El periodista Noé Zavaleta habló con SinEmbargo sobre su libro Las buscadoras. En la plática expuso cómo las fosas clandestinas evidencían el fracaso institucional en materia de seguridad en los últimos 15 años, y en los últimos gobiernos independientemente del partido al que pertenezcan. “Hay un fracaso institucional que no queremos admitir pero ahí está”.
Ciudad de México, 12 de marzo (SinEmbargo).– Detrás de la crisis humanitaria de los desaparecidos que hay en México está la indiferencia, la omisión gubernamental y en muchos casos la complicidad criminal de la fiscalías con las células del crimen organizado, “en algunos casos Cártel de Jalisco Nueva Generación, en otros casos Cártel de Sinaloa y en los menos, pero también los hay, en el Cártel del noreste”, denunció el periodista Noé Zavaleta.
Zavaleta acaba de publicar Las buscadoras (HarperCollins) un recorrido por el viacrucis de las madres de desaparecidos que buscan a sus hijos “debajo de la tierra, en barrancos, en fosas clandestinas, en casas de seguridad, en cárceles, en hospitales, en los plantones, en el zócalo, en las marchas, en las fiscalías, la General de la República, pero también en las fiscalías de los estados”.
Noé Zavaleta recordó en entrevista con SinEmbargo cómo en el 2007 con la irrupción violenta de Los Zetas en Veracruz muchos periodistas como él tuvieron que aprender a cubrir la violencia. ”Fuimos aprendiendo de a poquito, sobre la experiencia y cometiendo errores también”.
Pero a partir del 2011, expuso, se empieza a extender el fenómeno de las desapariciones que anteriormente había acechado a Baja California, Chihuahua, Sinaloa hasta que alcanzó al sureste mexicano.
“En aquel entonces estaba Javier Duarte de Gobernador y el tema de desaparecidos era vedado, entonces algunos familiares de desaparecidos me empiezan a buscar a mí, yo en aquel entonces estaba en la revista Proceso y hago un reportaje: ‘Veracruz, un auténtico agujero negro’, y me empiezan a llegar más casos de desaparecidos y de repente otro reportajes sobre las fosas de Colina Santa Fe y de repente en Proceso me dicen ‘te vas a ir a Sinaloa y luego te vas a ir a Michoacán y luego te vas a ir acá y allá’ y de repente, en este lado noble de las redes sociales, en Facebook, me empiezan a agregar colectivos de desaparecidos de Nayarit, de Tepic, de Jalisco y cuando voy a algunas brigadas nacionales, pues hago relaciones con varias madres de desaparecidos y que hoy tienen un resultado final que es este libro”, compartió.
Zavaleta señaló en ese sentido que las fosas clandestinas evidencían el fracaso institucional en materia de seguridad en los últimos 15 años, y en los últimos gobiernos independientemente del partido al que pertenezcan. “Hay un fracaso institucional que no queremos admitir pero ahí está”.
“Te pongo un caso, el Colectivo Nuestros Corazones de Guadalajara, Jalisco, todos los días me mandan videos de que encuentran positivos en algún punto de Zapopan, Tonalá, Tlajomulco, Guadalajara y nos podemos seguir. Yo incluso te confieso, el libro se estaba yendo imprenta y yo ya tengo ahora para una segunda edición, actualizaciones dos capítulos más de Jalisco, de Quintana Roo, de en Guanajuato”, platicó.
Zavalata dijo que el país es un ‘fosario’ por el número de restos que son localizados todas las semanas, una situación que se suma a la falta de voluntad política de querer avanzar en la identificación de cuerpos.
“Tú cuando a la madre de un desaparecido le dices aquí está tu hijo, la madre cierra un ciclo de dolor, se va de un tema luctuoso, le da cristiana sepultura al joven o a la jovencita y se retira del colectivo y las demás lo entienden, porque tu búsqueda ya acabó, tu tarea ya terminó, ya no tienes por qué seguir en este víacrucis y en este esquema de dolor, pero qué es lo que pasa, que como el avance es muy lento y las desapariciones continúan cada vez surgen más colectivos”, denunció.
Noé Zavaleta coincidió que se trata de un tema que ya rebasó a las autoridades y que al mismo tiempo ha mostrado la falta de un diagnóstico puntual del tamaño del problema. “Hay que decirlo así, hoy hablamos de 117 mil-120 mil desaparecidos y no tenemos una cifra exacta. Cuando arrancó este gobierno nos prometieron un Banco Nacional de Datos para los desaparecidos, se está acabando este gobierno y no hay nada y no lo va a ver”.
Las madres, dijo, incluso han tenido que recurrir a organismos internacionales, a ONGs, llamar la atención de la prensa nacional y del extranjero porque ya nadie las atiende.
“Ya nadie las escucha, a dónde hemos llegado que hoy en las principales plazas públicas del país hay memoriales de desaparecidos, hay un memorial de desaparecidos en Jalapa, aquí hay una glorieta donde estaba la ahuehuete, el malogrado ahuete, ahí ya es un monumento no oficial pero de tributo a los desaparecidos, en Guadalajara en la Calzada Niños Héroes, en el sector Chapultepec, ya no es la Calzada Niños Héroes, ya le dicen la Calzada de los desaparecidos porque abajito de Juan Escutia y demás, ya colocaron todos sus carteles y lonas de desaparecidos, en Monterrey creo que también los hay, en Guanajuato”
Además, expuso, están los asesinatos de familiares de desaparecidos y también están las medidas represivas del propio Estado. “A veces entra mucho la violencia institucional y la violencia criminal.”
“También hay otra cosa que a veces uno no toma en cuenta e imagínate lo doloroso que debe ser cuántas madres de desaparecidos ya se han ido a la tumba por muerte natural y que hicieron su última respiración sin saber qué pasó con sus hijos, algunas murieron de cáncer, otras de diabetes, algunas la misma depresión les hizo que sus enfermedades se hicieran más crónico degenerativas y se fueron a la tumba sin saber qué pasó con su hija, a dónde la fueron a enterrar, a dónde la fueron a dejar, o si el hijo fue reclutado por el crimen organizado y está en algún narco rancho en alguna situación de semi esclavitud por llamarlo de alguna manera y lamentablemente esta indiferencia o este desdén gubernamental ya no da para más, es un tema por demás rebasado”, puntualizó.