Los pechos de Julia han llamado la atención. No por su carrera como modelo, no por su participación en Playboy, sino por sus 30 segundos de fama como edecán en el debate presidencial del 6 de mayo.

La sexy apertura que dejaba ver los atributos de Julia Orayen abrió el debate del debate. Que si ella eligió el vestido, que si no lo eligió, que si Jesús Tapia fue o no el encargado de la producción completa.  Y así nos la hemos pasado. Esta discusión es importante porque si bien en algunos casos parecía que habían lanzado a gallos de pelea, hay que ver quién es el responsable de haber querido hacer del debate un espectáculo de palenque.

Si la intención fue distraernos del debate, lo lograron. Si no lo fue, que mal gusto y que mal tino para no saber que el debate había generado la suficiente expectativa para escuchar a los candidatos y sus propuestas. Que si bien no escuchamos muchas, el foro tenía esa expectativa, no una producción televisiva de telenovela o programa de concurso.

Sin embargo, no quito importancia al tema, pero todo en justa dimensión. Pues durante el debate salieron verdades a medias y medias verdades que dan información falsa sobre las propuestas. Algunos medios, y debo rescatar mucho lo que se hizo en este medio sobre contrastar las frases y propuestas con la realidad, poco hicieron por enfocarse en lo dicho por los políticos. (http://www.sinembargo.mx/08-05-2012/227336)

Quedaron dudas y se tendrían que comenzar a analizar. No se entró en el debate de Pemex, no se terminó de hablar de las reformas pendientes del sexenio, como la laboral y la energética, de pasadita se habló del rol del Ejército y las acusaciones fueron varias sobre temas de corrupción y de inasistencia a las sesiones.

Que si Quadri habló bien, que él no es político y que se quiso definir como académico, está bien. Pero faltaría ver quién es, de dónde viene y que en su esfera de pensamiento se analicen la viabilidad de sus propuestas. Si el tema de corrupción se va a agendar, que no sólo se saquen las fotos. Ya sabemos las relaciones, pero ¿se impartió justicia? ¿Se llegó al fondo? Y si vamos a hablar de educación y de seguridad nacional ¿se va a hablar de la profesora Elba Esther y del rol de los militares, respectivamente?

Temas para seguir el debate aún hay muchos y deberíamos mantener el debate del debate. Y si se hacen otros dos más como se propone, quizá la fórmula de ciudadanía-votante y medios-análisis informativo deba considerarse a favor de la democracia que tanto se necesita en este país.

Dicho esto, sigue el ejercicio de que ciudadanos y medios revisemos y contrastemos informaciones. Comparemos y tengamos claras las propuestas. Cuando se acusa al gobierno actual de no tener una estrategia para la lucha contra el narcotráfico o que no se generaron los empleos suficientes, no sólo es responsabilidad de una administración, sino también de medios y de ciudadanía que no exige saber más.

Atractivos los pechos de Julia. No cabe duda. Atractiva la discusión de cómo se tomó una decisión sobre su vestimenta. Pero lo que no podemos dejar de practicar es el ejercicio ciudadano de informarnos, de exigir comparativos, números, propuestas concretas. De lo contrario, perderíamos la oportunidad histórica de poder usar las nuevas herramientas de comunicación en manos ciudadanas para exigir, presionar, orientar, debatir sobre los temas de actualidad y del rumbo que deseamos que los políticos tomen a beneficio común.

Hilda García

https://www.sinembargo.mx/author/hildagarcia

Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.

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