Blanka Alfaro
11/03/2020 - 12:02 am
Mujeres: NI OPRIMIDAS, NI OPRESORAS
Tenemos que comenzar a luchar por las injusticias nadie merece ser explotada y oprimida, nadie debe sentirse superior por ser de otra raza, género o especie, por eso este 8 de marzo yo marche por todas, por todas las oprimidas del sistema, por todas esas hembras olvidadas que espero un día todas podamos ver, porque NI OPRIMIDAS NI OPRESORAS.
Defender los derechos de las mujeres es algo que llevo haciendo ya desde hace años, me gustaría decir que toda la vida, pero aunque siempre sentí la necesidad de luchar en contra de las injusticias hubo muchas veces que callé porque desafortunadamente a mi generación eso le enseñaban desde niñas, a ser “bien portada” a ser “una dama” a portarte como “señorita” lo que sea que eso significaba, podía asociarlo con un “tú tienes que vivir para casarte y tener hijos y que eso sea el centro de tu vida” y obviamente esto conllevaba el “atender” al novio en turno, hermano o padre pues como al rey de la selva aunque a ti nadie te tratara como la reina.
Afortunadamente mi madre siempre me dejó ser la rebelde y me fui rodeando de amigas y amigos con otros pensamientos que me ayudaron a salir de lo que toxicamente te enseña la sociedad y la familia, a desconstruirme, a ya no aguantar porque es “normal”; es “normal” que aunque te incomode un hombre que no conoces te diga algo relacionado a tu apariencia, es un cumplido, aunque no conozcas a la persona tienes que aguantar que diga que te ves bien, o que una parte de tu físico le parece atractiva, es normal que aunque le digas a un hombre que no te gusta, “no gracias”, él siga insistiendo en que salgas con él, eso significa que es perseverante y que realmente le interesas y que un día pues le vas a decir que sí porque es muy buen muchacho.
Que es normal que te hagan saludar y despedirte de beso de tíos incómodos, de sangre o no, que no conoces aunque estén tomando en una fiesta familiar rompiendo todo límite de espacio y de seguridad. Y bueno ni hablar de que las mujeres deben estar en casa encargándose de los hijos, los quehaceres del hogar, de tener todo listo.
También vengo de la generación en las que muchas carreras no eran para mujeres, muchos deportes tampoco, y bueno, los puestos altos son para hombres y los salarios son más bajos para las mujeres aunque hagamos lo mismo o más. Afortunadamente todo esto ha ido cambiando con el tiempo, seguimos luchando porque pareciera que cualquier oportunidad es buena para regresarnos. Aunque seguimos luchando para que esta mentalidad de hombres y mujeres machistas cambie sigue aferrándose a lo más profundo del ser de muchas personas.
En este camino de luchar me fui dando cuenta que esto no pasa sólo con las humanas, también las hembras de otras especies son las más explotadas por este sistema en el que vivimos, a las hembras de los animales o las que generan los subproductos que decidimos que está bien comer, como las vacas, gallinas, cerdas, viven una explotación inimaginable y que dura muchos años.
Esto no se trata de comparar entre especies, entre hembras humanas y hembras vacas o cerdas, se trata de empatizar con lo que nos pasa a todas las hembras que somos parte de un sistema que nos explota, porque a todas estas hembras las explota el humano. Por lo que es nuestra responsabilidad pedir que dejen de oprimirnos sin convertirnos en las opresoras de otras hembras, ojalá esto nos sirva para reflexionar y entender realmente el no hagas a otras lo que no quieras que te hagan a ti.
A las vacas se les insemina artificialmente, proceso que es muy invasivo. Después de que llevan a sus bebés por nueve meses en el vientre se los arrebatan, no lo vuelven a ver y las tendrán conectadas a máquinas para sacarles su leche por dos o tres años hasta que colapse.
A las cerdas las encierran en jaulas en las que apenas pueden moverse, en las que se vuelven locas. Cuando tienen a sus bebés las cambian a una jaula de gestación en la que no pueden pararse, no pueden tocar o acariciar a sus bebés, muchas veces los aplastan, y esto es una y otra vez.
A las gallinas que ponen huevos las explotan por años, las modifican genéticamente teniendo un huevo al día, lo que hace que su cloaca se inflame y se lastime; se desclasificará por poner tantos y los huevos comenzarán a crecer malformados, lo que les causa una dolorosa peritonitis, y las matarán porque así ya no les sirven.
Tenemos que comenzar a luchar por las injusticias. Nadie merece ser explotada y oprimida, nadie debe sentirse superior por ser de otra raza, género o especie, por eso este 8 de marzo yo marché por todas, por todas las oprimidas del sistema, por todas esas hembras olvidadas que espero un día todas podamos ver porque NI OPRIMIDAS NI OPRESORAS.
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