Los primeros auxilios sólo son aplicables en los casos en que la vida del animal esté en peligro. Aquí te damos algunas recomendaciones.
Ciudad de México, 12 de noviembre (SinEmbargo).– Como en los seres humanos, los primeros auxilios para las mascotas son una serie de técnicas de aplicación urgente que tienen como objeto dar tratamiento provisional en casos de accidente o enfermedad repentina y que se realizan antes de tener acceso a un médico que atienda el caso.
De acuerdo con el sitio español especializado en temas caninos, Encantadordeperros, los primeros auxilios para estos animales son aplicables toda vez que éstos se encuentren experimentando un gran sufrimiento, su condición pueda agravarse de no atenderse o puedan perder la vida si no se actúa de forma inmediata.
Una vez que se determina que es necesario atender al animal, es recomendable –como con los seres humanos– que aquel que preste auxilio se mantenga en calma y actúe de forma rápida para no perturbar al animal. Antes de realizar cualquier maniobra hay que considerar que, debido a la circunstancia, un perro puede reaccionar de forma agresiva, por lo que algunas veces es recomendable ponerle un bozal o improvisar uno con algún material que no le cause daño.
Es importante tomar en cuenta que tras cualquier caso de emergencia se debe acudir al veterinario para que haga una revisión y las recomendaciones pertinentes.
ASFIXIA
Los perros suelen meterse todo lo que puedan a la boca y esto podría derivar en que algún objeto obstruya sus vías respiratorias. Si es el caso, se recomienda abrir la boca del perro (cuidando no tapar las fosas nasales) e intentar retirar al objeto manualmente. De ser posible, debe pedirse apoyo a una segunda persona, para que se encargue de abrir el hocico del perro y evitar que éste intente morder.
Si el objeto se ha insertado en la tráquea, de modo que no le alcances a ver o extraer, se recomienda utilizar la maniobra de Heimlich. La maniobra en los animales no es sustancialmente diferente a la forma en que se aplica en humanos: se busca expulsar el objeto mediante una serie de compresiones abdominales abajo del diafragma.
En el siguiente video Manuel olivares, especialista en la materia, explica que antes de realizarla debe sacudirse brevemente al animal boca abajo, con el fin de facilitar que el objeto sea extraído; sólo en caso de que no funcione se procederá a las compresiones (y no sobrepasar las 4 o 5 pulsaciones).
ENVENENAMIENTO
En estos casos el protocolo de acción varía de acuerdo a la sustancia que el perro ha ingerido, por lo que es importante tener el teléfono de un veterinario a la mano para saber qué es lo que procede antes de la atención veterinaria. De acuerdo con el sitio Adiestradorcanino, entre los síntomas de envenenamiento podemos encontrar náuseas, vómito, temblores, convulsiones, sangrado y en casos graves hasta inconsciencia.
Si logras sorprender a tu mascota comiendo alguna sustancia tóxica debes identificar los componentes de lo ingerido para llamar al veterinario y preguntarle cuál medida de primeros auxilios aplicar. Algunas ocasiones puede inducirse al vómito o dar de beber algo, pero no debe hacerse sin asesoría puesto que podría ser contraproducente e incluso causar la muerte.
ATROPELLAMIENTO
Si tu perro ha sido atropellado es ideal que, en principio, te acerques a él con precaución, puesto que por el accidente podrá reaccionar de forma impredecible. Debes evaluar rápidamente su estado, esto incluye cerciorarse de su facilidad o dificultad para respirar, si está consciente o no, si puede ponerse de pie, la gravedad de sus heridas y si hay evidencia de alguna fractura.
Si tras la valoración se considera que el animal puede moverse del lugar debe hacerse con extremo cuidado. Para ello puede colocársele en una tabla y procurar inmovilizarlo para que no haya mayor daño. El sitio Pedigree.es recomienda mantener al perro en un lugar lo más tranquilo y cómodo posible, así como presionar sobre cualquier herida con un vendaje o paño limpio.
Encantadordeperros, por su parte, señala que en caso de detectar dislocaciones o huesos rotos debemos envolver cuidadosamente la parte lesionada para evitar que se mueva y que además no es conveniente darle al perro ni de comer ni de beber antes de llegar al veterinario, porque es probable que se tenga que anestesiar.
Por supuesto, lo que procede es trasladarlo al veterinario. En caso de que no sea posible, se debe pedir al profesional que acuda al lugar.
MORDEDURA DE OTRO PERRO
Si te encontraras en la necesidad de atender a tu perro porque resultó herido por otro es recomendable, primero, asegurarte de que no te muerda a ti. Acto seguido, debe eliminarse el pelo alrededor de la herida (en la medida de lo posible y con sumo cuidado). La herida ha de limpiarse con una gasa o tela limpia con agua.
De acuerdo con Instituto Perro, debe limpiarse la herida aplicando un poco de agua tibia y jabón antibacterial durante cinco minutos (no debe usarse alcohol, pues la piel puede ser dañada). Acto seguido debe trasladarse al animal a un veterinario, y con mayor urgencia si se trata de una herida grave.
Si hubiese hemorragia, es recomendable aplicar presión en la herida, de forma que se detenga el flujo de sangre. Es ideal aplicar un vendaje (que no haga demasiada presión) para que auxilie en el trayecto hacia el hospital veterinario.
GOLPE DE CALOR
Un golpe de calor implica un aumento de la temperatura interna del animal. De acuerdo en Encantador de perros, estos animales son más sensibles al calor que los humanos y no tienen la misma capacidad para regular su temperatura corporal.
Estos episodios pueden acontecer en días muy calurosos, porque el perro ha estado mucho tiempo bajo el sol o se le ha dejado en el interior de un coche con altas temperaturas. Entre los síntomas pueden encontrarse falta considerable de las fuerzas, temblores, dificultad de respirar, tambaleo o alteración en la salivación.
Para auxiliar a nuestro animal en un golpe de calor debemos intentar bajar su temperatura de forma gradual, hidratándolo y refrescándolo. Primero hay que colocarle en un sitio fresco. Acto seguido, puedes humedecer su boca y darle agua fresca para que beba.
Camino al veterinario podrás refrescarlo utilizando toallas o paños húmedos, aunque nunca debes cubrirlo por completo con éstos. Si tienes la posibilidad de tomarle la temperatura, deberás procurar que ésta no descienda más de los 38 grados.