Cuando se ingiere nitrito en la saliva, parte de esta molécula se absorbe rápidamente en la circulación y se convierte de nuevo en óxido nítrico, lo que ayuda a mantener la dilatación de los vasos sanguíneos y provoca una disminución sostenida de la presión arterial después del ejercicio.
Madrid, 12 de septiembre (EuropaPress).– El uso de enjuague bucal puede reducir los beneficios del ejercicio físico, especialmente en lo relativo a la reducción de la presión arterial, según ha sugerido un equipo internacional de investigadores, dirigidos desde la Universidad de Plymouth (Reino Unido), y que ha sido publicado en la revista Free Radical Biology and Medicine.
Concretamente, los expertos han demostrado que el efecto reductor de la presión arterial que aporta el ejercicio se reduce significativamente cuando las personas se enjuagan la boca con enjuague bucal antibacteriano, en lugar de agua, lo que demuestra la importancia de las bacterias orales en la salud cardiovascular.
La comunidad científica ya era conocedora de que durante el ejercicio físico se produce una dilatación de los vasos sanguíneos, si bien no se conocen los motivos por los que la circulación sanguínea sigue siendo alta tras la realización de una actividad física, lo que hace además que se reduzca la presión arterial.
“Investigaciones anteriores han sugerido que el óxido nítrico no está involucrado en esta respuesta posterior al ejercicio, y solo está involucrado durante el ejercicio, pero el nuevo estudio desafía estos puntos de vista. Todo tiene que ver con la degradación del óxido nítrico en un compuesto llamado nitrato, que durante años se pensó que no tenía función en el cuerpo, si bien la investigación en la última década ha demostrado que el nitrato puede ser absorbido por las glándulas salivales y excretado con saliva en la boca”, han explicado los científicos.
Y es que, cuando se ingiere nitrito en la saliva, parte de esta molécula se absorbe rápidamente en la circulación y se convierte de nuevo en óxido nítrico, lo que ayuda a mantener la dilatación de los vasos sanguíneos y provoca una disminución sostenida de la presión arterial después del ejercicio.
Ante esto, los científicos han querido comprobar si bloqueando la capacidad del nitrato para convertirse en nitrito, mediante la inhibición de las bacterias, se producía algún efecto sobre la reducción de la presión arterial tras la práctica de ejercicio físico.
Para ello, solicitaron a 23 adultos sanos que corrieran, en dos ocasiones distintas, en una cita durante 30 minutos y se sometieran a una monitorización durante las dos horas posteriores a la realización de la prueba. En cada ocasión, a los 30, 60 y 90 minutos después del ejercicio, se les pidió que se enjuagaran la boca con un líquido, ya fuera un enjuague bucal antibacteriano (clorhexidina al 0.2 por ciento) o un placebo de agua con sabor a menta. Ni los investigadores ni los participantes sabían con qué líquido se enjuagaban.
Posteriormente, se midió su presión arterial y se tomaron muestras de saliva y sangre antes del ejercicio y a los 120 minutos después del mismo. No se permitieron alimentos ni bebidas, excepto agua, durante el ejercicio y el período de recuperación, y ninguno de los participantes del estudio tenía problemas de salud bucal.
SIN BENEFICIOS ARTERIALES A LAS 2 HORAS DE REALIZAR EJERCICIO
De esta forma, los investigadores comprobaron que los participantes que se habían enjuagado con placebo la reducción de la presión arterial fue de unos 5.2 mmHg a la hora de realizar ejercicio físico, mientras que la disminución sólo fue de 2 mmHg entre los que habían utilizado enjuague bucal antibacteriano.
“Estos resultados muestran que el efecto reductor de la presión arterial del ejercicio disminuyó en más del 60 por ciento durante la primera hora de recuperación y se eliminó por completo dos horas después del ejercicio cuando los participantes recibieron enjuague bucal antibacteriano”, han aseverado los expertos.
Asimismo, durante el estudio también observaron que cuando se administró enjuague bucal antibacteriano a los participantes, sus niveles de nitrito en sangre no aumentaron después del ejercicio, sino que sólo se produjo cuando usaron placebo, lo que indica que las bacterias orales son una fuente clave para esta molécula en la circulación sanguínea, al menos durante el primer período de recuperación después del ejercicio.