Los Ángeles, 17 de julio (SinEmbargo/HuffPost).– "Lo más dramático son las propias historias, los testimonios que escuchas de la gente que está escapando de la pobreza, del acoso de las pandillas", cuenta Rosa Flores, una de las periodistas de la cadena CNN, y quien se encuentra actualmente en Honduras cubriendo el fenómeno migratorio de niños solos en la frontera de Estados Unidos.
Flores, de origen mexicano, comenzó sus reportajes en los centros de detención de Texas, que albergaban a los menores. Posteriormente voló hasta Honduras para documentar la llegada a San Pedro Sula, la segunda ciudad más grande de esa nación, del primer grupo de deportados, en su mayoría mujeres y niños.
"El vuelo llegó a San Pedro Sula y el aeropuerto está casi pegado al Centro del Inmigrante. Llega el avión, bajan a los inmigrantes, los suben a un camión, les hacen interrogatorios para saber por qué se fueron del país y después los llevan a la terminal o ya hay familiares que los esperan. Los hombres arriban esposados de las manos y los pies, pero las mujeres y niños no", explicó Flores vía telefónica a HuffPost Voces.
Por segundo año consecutivo, San Pedro Sula, figura entre las 50 ciudades más violentas del mundo con un tasa de 169 homicidios intencionales por cada 100,000 habitantes, lo que significa un promedio de más de tres personas muertas por días.
La periodista está trabajando para sus reportajes en conjunto con la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), una organización integrada por la Policía Nacional, la Policía Militar de Orden Público, la Tropa de Inteligencia, Grupos de Respuesta Especial de Seguridad (TIGRES), fiscales, jueces y alcaldías, de acuerdo con información del gobierno hondureño.
Fusina intenta "combatir la criminalidad y fortalecer la paz" y según el Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, a los "delincuentes se les acabó la fiesta".
"Una de las cosas más horribles que he escuchado y que estamos trabajando es que tenemos información que los pandilleros están entrenando a los niños para desmembrar personas [...] He platicado con un padre que está buscando a sus hijos, aquí en Honduras no los ha visto, simplemente los niños se pierden en los barrios, se desaparecen de la nada".
"Haremos lo que tengamos que hacer para que el pueblo hondureño viva en paz […] El país no puede seguir como un potrero, pondremos orden y en eso estamos trabajando con todos los órganos operadores de justicia”, reiteró el mandatario.
Sin embargo, la realidad que se vive es otra, según Rosa Flores. La violencia y el poder de las pandillas se adueñan del diario vivir y entre los más vulnerables están los niños.
"Lo que nos explican es que los pandilleros reclutan a los niños en las escuelas y si no entran a la pandilla los amenazan, los matan. Las familias no tienen otras opciones. Te quedas y te mueres a manos de las pandillas o los mandas a Estados Unidos en un camino peligroso", cuenta la periodista.
Una de las historias más conmovedoras que ha enfrentado Flores fue la de la morgue en San Pedro Sula, donde permanecen más de 40 cuerpos sin reclamar.
"Hay familias que no reclaman a sus familiares por miedo y otros piensan que están en el trayecto a Estados Unidos sin saber que los cuerpos están en la morgue. Cuando los pandilleros ven que la familia reclama un cadáver, ya identifican a los parientes y saben quienes son los próximos en atacar. Lo mismo pasa en los cementerios cuando les van a dar sepultura a las víctimas".
Uno de los casos más espeluznantes que llegó a la morgue de San Pedro Sula fue el de una niña de 13 años de edad, con su garganta cortada de oreja a oreja. El cuerpo fue encontrado en una tumba poco profunda en el patio trasero de una casa. Las autoridades policiales aseguran que investigan las circunstancias en que murió la menor.
Esta semana, el Presidente Juan Orlando Hernández en un discurso desde la Casa de Gobierno aseguró lo siguiente: "No vamos a dar un paso atrás en el tema de la delincuencia". También reiteró "su compromiso para que se investiguen las muertes de menores de edad y que esas acciones no queden impunes en Honduras".
