¿Y SI DECIMOS QUE ESTAMOS ENAMORADAS?

10/05/2014 - 12:00 am

Cuando se supo que colaboró con Carlos Ahumada en el escándalo de los dólares y las ligas, Rosario Robles ofreció una explicación que le pareció adecuada: que lo hizo por estar enamorada de él.

No deja de ser un detalle curioso que alguna vez haya pertenecido a un partido de izquierda. Los señalamientos de los que ha sido objeto durante su carrera política por sus posturas antisociales, hacen pensar que se integró a la fundación del PRD porque, como niña que rechazan en su escuela que prefiere, se ve obligada a inscribirse donde la acepten.

La titular de la Secretaría de Desarrollo Social en el gabinete de Peña Nieto, fue acusada en días pasados nada menos que de discriminación. Vaya contradicción. La Comisión Permanente del Congreso aprobó un punto de acuerdo para que el Conapred (Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación) y la CNDH (Comisión Nacional de los Derechos Humanos) investiguen su posible responsabilidad por negar apoyos a las madres indígenas que tengan más de tres hijos. El número pareciera tomado de la cantidad de hijos que tienen EPN y su esposa Angélica: 3 cada uno.

La mayoría de la opinión pública mexicana aplaudió cuando el dictador Francisco Franco premiaba con apoyos económicos a las familias por cada hijo que tuviera. España necesitaba más habitantes, como consecuencia de su guerra civil. Hoy nuestro país tiene problemas porque ya somos muchos, es cierto, y las decisiones opuestas de Robles y Franco hacen pensar que ya la maternidad también es un asunto meramente aritmético; ni lo social ni lo humanitario influyen, sólo el presupuesto que tienen los gobiernos para gastar.

Este enfoque revela que ayudar a la población más necesitada es un tema de discurso, no un propósito de gobierno. Días después de ser acusada, Robles afirmó: “…las mujeres indígenas tienen todos los derechos, toda la garantía de participación en el programa Oportunidades.” Tal postura sigue la tendencia de Calderón, quien tuvo el insistente error de creer que la realidad puede ser modificada a fuerza de declaraciones. Eso se desprende de la dilación legislativa para abordar las leyes secundarias en torno al derecho a la alimentación.

Hay un México escondido que ha sobrevivido por su aislamiento, muchas veces impuesto. Es el que guarda con celo un tesoro de valores, tradiciones, colores, sentido gremial, pertenencia a la naturaleza, respeto al ambiente y sabiduría profunda; no tecnología, sino sabiduría. Quienes habitan la cumbre de la pirámide social no alcanzan a ver este México. La altura les permite ver sólo hormiguitas allá abajo, entre el polvo del suelo. “Y tú, tan alto, tan alto, mirando mi desconsuelo”, se lamentaba Pedro Infante.

Pero Rosario Robles no está sola. Se integra a su entorno y así se gana el apoyo de la clase política que nos gobierna. “No te preocupes, Rosario”, le dijo Enrique Peña Nieto precisamente en el lanzamiento de la Cruzada Nacional contra el Hambre, porque los líderes del PAN y del PRD se levantaron de la mesa de negociaciones del Pacto. Parece que todavía le dura el dulce sabor de ese espaldarazo recibido, a juzgar por su contestación a las acusaciones: “Es una manera de interpretar, de manera exagerada, una declaración que hice en Nayarit”.

Propuso una solución: que las madres indígenas acudan a los talleres de planificación familiar para que no tengan más de tres hijos, porque eso haría que la familia pierda el apoyo de Oportunidades. Y uno se pregunta: ¿Con qué método? ¿Con el ritmo, que ha demostrado ser tan inseguro? Porque de contraceptivos ya ni hablamos, para qué, si se trata de familias a las que se ayuda para que puedan siquiera alimentarse.

El domingo pasado José Hernández publicó un cartón en el que vemos a Rosario Robles diciendo “Ya no se ayudará a mujeres con más de tres hijos; sólo procrean para tener más dinero.” Una mujer pobre, de rebozo y con un hijo, sentados ellos en el suelo, propone un pretexto a la medida de la funcionaria: “¿Y si decimos que estamos enamoradas?”

Con información de SinEmbargo.mx, LaJornada, Gesoc, Oxfam México, FAO, Cepal.

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