The Huffington Post

9 buenos hábitos que debes formar a lo largo de tu vida

12/04/2015 - 12:00 am

Por Chisthoper Baquero, especial para SinEmbargo

Ciudad de México, 12 de abril.- (SinEmbargo/TheHuffigtonPost) Según la autora de éxitos de ventas, Joyce Mayer, “los hábitos son cosas que aprendemos a hacer mediante la repetición y que finalmente hacemos ya inconscientemente o con muy poco esfuerzo”.

La situación es que muchas de las veces nuestros hábitos no son los mejores ni los que nos aporten realmente a tener una vida más plena: sucumbimos a comidas que nos hacen mal, no hacemos ejercicio o no el que necesitamos para mantener un cuerpo sano, tenemos pensamientos negativos que nos llevan a emociones similares y a decisiones que por consecuencia tampoco son las mejores; puede que no controlemos la lengua y la queja se convierte en nuestra principal palabra, y así.

Científicamente se sabe que los hábitos se forman por el fortalecimiento de asociaciones entre neuronas, la repetición fortalece sus conexiones y hace más probable que descarguen juntas. La teoría dice que para que las conexiones se debiliten, reescriban o se formen nuevas con otras neuronas debe pasar un tiempo y muchas repeticiones.

Foto: Shutterstock
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Varios estudios dicen que para formar nuevos hábitos se requieren 21 días. Un estudio del University College London decidió investigar de forma más científica la duración necesaria para instaurar un hábito teniendo en cuenta las diferencias entre los distintos tipos de hábitos. Las conclusiones de este estudio son que, si bien es cierto que se podría instaurar un hábito en 21 días (un hábito muy simple), la mayoría de ellos requerirán un periodo más largo, superior incluso a los 3 meses.

En su libro “Cómo formar buenos hábitos y romper malos hábitos”, Joyce Mayer identifica algunos que te sugiero empezar a fomentar en tu vida. En esta columna te resumo 9 de los 14 que Meyer cita:

Pensamientos y palabras adecuadas. Aquello sobre lo que fijamos nuestra mente es lo que normalmente declaramos y es lo que siempre se convierte en realidad. Revisa qué estás pensando porque con ello estás creando tu vida. Joyce dice: “donde va la mente, allí le sigue el hombre”. Si piensa regularmente y habla cosas positivas, buenas y llenas de vida, verá cambios en usted mismo y en su vida que le gustarán. Lo que está en nuestro corazón sale por nuestra boca. De qué está lleno tu corazón.

Ser decisivo. Si quieres avanzar en la vida, es necesario tomar decisiones de manera sabia y oportuna. La vida está llena de decisiones, hasta qué comer es una de ellas, de hecho hay personas que toman la decisión de no decidir y que otros decidan por ellos. Tu vida es tu vida, no la dejes en manos de nadie más. Ten presente que en el camino, siempre vamos tomar buenas y malas decisiones, esto es un aprendizaje y de lo que se trata es de aprender de las experiencias que vivimos para futuras decisiones. La cosa es poder decidir, porque si vacilamos o dudamos nos volvemos inestables en todos nuestros caminos. Si no tenemos paz con respecto a algo, o si no sería sabio hacerlo, entonces no deberíamos hacerlo.

El hábito de ser feliz. Abraham Lincoln dijo: “las personas son tan felices como se propongan serlo en su mente”. Ahí está la respuesta, la felicidad es una decisión suya, una actitud ante lo que suceda, sea bueno o lecciones de aprendizaje, el cómo lo viva, será su decisión. Hay quienes se enfocan tanto en los problemas que no buscan ni consideran trabajar en la solución, por ejemplo. Hay quienes se autoimponen metas de dimensiones que no son capaces de realizar y esto lleva a la frustración. Recuerda que no siempre querer es poder: de pronto quisieras ser cantante, pero lo tuyo de pronto es tocar un instrumento porque no se te dio el talento de la afinación. Hazte más responsable de tu gozo y felicidad y no lo busques en una situación o en una persona, la felicidad solo depende de ti.

Ser excelente, no perfeccionista. Edwin Bliss dijo: “la búsqueda de la excelencia es gratificante y saludable. La búsqueda de la perfección es frustrante, neurótica y una terrible pérdida de tiempo”. Joyce asegura que es muy importante que usted vea la diferencia entre esforzarse por ser excelente y esforzarse por una perfección, que nunca alcanzará de paso. Si no la ve, dice la autora, se sentirá frustrado y se sentirá un fracaso en cada paso del camino. La excelencia es hacerlo mejor cada día, avanzar, ir siempre una milla extra, sin desgastarnos porque no fue perfecto.

Ser responsable. Un hábito muy necesario en la vida de muchos que se la pasan viendo a quién responsabilizan de lo que solamente ellos son responsables. Joyce dice que todos tenemos cosas que afrontar sobre nosotros mismos y valiente es el hombre o la mujer que están dispuestos a hacerlo. Nunca debemos tener temor a admitir que estamos equivocados en algo o que hemos cometido un error. Deja las excusas y admite lo que debes admitir.

Ser generosos. La mayoría de las personas van por la vida enfocadas solamente en lo que desean y su vida gira en torno a ellos. Todos somos unos y lo que uno hace afecta sin querer queriendo al otro. ¿Qué estás haciendo porque los demás estén bien o consigan sus anhelos? Joyce dice que el dar puede comenzar como una disciplina, pero debería desarrollarse y convertirse en deseo. Podemos aprender a dar por mero gozo que encontramos al hacerlo. Es más puede que estés pasando por algo muy complicado y siempre habrá alguien más en una situación parecida o más difícil, enfócate en apoyar a esa persona y verás como tu problema disminuye, no es que lo evadas es que te darás cuenta de que puedes solucionarlo.

La prisa. Vivimos en un mundo de prisa, en el cual todo era para ayer y la verdad es que podemos hacer menos si queremos, primero está nuestra calidad de vida, de tomar la decisión de no pasar apresuradamente en nuestro día, sin tomar tiempo para maravillarnos y observar, disfrutar y apreciar todo lo que la vida nos ofrece. ¡Suelta la prisa y empieza a disfrutar de tu vida ahora!

Las emociones. Todos tenemos emociones y nunca sabemos cuándo aparecerán o se irán, pero no tenemos que permitir que nos gobiernen. Es necesario soltar malos hábitos como el de sentir lástima por nosotros mismos (autocompasión), pensar en cosas negativas, vivir enojados, estar resentidos y demás.

La confianza. La confianza es saber que tú, por más que hagas no tienes el control de tu vida, que no hay una escritura que diga que tú a tal edad, tal día, tal hora, deberías tener tal bien material o haber logrado tal cosa profesional o personal, también es aprender que la vida te da lo que necesitas, nunca tarde ni antes, siempre en el momento que debe ser, así que es mejor relajarse, hacer todo lo que podemos, pero no afanarnos y entender que si algo no sucede es porque vendrá algo mucho mejor en el futuro y que si algo se borra de nuestras vidas es para escribir algo mejor.

En tus manos está, ¡así que manos a la obra!

Y recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!

¡Gracias por existir, compartir y estar!

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