Partiendo de la definición de elecciones según (Mackenzie, 1974) es “una forma de procedimiento, reconocida por las normas de una organización, en virtud de la cual todos o algunos de sus miembros escogen a un número de personas, o a una sola persona, para ocupar cargos en tal organización”, o considerando a las mismas como un mecanismo institucionalizado a través del cual un grupo de personas manifiestan su preferencia para decidir quién se desempeñará en un puesto específico en un órgano en particular, que tendrá atribuciones de gobierno, representación o control y por tanto, con autoridad sobre el mismo grupo que lo elige.
La democracia necesita de las elecciones, puesto que se constituyen en el medio para seleccionar un gobierno, esta función la desarrollamos de forma directa mediante el Voto.
Las elecciones constituyen la base del concepto “democracia”, por tanto se puede señalar que existe un régimen democrático cuando:
• Los gobernantes son elegidos popularmente en una lucha abierta y libre por el poder.
• Las elecciones son la fuente de legitimación tanto del sistema político, como de sus líderes o dirigentes.
• Las elecciones son el medio a través del cual se verifica la participación política en las grandes mayorías.
En la democracia, las elecciones también funcionan como una herramienta de control de los gobernados sobre los gobernantes, dada su repetición a intervalos regulares; porque a través del voto, los líderes y representantes están sometidos a un tipo de juicio periódico por parte de los ciudadanos, quienes los pueden “premiar o castigar”, reafirmando la confianza vertida en ellos, o en su defecto, dándoles la oportunidad a otros personajes de asumir la conducción del quehacer público.
Las elecciones pueden ser, además, un elemento accidental o secuencia en el reclutamiento de la élite política o en la canalización del conflicto político por vías pacíficas. La estratificación social rígida, en un caso, y el ejercicio de diversas formas de violencia y de su negociación, en el otro, contribuyen a disminuir la función de las elecciones en esas materias.
Quizá debemos detenernos nuevamente y hacernos algunas preguntas:
¿Qué función tienen las elecciones?
En un primer momento se deduce que producen representación, ese tipo de representación de opiniones y de intereses ciudadanos considerados individualmente o de grupos medianamente organizados, es un mecanismo de hacernos partícipes de cierto modo en la vida pública, en los asuntos de interés para los ciudadanos. ¿Realmente se siente representado por aquellos a quién votó?.
En un segundo momento se considera a las elecciones como un modo de seleccionar el gobierno y la pregunta que surge es si ¿verdaderamente nosotros seleccionamos el gobierno? O somos una masa moldeada y orillada a votar por un partido político o candidato que hará gobierno? Por último nos encontramos con aquél que establece que las elecciones producen legitimidad dentro del campo de las ciencias políticas se refiere a la transformación de la obediencia en adhesión, entendiendo que el núcleo de la legitimidad es el consenso. Esto quiere decir, que debe existir consentimiento de gran parte de la ciudadanía para que los gobiernos puedan ejercer sus funciones, y en un plano ciudadano podemos esgrimir que casi el 50% de los mexicanos no voto por el partido político en el gobierno, sin duda no podemos negar lo que la teoría establece sobre “legitimidad” pero si queda en duda la cuestión de representación y adhesión de acuerdo a las preferencias personales sobre el quien votar.
Volviendo a lo que imagino como una “masa moldeable de ciudadanos” hoy nos enfrentamos a el inicio formal de la batalla electoral de 2015, los spots del Presidente, apariciones a nivel nacional y hasta en programas de revista, tienen la finalidad de revertir la imagen negativa que se tiene respecto a su gobierno, es parte de una estrategia electoral, pues al final del camino es digámoslo el líder moral del PRI, el PAN por su parte lleno de lodo propiciado en mucho por sus propios militantes recurre a un recurso “engañoso” como lo es la consulta popular y centrar el debate nacional en el “aumento al salario mínimo”, El PRD por su parte recurrirá a la unión de fuerzas políticas nuevamente quizá con el PAN para contrarrestar la fuerza electoral que pudiera tener MORENA, y también utilizan el tema de la consulta popular pero con el estandarte de la “Reforma Energética”, El PRI para no quedarse atrás tomará el estandarte de la reducción de los Plurinominales.
¿Qué mexicano no quiere que le suban su salario, que mexicano no quisiera ver un Congreso con menos representantes que sólo van a levantar el dedo o se quedan dormidos y a los cuales les pagamos más de 200 mil pesos mensuales?.
El problema va más allá del sentido común, me parece que estamos ante un riesgo inminente de credibilidad partidista, y el colgarse los partidos políticos del tema de las consultas populares puede poner en riesgo a las instituciones del país como la Suprema Corte y los propios partidos, pues al final en este terreno es donde se debatirá la viabilidad de llevar estos temas a consulta popular, por tanto en las elecciones venideras quizá la imagen que tenga usted al momento de votar sea “ el estandarte de la consulta que ha propuesto cada partido político” y dejando de lado la modalidad de “Accountability” esa especie de análisis del voto respecto a premiar o castigar al partido político votado anteriormente.
Sin duda necesitamos hacer algo para lograr salir los “ciudadanos” de esa masa amorfa en la cual nos encontramos todos, levantar las voces y exigir que no se nos trate como barro moldeable, pues finalmente nosotros y sólo nosotros tenemos el poder de VOTAR.
Nos vemos la próxima semana.
