David Luna, oficial asignado al área de Análisis e Información, al igual que su compañero el inspector Pedro Aguilar, ambos irapuatenses, fueron asesinados y localizados en Comonfort, una semana después de su plagio.
Por Laura Villafaña
Irapuato, Gto., 12 de octubre (Zona Franca). – Entre diversas exigencias y reclamos por la ola de violencia generada en los últimos meses en el estado de Guanajuato, amigos y familiares despidieron a David Luna y Pedro Aguilar, los oficiales asesinados en Cortazar, Guanajuato.
Con un beso y un abrazo se despidió de su esposa, el elemento de Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FSPE), David Luna, cuando salió de su casa el primero de octubre a las 9 de la mañana.
El oficial asignado al área de Análisis e Información, al igual que su compañero el inspector Pedro Aguilar, ambos irapuatenses, fueron asesinados y localizados en Comonfort, una semana después de su plagio.
Los restos de los policías estatales fueron velados durante la noche del jueves y la madrugada del viernes; los sitios contaron con la presencia de un gran número de elementos de FSPE; las exigencias de familiares y amigos de los fallecidos, que la autoridad asuma su responsabilidad, y equipe a los uniformados.
DAVID LUNA: UN EJEMPLO COMO PADRE Y ESPOSO
La esposa de David, que por seguridad omitió su nombre, narró lo que fue para ella, la semana más fea, pesada y horrible de su vida.
“No podría describirte con mis propias palabras, pero realmente fue una semana fea, yo la describo fea, porque fue pesada” dijo.
Señaló que su esposo evitaba hablar de muerte, evitaba hablar de los lugares a los que se desplazaría en su trabajo dentro de la corporación, a la que ingresó un año y ocho meses antes, por necesidad, pero también por el gusto de ser policía.
“Por necesidad, pero en parte a él le gustaba mucho, siempre le gustó mucho ser policía”, relató.
Previo a ello, David fue militar, lo que implicaba meses fuera de casa, “sus horarios eran meses fuera y él quería estar más tiempo con nosotros por eso decidió darse de baja”
Y es que un fin de semana en la vida del oficial era almorzar, comer y jugar con su familia: su esposa y sus hijos de 12, 9, 7 y 3 años, convirtiéndose así en un ejemplo como esposo y padre.
“Íbamos a una Iglesia cristiana y pues siempre era alegría nunca pensamos en muerte, nunca pensamos en nada (…) somos cristianos de entonces, nosotros creemos que después de la muerte viene la vida que es Jesucristo. A ellos les comenté que él ya había terminado su carrera, él que había llegado a la meta y como dice la Biblia cuando nosotros vayamos al cielo vamos a recibir coronas, entonces, así se los dije a mis hijos que él ya estaba en el cielo recibiendo su corona y de esa manera yo les hable a ellos que su papá ya se había ido”, explica.
La mujer dijo que un día después de su extravío, las autoridades avisaron lo ocurrido a los familiares, y una vez que vio el video que se difundió en redes sociales, pensó lo peor.
Agregó que se les brindó apoyo psicológico y lo referente a los gastos funerarios, quedando pendiente lo relacionado al seguro del oficial. No obstante, la petición hecha por la mujer a las autoridades fue ser responsables y equipar a los elementos.
“Que les brindaran más equipo de protección, que les brindaran más apoyo porque realmente a como está, creo que están más armados los delincuentes que nuestros propios policías y creo que eso sería lo más primordial, que los armaran más, que los equiparan más” añadió.
A las 2: 30 de la tarde, el cortejo fúnebre salió de la capilla, lo que implicó un despliegue de elementos de Tránsito municipal, quienes cerraron un tramo de la Calzada Insurgentes, en dirección al puente de Guadalupe.
INSPECTOR PEDRO AGUILAR: “¡PRESENTE!”
En una vivienda de la comunidad Tomelópez se despedía a Pedro Aguilar. Al mediodía de este viernes, salió el cortejo fúnebre, acompañado de un mariachi, que no paró de cantar “Un puño de tierra” y “Te vas ángel mío” estuvieron dentro del repertorio. Familiares, amigos, vecinos, y elementos de FSPE lloraban camino a la pequeña iglesia, donde se ofrecería la misa de cuerpo presente.
Las calles de la comunidad contaron con la vigilancia de los elementos en accesos, calles aledañas a la que fue la vivienda del policía, y en dirección al templo.
Un vecino y amigo describió a Pedro como un hombre trabajador, amante del futbol y quien disfrutaba de la compañía de su esposa e hija.
“Yo conozco a Pedro de toda la vida, fue mi vecino, siempre fue una persona honesta, trabajadora, nunca fue problemático, en sus ratos libres se iba al campo de futbol y se ponía a jugar con los amigos, de hecho, pertenecía a un equipo de aquí de Tomelópez, participaba, le gustaba”
Señaló que nunca se le vio ‘fanfarronear’ o con bienes que los hiciera pensar que estuviera involucrado en situaciones ‘dudosas’. Y es que los conocidos, relataron, que como vecino a veces ocupaba albañiles por una semana y los descansaba otras dos o tres, para poder pagarlo.
Junto con su esposa, Pedro se apoyaba económicamente, buscando el bienestar de su pequeña hija de 5 años.
Recuerdan que el primero de octubre, Pedro salió de su casa, pero a diferencia de otros días, estaba triste y subió a su camioneta para arrancar a vuelta de rueda “como si supiera que algo iba a pasar”.
El habitante de la comunidad dijo que una de las exigencias a la autoridad es que cumplan con su trabajo porque no hacen su labor y evaden su responsabilidad, pues solo se dedican a decir que son delitos del fuero federal para lavarse las manos.
“No es justo, fíjense en el dolor que esta pasando la familia, es algo triste, se imagina recibir a un familiar- el policía – en esas condiciones; aquí están las consecuencias y es algo lastimoso para la familia y la comunidad” agregó.
Al terminar la eucaristía, los elementos estatales rindieron los honores al inspector, cuyo nombre se escuchó tres veces en el pase de lista, a lo que siguió un minuto de aplausos. El ataúd fue cubierto con la bandera de México, al fondo estaba su fotografía, y a un costado, la familia.
El cortejo fúnebre salió de la comunidad para dirigirse por la carretera estatal Pueblo Nuevo- Irapuato, hacía el bulevar Mariano J. García, posteriormente recorrió el bulevar San Roque en dirección al panteón Los Olivos, donde Pedro Aguilar, el padre, el esposo el oficial de Policía, tiene su última morada.
El pasado 5 de octubre se dio la noticia de que tres policías de las Fuerzas de Seguridad Pública de Guanajuato, secuestrados en Cortazar, fueron asesinados durante esa semana. Dos de ellos habrían sido obligados a confesar que sus comandantes al mando están relacionados con el crimen organizado, como consta en videos difundido en redes sociales.
El portal A.M y medios locales señalaron que los tres elementos habrían sido secuestrados el lunes de esta semana, cuando fueron sorprendidos por sujetos armados.
Videos difundidos en redes sociales mostraron a dos hombres hincados que precisamente se identificaron como Pedro Aguilar, quien tendría 19 años en la corporación, y David Luna, que ingresó hace poco más de un año al policía estatal. Ambos pertenecían al área de Análisis e Información. Los elementos fueron hallados sin vida en la carretera Valle de Santiago-Pueblo Nuevo. El tercero intentó escapar cuando lo plagiaron, pero los sicarios lo atropellaron y dispararon hasta matarlo.
