Observar edificios estéticos tiene en el cerebro un efecto similar a la meditación

11/11/2014 - 12:00 am

Ciudad de México, 11 de noviembre (SinEmbargo).- Arquitectos y neurocientíficos realizaron un estudio en Estados Unidos, en el que concluyeron que contemplar edificios como museos o iglesias tiene un efecto en el cerebro parecido al de la meditación.

El Dr. Julio Bermudez y su equipo examinó a un grupo de arquitectos a quienes mostró fotografías de edificios contemplativos y no contemplativos, y al mismo tiempo analizó su actividad cerebral por medio de resonancia magnética.

Los investigadores decidieron trabajar con arquitectos para precisamente incrementar las posibilidades de tener resultados concluyentes, pues de por sí es un área poco explorada en la que se lucha por conseguir fondos para llevar a cabo estudios, pues, según dijo Bermudez a The Atlantic, “es difícil sugerir que la gente puede morir por ello”. Así, la sensibilidad y experiencia de los profesionistas sería más útil para observar aspectos que otra persona podría pasar por alto.

El objetivo de este trabajo fue trasladar algo subjetivo a observaciones neurocientíficas. Para ello comprendieron que la llamada arquitectura contemplativa integra elementos de diseño que a lo largo de la historia se han empleado con motivos religiosos, por lo que se pueden usar en cualquier sitio destinado a la contemplación o el descubrimiento, ya sea de naturaleza espiritual, personal o científica.

El museo Guggenheim en Nueva York. Fotografía: Shutterstock
El museo Guggenheim en Nueva York. Fotografía: Shutterstock

Para evitar los cuestionamientos de los escépticos que argumentaran que la observación de edificios bellos y la determinación de si éstos lo son o no, es subjetivo, tomaron como referencia investigaciones previas que se enfocaron en la evaluación estética y los cambios que hay en la corteza frontal orbital cuando se realizan juicios sobre si algo es bonito o feo.

Luego de ver las fotografías de varios de los edificios más bonitos del mundo, según los investigadores, como el museo Guggenheim de Bilbao, el Louvre en París, o la casa de Frank Lloyd Wright, los 12 arquitectos dijeron que los sentimientos de “paz, relajación, disminución en la divagación de la mente y un aumento de la atención” fueron los efectos comunes en el grupo.

En primera instancia, las conclusiones que trajo el estudio es que el cerebro se comporta de manera distinta cuando observa construcciones contemplativas y otras que no lo son. Pues la “arquitectura estética” se asemeja a la meditación en algunos aspectos.

La Academia de Neurociencias de Arquitectura (ANFA, por sus siglas en inglés) determinó además que hay una moda creciente entre los arquitectos y diseñadores interesados en el efecto que el entorno construido tiene en las personas que viven en él. Por ello, se ha profundizado en las consecuencias del alto de los techos en las funciones cognitivas, o la manera ideal de construir un hospital para mejorar la memoria de los pacientes que se están recuperando de una lesión cerebral, o la influencia de la luz en el comportamiento y rendimiento de las personas en una oficina.

en Sinembargo al Aire

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