¿Voto “Maduro” o “encaprilado”?

10/04/2013 - 12:00 am

El pasado 7 de octubre de 2012, el Comandante Chávez se alzaba con el triunfo electoral sobre Henrique Capriles, ante un panorama de poco más de 27,150,100 habitantes y con un nivel de abstencionismo en esa elección de más de 3,651,672 votos, lo que representaba casi el 20%.

Gran Polo Patriótico (GGP) ganaría la elección con 8,191,132 de votos lo que representa el 55.07% de las preferencias electorales, frente a Mesa de la Unidad Democrática (MUD) con 6,591,304 votos lo que representó el 44.31%.

Después de este triunfo electoral como todos lo hemos podido observar, el candidato electo por los venezolanos no estuvo en condiciones de protestar el cargo conferido y meses más tarde perdería la lucha contra el cáncer que lo mantenía en la isla de Cuba bajo tratamiento médico. Aquí es donde aparecen muchas hipótesis de si Chávez había muerto en la Habana y habían tomado la decisión de mantener en secreto su muerte o si le dieron atole con el dedo al pueblo venezolano, preparando la asunción cuasi divina de Nicolás Maduro.

También se supo del descontento de su amiga, la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien al acudir a los funerales de Chávez se dio cuenta de que el cuerpo del Presidente venezolano no estaba en el ataúd, ante lo cual decidió regresar a su país indignada por el teatro montado por el gobierno en turno. Eso quedará solo para lo chusco y novelesco de ese país y sus procesos electorales.

En este sentido y después de la muerte de Chávez se dio la asunción de Nicolás Maduro, pasándose la Constitución por las piernas. Fuimos testigos de un fanatismo fuera de serie, de lágrimas, gritos y fervientes seguidores del chavismo. Incluso hemos escuchado las conferencias del ahora Presidente Maduro de cómo le habla al oído Chávez, de cómo Chávez intercedió en el cielo para la elección de un Papa latinoamericano, o lo más picaresco y que es parte del día a día del pueblo venezolano: el escuchar cómo se apareció Chávez a Maduro en forma de pájaro y le dio señales, bueno, hasta ver un slogan de campaña “Chávez, te juro, voto por Maduro”.

Esto es lo verdaderamente interesante para los que nos dedicamos al estudio del comportamiento electoral: en verdad el pueblo venezolano votará “Maduro” este próximo domingo, ya que ésta elección viene a ser una especie de segunda vuelta electoral pero con un candidato diferente con la imagen casi heroica y llena de populismo de Chávez, es decir su segundo de abordo, “es lo mismo, pero no es igual”. Maduro, falto de ese discurso picaresco, de esa característica movilizadora de masas y creador de fanatismo, recurre al discurso cansado de invocar a Chávez en todo momento. Capriles por su parte ha reorientado su campaña en el ataque directo a las políticas e instituciones venezolanas que le han dejado a ese país como lo son dos devaluaciones en los últimos meses, una industria petrolera en crisis, además de que los venezolanos no tienen acceso a la canasta básica como lo es la leche, harina y aceite, entre otras cosas.

Estamos ante la presencia de una fuerte polarización política, ante la inminente presencia de conflictos postelectorales, de fanatismo, de un país lleno de autoritarismo y populista a más no poder. Quizá la única opción que considero pueda revertir esta fanaticada es el abstencionismo, ya que la diferencia en la elección primaria, por denominarla de alguna manera, fueron menos de un millón y medio de votos, lo que le pudiera dar el triunfo a Capriles. Por su parte, Capriles está utilizando el discurso del fraude electoral. Si bien es cierto el periodo de campaña electoral sólo duró 10 días, el domingo veremos de qué están hechos estos dos políticos y qué es lo que los venezolanos quieren para los próximos seis años, o quizá veamos cómo se desata una crisis de ingobernabilidad en ese país.

Es por eso que me pregunto ¿los venezolanos en verdad piensan las consecuencias de su voto o sólo acuden a las urnas a votar en masas? Así las cosas, veremos si hay un voto “Maduro” o un voto “encaprilado”, que por el juego de palabras parecen contrarias al sentido mismo de ellas, ya que en mi opinión un voto maduro sería por Capriles y un voto “encaprilado” sería por Maduro. Nos vemos la próxima semana.

Raúl Flores Rodríguez
Doctorando en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid, Maestro en Gobierno y Gestión Pública por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) Santander, España, Licenciado en Derecho, Especialista en Derecho Electoral, Calidad de la Democracia, Consultoría Política-Electoral, Narcotráfico y Seguridad, Director General de Nexo Estudios.
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