“López Obrador no le debe cuentas a nadie más que a su conciencia”: Juan Carlos Monedero

12/11/2018 - 12:28 pm

A propósito de las recientes elecciones en México, Juan Carlos Monedero, experto en ciencia política, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, colaborador de “La Tuerka” y “Público TV”, fundador del partido “Podemos”, seguidor de Antonio Gramsci y Boaventura de Sousa Santos, dice que “López Obrador tiene una enorme ventaja y es que es un señor mayor y que por tanto no le debe cuentas a nadie más que a su propia conciencia”. Una entrevista de semblanza sobre el segundo líder de la izquierda Podemos, en España.

Por Alejandro Massa Varela

Ciudad de México, 12 de noviembre (SinEmbargo).-Juan Carlos Monedero se encuentra de visita en México. Ha charlado ayer, domingo, con Paco Ignacio Taibo II, en el marco de las Brigadas para leer en libertad. Es experto en ciencia política y cuenta la historia desde la izquierda. Ha fundado con Pablo Iglesias “Podemos” y desde ese lugar, en un país que siempre se vuelca hacia la derecha, pone su posición, haciendo centro en las nuevas generaciones.

Esta es una nota de semblanza, realizada por Alejandro Massa Varela, en donde Monedero habla de los recientes resultados de las elecciones en nuestro país y dice, sabiamente, que “López Obrador tiene una enorme ventaja y es que es un señor mayor y que por tanto no le debe cuentas a nadie más que a su propia conciencia”.

–Una pregunta relacionada con el cantautor Joaquín Sabina, que a ti te gusta mucho. ¿Se encuentra más cerca de Brecht o de Bono?, ¿del autor de “Canción para las manos de un obrero” o ese que viaja con American Express?

–De Bertolt Brecht sin duda. Ten en cuenta que a Sabina le llegó el éxito cuando ya era mayor; el éxito no le cambió. Sabina es un tipo generoso con el dinero, muy amigo de sus amigos y bueno, pues él es él. Es un hombre que pertenece a su época, a su  tiempo. Fíjate que por ejemplo, a la gente más joven en España, algunas canciones de Sabina les parecen machistas, más alejadas de algunos valores que ahora están más en auge, ¿no? Pero Sabina es él, con sus contradicciones, es él incluso cuando se nos queda afónico.

–¿Cuál es la canción que más te gusta de Sabina?

–Uy, qué buena pregunta, es que Sabina, como forma parte de nuestra biografía sentimental, nos acompaña constantemente con diferentes canciones. Entonces, en cada momento histórico, cuando salimos de una decepción amorosa, pues nos acompañan unas; cuando queremos plantarle cara a la vida, pues nos suena otra; cuando estamos en una noche de fiesta, una distinta. Pero siempre está ahí “La canción más hermosa del mundo”.

–A pesar de los recientes guiños de reconciliación, el virtual presidente se enfrenta a una cúpula empresarial que representa el treinta por ciento del PIB nacional y que, por su envergadura orgánica, será muy difícil moderar sus privilegios y abusos. ¿Qué se puede hacer desde una apuesta de cambio?

–Mira, no conozco el dato exacto pero estoy casi seguro y me apuesto una cena con los que nos leen, a que aunque este consejo de la Patronal tenga el 30 % del PIB, estoy seguro que no tiene el 30 % del empleo, porque estos sectores manejan mucho dinero, pero luego por lo general no colaboran con las dos cosas más importantes para un país: generar empleo y pagar impuestos. Estoy convencido de que el nuevo gobierno va a tener que hablar con los empresarios y decirles: necesitamos empresarios patriotas, necesitamos empresarios mexicanos que crean en México y eso implica que necesitamos gente que pague impuestos en el país, creadores de puestos de trabajos dignos; que de alguna manera se rompa esa condena de los Tratados de Libre Comercio, que convierten a México en una enorme maquila, además con el enorme precio añadido del sacrificio de las mujeres, incluso de la propia dignidad, en la frontera con los Estados Unidos. López Obrador tiene una enorme ventaja y es que es un señor mayor y que por tanto no le debe cuentas a nadie más que a su propia conciencia. Al mismo tiempo es una persona sensata, que tendrá que negociar lo posible y lo imposible; nadie quiere líderes políticos que fuercen a los países a cosas que no se pueden pelear. Es una persona que tiene una enorme conciencia, recta, sobria, y por tanto, creo que a mí me recuerda mucho a Manuela Carmena en España,  me recuerda mucho a esas personas que con cierta tranquilidad pero al mismo tiempo con mucha firmeza, ponen en marcha cambios que no son tan fáciles desde posiciones más urgentes y menos dialogantes. Andrés Manuel López Obrador es consciente que los cambios son tan importantes que tienen que hacerse despacio porque México quiere ir muy lejos.

–Paco Ignacio Taibo II caracterizó al PRI como el matrimonio de las niñas bien porfiristas y los licenciados carrancistas. Esa suerte de status quo garantiza hasta hoy un conflicto de interés entre el México profundo y los grandes patrimonios. Si el país ya no cuenta con banca pública y vive en la jaula de la deuda externa más grande del continente, ¿con qué opciones cuenta un líder político que busque meter las manos en nuestro campo de capital económico para tratar de revertir las relaciones de desigualdad?

–La gestión por parte de Podemos en el ayuntamiento de Madrid ha generado un superávit anual de 1300 millones de Euros, y eso solamente no robando. Creo que en el momento en que tú frenas los robos, el ahorro es espectacular. Tienes que pensar que el robo no es solamente los sobrecostos de las obras públicas, de las compras públicas. No robar no es vaciar la caja desviando fondos de un sitio para otro, sino que también es de alguna manera negociando la reducción de una deuda que crece, crece y crece y se convierte en una soga para la gestión de lo colectivo. Yo creo que hay una cosa que para mí es una de las grandes novedades de Andrés Manuel López Obrador y es que ha empezado a viajar y esto demuestra, que AMLO se ha dado cuenta de que hay problemas que no tienen una solución mexicana, sino continental; esa maldición de México, tan cerca de los Estados Unidos y tan lejos del sur.

Andrés Manuel va a entender que el gran reto de la dictadura financiera se tiene que  solventar a nivel latinoamericano, que es algo que han planteado algunos líderes políticos demonizados. Fíjate que yo nunca he compartido el cien por cien del régimen cubano, pero cuántas cosas que se han planteado por parte de Fidel Castro son esenciales, entre ellas, mancomunar la deuda, es decir, que la deuda latinoamericana no se puede gestionar particularmente, porque cuando fusilan América Latina, la fusilan conjuntamente. La pelea no puede ser individual porque entonces la derrota está garantizada. Creo que en ese sentido, ser conscientes, rodearse de un buen equipo y demostrar desde el primer momento que no hay una conducta contraria a los empresarios, va por el buen camino y una de las cosas que seguramente se empezará a dar cuenta López Obrador es que nuestros países necesitan bancas públicas, liberarse de alguna manera de esos centros financieros tóxicos, que te prestan dinero a cambio de condenar a nuestros hijos al hambre.

–Con el fracaso político de Mariano Rajoy y el arribo a España de un gobierno socialista con el apoyo de Podemos, ¿qué relación tendrá con un México quizás no gobernado desde ideas de izquierda pero sí progresistas?

–Pues radicalmente diferentes. Ten en cuenta que el mejor amigo de Macri (Presidente de Argentina), responsable de tarifazos, responsable en un año de crear un millón y medio nuevo de pobres en Argentina, pues era Rajoy. Creo que ese apoyo que ha tenido un gobierno de grandes multinacionales, que ha encontrado en España el principal apoyo, se ha terminado. Hoy es muy difícil. El gobierno de Sánchez, que tiene 84 escaños y que está sostenido por Podemos que tiene 71 escaños, va a hacer valer el respeto a la soberanía y derechos latinoamericanos por encima de las exigencias de las grandes multinacionales. En ese sentido creo que las políticas tienen que orientarse de otra manera, está  muy bien que por ejemplo el sector turístico español colabore con México, pero no tienen sentido la rapiña, el robo, la deforestación, la desertización, por el abuso de un bien cada vez más escaso como es el agua. Yo creo que en todas esas cosas se abre una posibilidad de diálogo que antes no existía; el gobierno de Sánchez va a hace valer el interés de España, y nosotros nos vamos a encargar de recordarle que también hay intereses latinoamericanos que hay que respetar.

–Con la irrupción de MORENA y su enorme legitimidad, surge la posibilidad de una disrupción política, pero también para quienes reivindican ideas de izquierda, un riesgo de darle a Andrés Manuel un cheque en blanco. ¿Qué piensas?

–Ahí creo que hay algo muy relevante que hay que escuchar y es que por ejemplo el 132, al que tú dices haber pertenecido, también terminó su liderazgo en los grandes canales de televisión, quien autorizó a los líderes del 132 a terminar poniendo su nombre y la representación de ese movimiento al servicio de la Televisión responsable del mantenimiento de lo peor de política mexicana. Entonces, presuponer que el gobierno de López Obrador va a comportarse mal me parece que puede ser un elemento de salud democrática, pero lo que hay que hacer es inyectarle la única vacuna que existe, y que es válida para el 132, para Sheinbaum, para Morena o para Podemos, que es la participación popular. La pregunta importante es cuánto de participación popular va a mantenerse para exigir que los programas electorales se cumplan. Fíjate que no creas que confío mucho en los candidatos supuestamente independientes, porque al final los candidatos independientes vienen de sitios bastante parecidos al grueso de la política mexicana, y por tanto no pueden presentarse como seres níveos, limpios, blancos; son sepulcros blanqueados que además tienen el problema de que no tienen detrás ninguna estructura que les exija comportarse de una manera similar a la que habían prometido durante la campaña. En cambio, Morena tiene en ese sentido una garantía y es que tiene detrás una organización que le tiene que exigir a López Obrador. Fíjate que los partidos políticos son una estructura que ha envejecido regular, pero cuidado, los partidos políticos hoy son un mal necesario y la alternativa de los partidos políticos puede ser todavía peor.

“Escoger una alternativa a ese tipo de sociedad es hacer ver que aquello que decía Margaret Thatcher de que no hay alternativa es mentira y que la verdad es que otro mundo es posible”, dice Monedero. Foto: efe

–Pensando en la ultraderecha europea, encarnada en partidos como la Liga Norte de Matteo Salvini o el Frente Nacional de Marie Le Pen, me pregunto por la relación que puede tener con una América Latina donde germinan opciones políticas de corte evangélico…

–Hay cuestiones incontrovertibles y es que en el siglo XX hemos tenido tres grandes crisis en los últimos cien años, la crisis del 29,  la crisis del 73 y la crisis del 2007-2008 y estas tres crisis siempre han tenido lugar en un marco de democracia representativa y de sistema capitalista; por tanto, la crisis del sistema capitalista que necesitaba recobrar la tasa de ganancia sacrificando a más gente en ese molino satánico, como diría Karl Polanyi, convertía en sectores proletarizados a clases medias, aumentaba el número de los damnificados y por tanto de los descontentos. Han sido tres momentos de emergencia de procesos autoritarios; en los años 20 y 30 emerge el fascismo, en los años 70 emerge el neoliberalismo y a partir de la crisis del 2007-2008 emerge un nuevo autoritarismo donde los insiders por excelencia se presentan como outsiders. Yo creo que todos estos movimientos sean en América Latina o en Europa comparten lo mismo y es la necesidad de un blanco fácil, de un objetivo para canalizar el odio. En Europa es más fácil que sean los inmigrantes, en América Latina que es una región de migración es más complicado. Algunos lo han intentado en México con guatemaltecos, con los bolivianos, pero es verdad que un país que tiene tanta migración, difícilmente puede señalar a los inmigrantes como los responsables de todos los males y por tanto necesita buscar otros culpables. Eso es la razón por la cual se ha hecho tanto esfuerzo  por intentar demonizar  a Venezuela y también  por demonizar en general a la izquierda, vía el castrochavismo, los sindicatos, etc.

Como es una derecha sistémica que comparte el modelo neoliberal, comparte la explotación, la desregularización laboral, las privatizaciones, las enormes desigualdades, pues necesita canalizar esa ira hacia a algún lugar, no la va a canalizar hacia los Estados Unidos, necesita buscar a un enemigo y la pregunta por tanto es dónde construyes ese enemigo. En tiempos de insurgencia era muy fácil que el enemigo fuera el comunista, el sindicalista, el terrorista, hoy ya es más complicado. Te repito que es por eso el intento tan desmesurado de hacer de Venezuela, que era un país del que nadie sabía nada, la gran factoría del odio y del miedo. Creo que los evangelistas en América Latina tienen un papel terrible. Cuando yo he visto a evangelistas celebrar por el impeachment en contra de Dilma Rousseff, votando a los golpistas que la habían torturado, no entiendo en mi cabeza esa falta de compasión. A veces tengo la sensación de que el evangelismo es una religión apocalíptica de la desesperación que construye de alguna manera un odio interior, donde al final esa idea del pecado o el odio se mete en los propios individuos que se odian a sí mismos, siguiendo los mandatos de estos telepredicadores como una manera de quitarse esa tremenda angustia que se solventaría con Estados sociales.

Es verdad, por último, que la extrema derecha latinoamericana y la extrema derecha europea van a ponerse de acuerdo, porque las dos comparten el modelo económico. La conclusión que tenemos que sacar es que ellos utilizan los excesos del sistema para intentar construir un discurso del odio que les permita seguir mandando. Yo creo que merece la pena echar una ojeada a la película de Michael Douglas, la de Un día de furia, para ver cómo reaccionan esas clases medias que de repente se quedan sin trabajo, a las que nadie les ha explicado la complejidad de sus sociedades. Tenemos que pensar en el modelo económico, porque al final tenía razón Polanyi cuando decía que la economía de mercado construye sociedad de mercado, es decir, una lucha de todos contra todos y sálvese quien pueda, pero a nadie nos gusta; en el fondo, escoger una alternativa a ese tipo de sociedad es hacer ver que aquello que decía Margaret Thatcher de que no hay alternativa es mentira y que la verdad es que otro mundo es posible.

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