Ante la pandemia de coronavirus y sus consecuencias, las empresas, están en la primera línea de la batalla económica, y han tenido que adaptarse a circunstancias hostiles.
El 30 de marzo la Secretaría de Salud publicó en el Diario Oficial de la Federación un acuerdo mediante el cual se establecieron medidas extraordinarias para suspender actividades no esenciales y entre éstas, la actividad de la industria cervecera tuvo que parar.
Por Rocío Melgoza
Ciudad de México, 11 de mayo (Economía Hoy).- La cerveza es la bebida alcohólica más consumida por los mexicanos y también la más popular a nivel mundial; sin embargo, la pandemia por el virus SARSCOV-2 o coronavirus, cambió drásticamente la dinámica de la industria de la cebada y sobre todo, ha golpeado a los eslabones más vulnerables de su cadena de valor, es decir, cerveceras independientes o artesanales y puntos de venta en tiendas de barrio.
El 30 de marzo la Secretaría de Salud publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un acuerdo mediante el cual se establecieron medidas extraordinarias para suspender actividades no esenciales y entre éstas, la actividad de la industria cervecera tuvo que parar.
Enseguida, las grandes compañías cerveceras en el país como Grupo Modelo (Constellation Brands) y Heineken (Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma), emitieron breves comunicados para informar que suspenderían la producción de cerveza para acatar el llamado de las autoridades.
CONSTELLATION BRANDS
Constellation Brands en 2013 adquirió los derechos de producción para Estados Unidos como parte de un acuerdo con la empresa Anheuser-Busch InBev, quien adquirió la totalidad de la firma mexicana Grupo Modelo.
En 2016 anunció el proyecto para construir una planta en Mexicali, con una inversión de mil 500 millones de dólares; sin embargo, el proyecto tambaleó tras la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder, ya que su administración negó a la empresa permisos para dicho proyecto, sobre todo tras una consulta pública en la que 76 por ciento de la población optó por decir “no” a la cervecera.
Lo anterior provocó una oleada de compras de pánico y se agotó el inventario de cerveza
de tiendas de autoservicios y pequeños comercios en algunas entidades como Monterrey, ciudad en la que se encuentra una de las plantas Heineken.
CUIDANDO LA MARCA
De acuerdo con un estudio de Kantar México, dedicada a realizar estudios de mercado, en 2019 la marca más valiosa y mejor posicionada fue Corona de Grupo Modelo, misma que tiene un valor de 7 mil 529 millones de dólares.
Mientras que del grupo Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, la marca mejor posicionada y más valiosa fue Tecate, cuyo valor es de mil 787 millones de dólares y se colocó en el lugar número 11 de 100 del mismo ranking de Kantar.
De momento, Grupo Modelo ha mantenido una estrategia de comunicación para tener la marca vigente, sin promover el consumo de sus productos, pero si desde el ámbito altruista, ya que ha informado sobre donaciones de botellas de agua purificada en las emblemáticas botellas de vidrio de Corona, ampliaciones en centros de Salud para atender a pacientes de coronavirus o una plataforma para que las tiendas puedan hacer contacto con clientes y realizar entregas a domiclio.
Mientras que de Tecate de Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, poco se ha visto a nivel de marketing y publicidad, ya que al parecer no ha abrazado la causa contra la pandemia como lo hizo de manera disruptiva con el machismo.
En tanto Cervemex, que aglutina a los cerveceros artesanales y a la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) hablaron con EconomíaHoy para expresar cómo les ha afectado la contingencia por el COVID-19.
ARTESANALAES
Matías Veracruz, quien está al frente de la Comisión de Estadística de la Acermex y maestro cervecero de Monstruo de Agua, indicó para EconomíaHoy que 41 por ciento de las operaciones tanto de producción como comercialización de 78 cerveceras artesanales pararon su operación al 100 por ciento durante las dos primeras semanas de abril por la contingencia del coronavirus, según datos con un diagnóstico realizado por la Acermex del 1 al 12 de abril.
“Pararon su producción, todo lo que es cocción y empaquetado, y ahora lo que están tratando de hacer es sacar inventario a través de venta a domicilio o venta retail”, dijo.
El sector de la cerveza artesanal ofrece trabajo a 7 mil personas en todo el país y a raíz de la contingencia por el coronavirus, el 21 por ciento de las 78 cerveceras artesanales ya había despedido a gente antes del 30 de marzo.
De acuerdo con la Acermex, de alargarse la contingencia, el 44 por ciento de las cerveceras indicó que paulatinamente tendrá que hacer más despidos, es decir, aproximadamente 3 mil 500 trabajadores, se quedaron sin empleo por la baja de operaciones.
-Precio de una cerveza artesanal en promedio: 62.08 pesos
-Precio de una cerveza industrial en promedio: 24.56 pesos
También, el análisis destaca que los cerveceros artesanales sólo podrían mantener el inventario al menos cuatro meses, por lo que de no levantarse la cuarentena y sin producir, su situación se vería más comprometida.
De acuerdo con Marías Veracruz, los cerveceros artesanales, en su mayoría, sólo usan insumos importados como la cebada malteada o los lúpulos debido a que en México las malteras que existen sólo surten a las grandes compañías y en ocasiones cuando una cervecera independiente les compra, no obtienen el mejor producto.
DATO: Una maltera se dedica a procesar la cebada para generar malta, la cual es esencial, entre otros insumos,para la producción de cerveza y otras bebidas.
“El problema no es la cebada en México, lo que no hay son micro malteras y las que hay, son proveedoras de los grandes grupos cerveceros”, menciona Matías Veracruz.
Sin embargo, aseguró que no se trata de un tema de acaparamiento sino la falta de micro malteras.
“Será más difícil que podamos migrar al uso de cebada malteada nacional porque también esta crisis va a pegar negativamente a las pequeñas micro malteras que recién estaban empezando”.
En ese contexto, señala Matías, en cuanto a producción podrían verse afectados en el precio de los insumos, ya que al ser importados se cotizan en dólares o euros y aunque de momento no están produciendo, cuando vuelvan a reactivarse “cocinar” podría ser todo un reto.
TRAZABILIDAD: ÁREAS DE OPORTUNIDAD
A pesar de la adversidad Matías Veracruz considera que hay áreas de oportunidad que podrían explotarse como la trazabilidad de productos. Explicó que tras la crisis, la ventas en línea, entregas a domicilio y la generación de experiencias como catas y maridajes virtuales, han sido el escape de las artesanales.
Pero también, algunas marcas como la suya, Monstruo de Agua, integró en sus paquetes hortalizas de productores agroecológicos.
“Nos estamos enfocando en sacar nuestra cerveza a través de la venta de frutas, verduras y hortalizas que también a su vez nos dejan un margen, no es sólo que lo hagamos por vender la cerveza, sino que más bien en este tipo de venta la cerveza es más un complemento, porque estamos procurando cerrar cadenas de valor que conectan más directamente a los productores agroecológicos con los consumidores”.
En ese sentido, destaca que además del fomento por el comercio local, el consumidor tendrá más conciencia y será más participativo a la hora de indagar de dónde vienen sus productos.
“Creo que a raíz de toda esta crisis se dará un aumento en la conciencia de la gente no sólo sobre el consumo local, sino también el tema de trazabilidad, es decir, que quiera saber de dónde provienen sus productos y eso quizá eventualmente impactará a la industria de la cerveza”.
Tan sólo en las dos primeras semanas de la contingencia, el sector artesanal tuvo pérdidas por 56 millones de pesos y prevén que al cierre de 2020, las pérdidas asciendan a 567 millones de pesos en un sector que aporta 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
TIENDITAS LUCHAN
Por su parte, Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC, indicó que el margen de ganancias con venta de cerveza en tiendas tradicionales es de 15 mil pesos mensuales, pero debido a la contingencia por el coronavirus este margen ya no será posible.
La ANPEC, estima que las tienditas de barrio o pequeños comercios en México tienen una cobertura de un millón 200 mil puntos de venta, abastecen al 52 por ciento del territorio y de esta actividad comercial viven 5 millones de mexicanos.
En ese sentido, Rivera indicó que la venta de las tiendas de barrio sólo es un complemento para la economía familiar, ya que en la mayoría de los casos, otras personas del núcleo familiar son los que complementan los gastos.
“En cada punto de venta en promedio se generan dos fuentes de autoempleo. Lo decimos así porque en este tipo de negocios no interviene el gobierno, es economía social pura, emprendedurismo de la gente que se empodera y busca una alternativa y dispone de un espacio en sus casas, de su tiempo, dinero y esfuerzo”, indicó el presidente de la ANPEC.
“No todo no todo mundo vive de la tienda sino que la tienda complementa el gasto del hogar como el pago de los servicios o transporte”.
LEY SECA SIN SENTIDO
La pandemia por el coronavirus provocó que autoridades de algunos países, muy pocos en realidad, implementaran la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas, como en Panamá, Groenlandia y Zimbabue. Mientras que en países como España, la crisis sirvió para que la industria del vino se recuperara.
En México, entidades como Quintana Roo, Tabasco, San Luis Potosí, Estado de México o en la Ciudad de México, se argumentó que la aplicación de la Ley Seca ayudaría a evitar conglomeraciones y casos de violencia doméstica.
Al respecto, desde la ANPEC, reiteraron públicamente su advertencia sobre los efectos adversos de prohibir la venta de bebidas alcohólicas por la contingencia sanitaria por el COVID-19, ya que además de mermar las ganancias en puntos de venta, también provocaría efectos contrarios al llamado nacional del programa #QuedáteEnCasa.
Cuauhtémoc Rivera, recordó las manifestaciones feministas de febrero en las que “en ese momento no se habló como un factor el tema del aumento en el consumo de bebidas alcohólicas, porque es un problema cultural. El problema de la violencia doméstica y acoso al sexo femenino es un problema más grande que no se puede solucionar a partir del consumo, eso sería reducir un problema que está en nuestra sociedad”.
Por su parte Matías Veracruz consideró que mientras las autoridades no presenten un estudio que realmente vincule el problema de la violencia doméstica con el consumo de alcohol, cualquier medida sería como “echarle limón a la herida”, ya que no hay nada que argumente los dichos de las autoridades.
“Sí llegarán con un estudio serio que sugiriera claramente que la razón del aumento de la violencia doméstica es el aumento en el consumo del alcohol diría ‘ok’, pero entonces demuéstrame que es la cerveza”, dice Matías.
En ese sentido, señala, las autoridades no son claras sobre lo que sí se puede hacer o no y que lamentablemente las indicaciones confusas sólo representarán problemas para las empresas.
Cuauhtémoc Rivera de la ANPEC considera que si la autoridad lo dispone, los pequeños comerciantes estarían dispuestos a dosificar la venta de bebidas alcohólicas como se hace en el caso de abarrotes y productos de limpieza.
“A cualquier normativa le entramos, pero lo único que decimos es que no hay ley seca, hay abasto hay que tener cuidado que se garantice y no le vamos a pelear tanto si dicen que no ayuda, pero tampoco estorba”.
Pymes, las más vulnerables
El maestro cervecero de Monstruo de Agua menciona que tras la contingencia del coronavirus, el Gobierno federal ha sido poco congruente con la Ley Federal del Trabajo, ya que la misma establece que en caso de una contingencia sanitaria las empresas deberán pagar solo un mes de salario mínimo a sus empleados y que tras finalizar la contingencia, estos podrán regresar a sus trabajos.
LEY FEDERAL DEL TRABAJO
Artículo 429, fracción IV: La suspensión de actividades podrían ser de forma individual o por un grupo reducido de trabajadores también de forma colectiva, en donde toda la empresa deberá ausentarse.
Artículo 429 fracción VII: Son causas de suspensión temporal de las relaciones de trabajo en una empresa o establecimiento: la suspensión de labores o trabajos, que declare la autoridad sanitaria competente, en los casos de contingencia sanitaria.
Artículo 429 fracción IV: El patrón está obligado a pagar una indemnización equivalente a un día de salario mínimo general vigente, por cada día que dure la suspensión, sin que puede exceder de un mes.
Al finalizar la contingencia, los trabajadores están obligados a retomar sus actividades y tomar las medidas establecidas por el comunicado oficial emitido por las autoridades.
“Entendemos el deseo del Gobierno federal de que no ocurran despidos masivos pero la sensación es que nos están dejando a los empresarios sin ninguna herramienta para solventar esta situación. No son claros y reitero, en la Constitución hay una terminología muy clara para este tipo de situaciones, pero claramente están bailando alrededor de ella y eso a su vez genera un estado de confusión horrible”, destaca.
Además de lo anterior, no hay ningún incentivo en cuanto a impuestos por mantener a la nómina y al menos, en el sector cervecero, señala, no han tenido ninguna propuesta de apoyo.
“El Gobierno está promoviendo a los empresarios como personas súper millonarias que son abusivas, corruptas y que además le sobra el dinero, cuando la realidad es que el empresario promedio en México está al frente de una empresa que probablemente va a quebrar cuando alcance los siete u ocho años y no tiene acceso a fondos de crédito y problemas de flujo de efectivo, la mayoría no somos como las grandes trasnacionales”.