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Deb Haaland, Secretaria del Interior de Estados Unidos.

EU abre fosas de horrores

Niños indígenas internados llevaron vidas miserables y murieron por todo EU: informe

11/05/2022 - 12:30 pm

Tan sólo en Canadá más de 150 mil niños nativos fueron obligados a asistir a escuelas cristianas financiadas por el Gobierno, desde el siglo XIX y hasta la década de 1970 en un esfuerzo de aislarlos de la influencia de sus hogares y cultura, convertirlos al cristianismo y asimilarlos en la sociedad general, que gobiernos anteriores consideraban superior.

Ciudad de México, 11 de mayo (SinEmbargo).– The New York Times dice este día que una investigación inicial encargada por la Secretaria del Interior, Deb Haaland, catalogó algunas de las condiciones brutales que soportaron los niños indígenas nativos americanos en más de 400 internados a los que el Gobierno federal confinó entre 1819 y 1969. La investigación fue un paso inicial, dijo Haaland, para abordar el “trauma intergeneracional” que dejó la política.

El informe del Departamento del Interior destaca el abuso de muchos de los niños en las escuelas administradas por el Gobierno, como palizas, retención de alimentos y confinamiento solitario. También identificó sitios de entierro en más de 50 de las antiguas escuelas, un número que el Departamento espera que aumente a medida que continúa la revisión.

El Times afirma que el informe es el primer paso en una revisión integral que Haaland, la primera Secretaria del Gabinete con origen en los nativos americanos, anunció en junio, después de que el descubrimiento de cientos de tumbas sin marcar de niños que asistieron a escuelas similares en Canadá provocara un ajuste de cuentas nacional allí.

La investigación inicial encontró que “aproximadamente 19 internados indígenas federales representaron más de 500 muertes de niños indios americanos, nativos de Alaska y nativos de Hawái”. Se espera que ese número crezca, según el informe.

A partir de 1869 hasta la década de 1960, cientos de miles de niños indígenas fueron sacados de sus hogares y familias, y colocados en internados, que eran operados por el Gobierno y las iglesias. Había 20 mil niños en las escuelas en 1900; para 1925, el número se había más que triplicado, según la Coalición Nacional de Curación de Internados Nativos Americanos.

El descubrimiento de tumbas anónimas en Canadá el año pasado (215 en la Columbia Británica, 750 más en Saskatchewan) llevó a Haaland a anunciar que su agencia buscaría en los terrenos de las antiguas escuelas en los Estados Unidos e identificaría cualquier resto. Los abuelos de Haaland asistieron a esas escuelas.

“Las consecuencias de las políticas federales de los internados indígenas, incluido el trauma intergeneracional causado por la separación familiar y la erradicación cultural infligida a generaciones de niños de hasta 4 años, son desgarradoras e innegables”, dijo Haaland en un comunicado.

“Es mi prioridad no sólo dar voz a los sobrevivientes y descendientes de las políticas federales de internados indígenas, sino también abordar los legados duraderos de estas políticas para que los pueblos indígenas puedan seguir creciendo y sanando”, agregó.

El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, visita un memorial junto a la Llama Eterna junto al Parlamento en Ottawa el 1 de junio del 2021, que fue colocado en reconocimiento del descubrimiento de los restos de niños indígenas en el sitio de una antigua escuela residencial en Kamloops, Columbia Británica.
El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, visita un memorial junto a la Llama Eterna junto al Parlamento en Ottawa el 1 de junio del 2021, que fue colocado en reconocimiento del descubrimiento de los restos de niños indígenas en el sitio de una antigua escuela residencial en Kamloops, Columbia Británica. Foto: Sean Kilpatrick/The Canadian Press vía AP

El informe de 106 páginas, elaborado por Bryan Newland, Aubsecretario de Asuntos Indígenas, concluye que se necesita más investigación para comprender mejor los efectos duraderos del sistema de internados en los indígenas estadounidenses, los nativos de Alaska y los nativos de Hawái.

La asimilación era sólo uno de los objetivos del sistema, decía el informe; el otro fue “el despojo territorial de los pueblos indígenas a través de la remoción y reubicación forzosa de sus hijos”.

LA TRAGEDIA EN CANADÁ

El año pasado, se produjo el impactante hallazgo de los restos de 215 niños, alumnos del Kamloops Indian Residential School, en la provincia de Columbia Británica, lo que hizo revivir la tragedia de los pueblos originarios canadienses y su petición de justicia.

Gente asiste a una ceremonia y vigilia por 215 niños cuyos restos fueron hallados en la antigua Escuela Residencial Indígena Kamloops en Vancouver, Columbia Británica, Canadá, 21 de junio de 2021.
Gente asiste a una ceremonia y vigilia por 215 niños cuyos restos fueron hallados en la antigua Escuela Residencial Indígena Kamloops en Vancouver, Columbia Británica, Canadá, 21 de junio de 2021. Foto: Darryl Dyck/The Canadian Press vía AP

Los gobiernos canadienses encomendaron desde finales del siglo XIX hasta 1997 a instituciones católicas, anglicanas y protestantes la educación de los niños indígenas que eran apartados de sus asentamientos, incluso sin el consentimiento de sus padres, y en esos internados se les prohibía usar su nombre, su idioma y sus tradiciones.

En estos centros, donde muchos de ellos estaban malnutridos y murieron de enfermedades, no se les daba la misma educación que al resto de niños canadienses, sino que se les encargaban tareas domésticas u otros oficios.

Se calcula que entre 1890 y 1997 alrededor de 150 mil niños fueron internados a la fuerza en centenares de residencias escolares y que unos cuatro mil menores murieron por las condiciones insalubres en las que vivían.

El Papa Francisco condenó el pasado 1 de abril estos métodos “de colonización” que intentaron uniformar a los indígenas, pero “erradicándoles de su identidad, de su cultura, separando familias y con niños que fueron víctimas de la homologación” en “nombre del progreso y por la colonización ideológica”.

Es “escalofriante” lo sucedido en los internados, dijo Francisco, al explicar que se intentó “inculcar un sentimiento de inferioridad” a estos niños, provocando a menudo “traumas no resueltos que se han convertido en traumas intergeneracionales”.

Ese día pidió perdón a los indígenas canadienses por los abusos registrados en los internados gestionados por la iglesia católica durante los procesos de asimilación forzada que sufrieron en los siglos XIX y XX y anunció que espera poder visitar su tierra a finales de julio.

Francisco se reunió esa semana con indígenas canadienses de los Inuit, Métis y Primeras Naciones, que le contaron las torturas y abusos que sufrieron en los internados, la mayoría católicos, donde fueron llevados tras ser arrancados de sus familias por las autoridades.

“Todo esto ha suscitado en mi indignación y vergüenza”, dijo Francisco, que quiso entonces pedir “perdón a Dios” por “el reprobable comportamiento de hombres de la Iglesia”. “Les pido perdón”, reiteró a los representantes de los indígenas que solicitaban desde hace años a la Iglesia este gesto.

La que fuera la Escuela Internado para Indígenas Kamloops, en esta fotografía del jueves 27 de mayo de 2021, en Kamloops, Columbia Británica, Canadá.
La que fuera la Escuela Internado para Indígenas Kamloops, en esta fotografía del jueves 27 de mayo de 2021, en Kamloops, Columbia Británica, Canadá. Foto: Andrew Snucins/The Canadian Press vía AP

“Les pido perdón”, reiteró a los representantes de las comunidades que solicitaban desde hace años a la Iglesia este gesto y a los que hoy dirigió un discurso en la Sala Clementina del palacio pontificio.

Además, Francisco anunció que desea visitar “las tierras” de estos pueblos originarios como le habían pedido y que lo hará a finales de julio cuando se celebra Santa Ana (26 de julio) que es muy venerada en el país por los católicos, antes de bromear diciendo que no lo iría “en invierno”, debido al frio.

En su discurso ante los invitados, ataviados con sus trajes tradicionales, el pontífice expresó su “vergüenza y dolor” por “el papel que varios católicos con responsabilidades educativas tuvieron en esto, los maltratos, los abusos y la falta de respeto” por su “cultura, identidad y valores espirituales”.

“Estoy muy dolido y me uno a los obispos en pedirles perdón porque es evidente que no se puede transmitir la fe con algo que está totalmente alejado de la misma fe. Es terrible cuando en nombre de la fe se comete un acto contra el evangelio”, reiteró el pontífice.

Flores, zapatos para niños y otros artículos descansan en un monumento en la Llama Eterna en Parliament Hill en Ottawa.
Flores, zapatos para niños y otros artículos descansan en un monumento en la Llama Eterna en Parliament Hill en Ottawa. Foto: Sean Kilpatrick, The Canadian Press vía AP

Francisco habló de la veneración que se tiene por Santa Ana entre los católicos de Canadá y les dijo: “Me gustaría estar con ustedes en estos días”, que sería en torno al 26 de julio, y se despidió asegurando que se verán en Canadá donde, añadió: “podré expresarles mejor mi cercanía”.

El Papa Benedicto XVI ya se había reunido con estos pueblos y había expresado “su dolor” por las horribles experiencias que vivieron en estos colegios, pero no pidió perdón públicamente como han exigido desde siempre los pueblos nativos.

-Con información de EFE

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