Ciudad de México, 10 de mayo (SinEmbargo/RadioNederland).– ¿Ha habido un mejor momento para ser una hembra alfa?, preguntó la columnista Sarah Rainey en el diario The Telegraph. El planteamiento es congruente debido a la cantidad de mujeres que en la actualidad han adoptado este estilo de vida en el que saben exactamente qué quieren y, sin detenerse, hacen todo lo posible por conseguirlo.
Las nuevas generaciones de mujeres tienen en mira otras prioridades antes que el matrimonio y formar una familia, como son su desarrollo profesional, estudios o mayor independencia económica. Se les llama “Mujeres Alfa”, buscan el éxito personal sin depender de los hombres. Según datos recabados por la consultora IBOPE –AGB, se estima que hay cerca de un 1 millón de mujeres de este tipo en México.
Las mujeres alfas se caracterizan por ser líderes, seguras de sí mismas, perfeccionistas, sociables, centradas, prácticas. Utilizan dispositivos móviles y productos financieros, como la banca electrónica que les facilita la vida, les interesa la moda, se preocupan por su aspecto físico, su salud
Actualmente, la vida pública está llena de mujeres fuertes, independientes, que harán su huella en el mundo de entretenimiento, la política, los negocios y cualquier otro aspecto.
En este sentido, Lyssett Herrera, una joven profesional asegura que su principal prioridad es su trabajo y le gustaría crecer y “ocupar otro tipo de cargo”, comentó para RadioNederland.
Asimismo, detalló que otra de sus prioridades es seguir preparándose en lo académico y tiene en mira la posibilidad de estudiar otra carrera distinta a la que estudió. En el aspecto material le gustaría invertir en un futuro en viajes, comprar un automóvil nuevo o adquirir un departamento.
Mientras que algunas mujeres alfa dejan de lado “la parte emotiva y personal” como aseguró Lyssette, con la finalidad de sobresalir, vemos el caso de Carla Nasheli Morales Mateos, una joven de 26 años, casada que no lo ve así. Ella consideró que el matrimonio no deben ser sinónimo de “la mujer en la casa y el esposo trabajando”, sino todo lo contrario, que “ambos pueden hacer sus vidas a pesar de que vivan juntos o tengan una familia”.
Carla Nasheli contó a RadioNederland que ella contrajo matrimonio a los 24 años de edad, sin embargo, dijo que no era su prioridad, pero si tenía presente que “en algún momento pasaría” y asegura que llegó en el momento más indicado para su vida, por lo que no se arrepiente haberse casado.
En este sentido, cuenta Lyssett que ella ha rechazado propuestas de matrimonio porque su prioridad por el momento no es vivir con alguien, y explica que no le daría tiempo en su “ocupada vida” y lo atribuye a que quizás no ha querido darse ese tiempo porque está estudiando y trabajando. Además, aseguró que apenas se dedica tiempo a sí misma y añade que sería “falta de compromiso aceptar algo con lo cual no podré cumplir”.
Sobre el tema de que el matrimonio impide el desarrollo profesional de la mujer, Carla Nasheli opinó que depende mucho de la persona con quien uno se case y consideró que, en la actualidad, muchas mujeres casadas trabajan y no por ello dejan de lado sus responsabilidades del hogar y de atender a sus hijos. En su caso personal, planteó que se casó con alguien que, al igual que ella, busca el crecimiento y desarrollo tanto personal como profesional, por lo que “hasta ahora no puedo decir que por el matrimonio he dejado de trabajar o crecer como persona”, y detalló que su esposo la apoya y siempre está pendiente de ella.
Por su parte, Lyssett sí lo consideró un impedimento y señaló que las mujeres alfa son tan autónomas y autosuficientes que ya ni consideran vivir en pareja, pues asegura que no lo hacen por despecho sino “porque sentimos la plenitud con lo que estamos viviendo en estos momentos”.
EL PROBLEMA CON LOS HOMBRES
En general los hombres perciben a este tipo de mujeres como complicadas, “difíciles de tratar”, debido a que no son ingenuas y pueden ser, hasta cierto punto, intimidantes para algunos y en el plano profesional sentirse amenazados.
RadioNederland preguntó a dos jóvenes varones en la Ciudad de México sobre cómo perciben a este tipo de mujeres. David considera que “siempre han existido” y opina que es algo positivo y que tanto el hombre como este tipo de mujeres “deberían de coexistir con sus independencias y respetarlas en lugar de sentirse intimidados”.
En ese mismo sentido opinó Juan y consideró que depende mucho del hombre, si éste tiene muy arraigado el machismo, asegura que este tipo de mujer podría desagradarle, pero señala que en su caso personal lo ve “como un complemento y no necesariamente tiene que ser un hombre alfa o una mujer alfa, sino pueden ser los dos y complementarse”.
Carla Nasheli consideró que a muchos hombres “les da miedo darse cuenta de que las mujeres pueden destacar, ser mejor que ellos o igualarlos”, y añadió que ellas han demostrado que pueden destacarse más allá de las labores domésticas.
Por su parte, Sarah Rainey describe en su libro The Alpha Woman Meets Her Match, que el problema de las mujeres alpha en encontrar el amor se debe a que están buscando en el lugar equivocado: en lugar de buscar a un hombre alfa, se debe tratar de emparejar con un tipo opuesto como sería el tipo beta.
“Lo único que necesitan es empezar a buscar más allá de la competencia del dominante macho alfa”, explicó.