Elegir correctamente las palabras, el volumen y el tono de voz, los gestos, las posturas y las expresiones faciales para transmitir un poderoso mensaje a la gente que le estamos hablando, es precisamente lo que hace que todo el mundo le preste atención al lenguaje corporal de quienes están exponiendo. Estudios sugieren que el lenguaje corporal puede incluso ser afectado por las hormonas, lo que a su vez puede poner en riesgo tus decisiones y actitudes. En otras palabras, cómo decimos lo que decimos a la gente es por lo menos tan importante, como lo que les decimos.
A pesar de todo el cuidado que tenemos al leer el lenguaje corporal de otras personas, somos muy inconscientes cuando se trata del nuestro. Esto es en gran parte, creo, porque el conocimiento de nuestro verdadero yo resulta fuerte, difícil vaya no es algo que se dé naturalmente. La mayoría de nosotros no somos lo que pensamos que somos y por lo tanto, cuestionamos nuestra propia imagen, que con demasiada frecuencia es una versión idealizada de nosotros mismos.
He encontrado en el curso de una larga carrera que la mejor forma de llegar a ser más consciente de mí mismo y del impacto de mi propia conducta inconsciente en gran parte, es ejecutar de forma sistemática algunos de los controladores estándar del lenguaje corporal negativo. Por ejemplo, antes de ir a una reunión, debes hacerte el hábito de preguntarte lo siguiente:
El autor: Charalambos Vlachoutsicos. Ex empresario y consultor. Profesor adjunto en la Universida de Economía y Negocios en Atenas, Grecia. Fuente: Harvard Business Review
