“Soy un hombre del pueblo”. Danny Boyle rechaza el título de Sir, dice no a James Bond y sí a la secuela de “Trainspotting”

12/03/2013 - 12:00 am
Foto: EFE

Ciudad de México, 12 mar (SinEmbargo).- Cineasta independiente, inquieto y profundo, el inglés Danny Boyle reina en la cima de una carrera prodigiosa que incluye un Oscar por Slumdog Millionaire y la organización de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Boyle, nacido hace 55 años en Manchester en una familia de emigrantes irlandeses, ha dulcificado su imagen en los últimos años, después de un inicio de carrera en producciones de televisión y un salto al cine retratando mundos marginales y relacionados con la droga.

Su primera película fue Shallow Grave (1994), donde contaba ya con el actor escocés Ewan McGregor, entonces desconocido pero que, como el propio Boyle, saltó a la fama con Trainspotting (1996), la dura historia de un grupo de drogadictos entre Glasgow y Londres.

“Es alguien con quien me entiendo a la perfección, con el que he vivido momentos importantes de nuestras vidas. Es una persona y un director valiente, que sabe lo que quiere y al que no le importa no ser convencional”, dijo McGregor.

LA INOLVIDABLE CEREMONIA OLÍMPICA

Las mujeres sufragistas, los héroes de guerra, las transformaciones de la Revolución Industrial fueron algunos de los hechos históricos, sociales y culturales con las que el cineasta Danny Boyle honró la cultura inglesa  y con ello celebró también a Occidente.

La ceremonia de apertura de la XXX edición de los Juegos Olímpicos Londres 2012 superó todas las expectativas y brindó momentos gloriosos, deslumbrantes, que quedarán para siempre en la retina y el corazón de millones de espectadores de todo el mundo.

Sucede, además, que muchos de los hitos y las personalidades de la cultura británica también lo son de Occidente, por lo que no fue difícil identificarse con cada uno de los momentos transcurridos en el espectáculo que Danny dio en llamar Las islas de las maravillas.

El famoso actor y director Kenneth Branagh recitando un fragmento de La tempestad, de William Shakespeare, la escritora J.K.Rowling leyendo un capítulo de su Harry Potter acompañada por la música de Mike Olfield, compitieron en importancia con la escolta real que le brindó el mismísimo James Bond encarnado por Daniel Craig a la reina Isabel de Inglaterra.

La música de Vangelis, Carrozas de Fuego y Jerusalem, el impresionante Mister Bean en la piel del actor Rowan Atkinson, quien hizo gala de su particular humor y se robó el aplauso de la multitud.

Muse, Pink Floyd, Eurithmics, The Ramones, Paul McCartney, The Who, Queen, Rollings Stones, Los Beatles, David Bowie,Arctic Monkeys,  integraron  la exquisita banda de sonido en una ceremonia cargada de detalles, grandeza visual y mucha poesía que consagró al famoso cineasta.

Tanto así que en un gesto de gratitud, la reina de Inglaterra le ofreció la mayor distinción a que puede aspirar un ciudadano británico: el título de Sir, un reconocimiento que el director declinó suavemente, por considerarse “un hombre del pueblo, igual a los demás”.

NO SERÁ CABALLERO DE LA REINA Y NO DIRIGIRÁ JAMES BOND

Danny Boyle no será, en consecuencia, caballero de la Reina Isabel II, puesto que en su visión, la organización de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, intentaba proclamar y celebrar la igualdad de todos los ingleses.

Para demostrar esa igualdad, usó los servicios de Su Majestad, quien hizo gala del buen humor que caracteriza a los británicos y protagonizó un breve filme junto al mismísimo James Bond, encarnado por el más que guapo Daniel Craig.

La historia inicia en el palacio de Buckingham, cuando el agente 007 llega a buscar a la reina y es recibido por los simpáticos y eufóricos perros de la gran dama, Happy y Glorious, llamados así por   uno de los versos del himno británico.

El ácido humor de los ingleses se expresa con toda su crudeza: la reina sólo presta atención a la presencia de Craig en el momento que la aguja del reloj marca exactamente las 18 horas.

Los segundos o minutos previos, el espía más glamoroso del mundo debió esperar como estaca, observando las espaldas de Isabel.

Luego, ambos se montan en un helicóptero que sobrevuela Londres hasta llegar al Estadio Olímpico, desde donde se “lanzan” en paracaídas para arribar con la parsimonia típica de la realeza, con una sonrisa a medias, enfundada en un hermoso vestido rosa.

La organización aclaró que fueron en realidad dos conocidos extras, Gary Connery y Mark Sutton, los que se lanzaron en paracaídas sobre el Estadio de Stratford y no la anciana soberana ni el actor británico.

Precisamente, del agente 007 tenemos que hablar, pues en otra educada declinación, el también director de 127 horas, actual novio de la actriz estadounidense Rosario Dawson, echó por tierra los rumores que lo hacían al frente de la próxima entrega de James Bond, la número 24, que también protagonizará su tocayo Daniel Craig.

Como se sabe, Sam Mendes, cuyo Skyfall fue muy elogiado, anunció recientemente que no estará en el próximo filme del personaje creado por Ian Fleming. Fue cuando todos los ojos voltearon a ver a Boyle.

“Son diferentes tipos de películas. Son enormes. Son simplemente enormes. Ese tipo de proyecto, no sacaría lo mejor de mí”, se disculpó.

Lo que parece que se concretará es la segunda parte de Trainspotting, con la adaptación de Porno, el libro de Irvin Welsh, a cargo del guionista John Hodge.

“Siempre ha habido un plan a largo plazo para hacer Trainspotting 2.  Si John es capaz de hacer un guión suficientemente decente, no creo que suponga un problema para Ewan (McGregor) o el resto del reparto. La razón para hacerla es que la gente estima la original, la recuerdan o la han visto o los tomó demasiado jóvenes”, explicó Boyle.

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