Ciudad de México, 9 de diciembre (SinEmbargo/HuffingtonPost).-La canadiense Meagan Penman estaba viajando por Tailandia el verano pasado cuando se encontró a un perro paralizado que estaba arrastrando sus patas por la arena. El perro estaba desnutrido, cubierto de garrapatas y tenía heridas profundas en sus patas. A pesar de todo, su espíritu era alegre.
“Lo extraño fue que cuando lo encontré en la playa, a pesar de toda la negligencia, estaba muy desesperado por contacto humano”, dijo Penman a The Huffington Post en un email. “Aún era muy dulce y me pedía que lo acariciara”.
Penman pudo llevar al perro, que ahora se llama Leo, a un veterinario, pero no pudo encontrar un grupo de rescate que lo aceptara. Luego organizó que el cachorro fuera trasladado a Canadá.
Una página de recaudación de fondos en YouCaring.com se estableció para recaudar dinero para cubrir los gastos médicos de Leo, y una página de Facebook, “Help Save Leo” (Ayuda a Salvar Leo), se diseñó para correr la voz. Una nota en Facebook que fue publicada en julio explicó la severidad de la condición de Leo:
“No estaba muy sorprendida cuando vi los rayos X de Leo”, dice la nota. “Su espalda está rota y él está completamente paralizado en sus patas traseras y no siente ningún dolor en la parte inferior de su cuerpo. Nunca volverá a caminar pero creo que todos lo sabíamos. Todavía está cubierto de garrapatas. Como miles... pero deben morir en la próxima semana”.
Le llovieron las donaciones, y la meta de recaudación de 2 mil dólares se superó pronto. Leo llegó a Canadá el mes pasado. Actualmente está bajo el cuidado de Jamie Smith de Sarnia, Ontario, mientras se recupera. Usa una silla de ruedas de K9 Carts.
“Leo está muy bien, aparte de unos cálculos en la vejiga que se están tratando, goza de buena salud”, dijo Penman a HuffPost. “Todavía tiene que subir de peso un poco, pero está muy bien. Ahora que tiene la silla de ruedas puede ir a caminar y soltar un poco de energía, incluso persiguió a una ardilla por primera vez el otro día”.
“Su personalidad ahora que está en casa es casi igual”, dijo Penman, y agregó: “Ahora que está en casa y limpio, recibe infinidad de abrazos. La mayor diferencia que he notado es que ahora tiene mucha más energía y sus ojos son mucho más brillantes. Es el perro más dulce, él quiere a todos y a todo”.