La guerra contra el narcotráfico dejó diversas tragedias, y quizá una de las más dolorosas, es la de las de cientos de madres que buscan a sus hijos desaparecidos, con sus propios medios, en las fosas clandestinas y en las fiscalías. Madres de víctimas de desaparición afirman en esta entrevista con SinEmbargo que la violencia, después de 10 años de perseguir a las bandas del crimen organizado, está fuera de control.
Ciudad de México, 10 de diciembre (SinEmbargo).- Madres de víctimas de desaparición afirman que la violencia en México está fuera de control y que, aunque desde hace cuatro años el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa dejó la silla presidencial, su guerra contra el narcotráfico sigue cobrando víctimas.
Desde Coahuila hasta Morelos, decenas de madres que se han agrupado para intentar hallar, por sus propios medios a sus hijos desparecidos, y que buscan tanto en fosas clandestinas como en las fiscalías, afirman que la indolencia y la impunidad que se vive en el país están llevando a los mexicanos a un estado en el que “no soportan más el dolor” y la sed de justicia.
“Es un país que no tiene control, no hay seguridad y no veo un avance sustancial con el cambio de Gobierno. Siguen sucediendo cosas y veo más gente con deseos de justicia, gente que se va a empoderar, que ya no se está dejando”, dijo Silvia Ortiz, de la organización Grupo Vida y madre de la joven Silvia Stephanie Sánchez–Viesca Ortiz, desaparecida en 2004 en Coahuila.
En agosto pasado, SinEmbargo dio a conocer, de acuerdo con datos de la Procuraduría General de la República (PGR), que durante el sexenio de Calderon Hinojosa se encontraron 68 fosas con los restos de 378 personas; mientras, con Peña Nieto el número de fosas clandestinas llegó a las 156, de donde se exhumaron 303.
Silvia es una de las buscadoras que encontró restos humanos en el ejido Patrocinio, en San Pedro, Coahuila. Una zona de exterminio, un área desértica de cinco hectáreas donde todos los días se quemaban y desaparecían personas, de acuerdo con el testimonio de los habitantes de la región.
“Hay que recordar qué es un campo de exterminio: la palabra exterminio es cuando quieren desaparecer por completo a una persona o varias. El estado en el que se encuentran los fragmentos en Patrocinio, calcinados y en pedacitos, refleja que se trata de una zona de exterminio”, dijo Ortiz a SinEmbargo, en octubre de este año.
La activista afirmó que su vida cambió radicalmente desde la desaparición de su hija y desde que se integró a los colectivos de búsqueda en las fosas clandestinas.
“Ya no vives, sobrevives, porque el hecho de que no esté presente una persona de la casa y que no sepas qué le pasó y donde está […]. Es una lucha por sobrevivir, por encontrar, por pelear con las autoridades por justicia. Es demasiado dolor, hay quienes son más fuertes y que estamos usando este método de búsqueda, hay otros que se enfocan a las leyes, otros que hacen plantones, pero hay los que se sumergen en el llanto, en el dolor, se enferman y se van acabando”, dijo.
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Lucía de los Ángeles García Henao, coordinadora del Colectivo Solecito -que aglutina a 90 familiares de desaparecidos en Veracruz-, consideró que México es un Estado fallido, incapaz de ejercer una política de seguridad que proteja a los ciudadanos.
“Estos 10 años han sido terribles, pues saben que está mal lo que están haciendo, que no está bien, y lo continúan haciendo y saben que hace mucho daño. Es algo que no les pega a ellos, a las élites, y lo continúan haciendo. No sé qué más quieren para comprobar que el narco no ha disminuido, a todos los mandos les dieron licencia para matar y desaparecer”, dijo.
García Henao aseguró que el Gobierno mexicano ha prologando el terror en el país durante los últimos 10 años.
“En el caso de los familiares nos damos cuenta que estamos en medio de autoridades y delincuentes, y que nosotros tenemos que hacer la investigación, buscar financiamiento para nuestras búsquedas. No creo que este Gobierno inhumano pueda mejorar en algo”, dijo.
ES EL GOBIERNO EN EL QUE DESAPARECE
María Concepción Hernández, madre de Oliver Navarrete Hernández desaparecido y asesinado en Morelos, consideró que el Gobierno intenta borrar a las víctimas de la violencia para maquillar las cifras.
María Concepción encontró a su hijo en una fosa de la Fiscalía de Morelos en Tetelcingo; donde Oliver fue inhumado junto con otras 150 personas sin que se llevara a cabo una identificación previa de los cuerpos.
“Los inhuman vestidos, sin necropsia, son las autoridades los que los desaparecen. Desgraciadamente es lo que día a día estamos viendo. Sobre Telelcingo no hay culpables aún de esas inhumaciones”, acusó la activista.
De acuerdo con el poeta y escritor Javier Sicilia Zardain, en esa fosa había niños, niñas, mujeres y hasta bebés.
“El Gobierno hace estas fosas, aunadas a otras fosas de los narcos, cuántas y cuántas fosas se han estado encontrando, y ahorita en especial con las de la fiscalías, que son para bajar la cifra de muertos por la violencia. Prefieren desaparecerlos para que esto no aparezca en una gráfica”, dijo en entrevista con este medio digital.
