña y su equipo entreguen al siguiente grupo un paciente aparentemente estable, pero gravemente enfermo.

La decisión que tenemos que tomar los ciudadanos es si nos conformamos con una solución a base de  paliativos, más morfina y cortisona, o si de una vez le entramos a resolver los problemas de fondo del país, aunque nos tome cinco, diez o quince años de sacrificio a una generación.

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