Artes de México

Concierto en La Habana: el escenario caribeño

10/03/2019 - 12:02 am

En su antología Concierto en La Habana, Orlando González Esteva busca hablar de la Cuba del interior, ubicando a La Habana como “el borde de ese agujero abierto”. Para lograr este concierto, invita al espectador a observar “La Habana con los únicos ojos capaces de verla sin intereses espúreos: los ojos de la poesía”.

Por Sara Odalys Méndez

Ciudad de México, 10 de marzo (SinEmbargo).- La condición política de Cuba siempre ha estado supeditada a otras naciones. Primero, la española, después, la estadounidense y finalmente, la rusa. Por lo tanto, cualquier intento por comprender las dinámicas de poder en la isla se han analizado siempre a través de los dictados de otras potencias. Sin embargo, Orlando González Esteva se propone, en su antología Concierto en La Habana, trazar un retrato literario sobre la capital caribeña desde los diferentes puntos de vista hasta conseguir una melodía puramente cubana, que surja de las entrañas artísticas de la isla y no desde los extranjeros.

González Esteva busca hablar de la Cuba del interior, ubicando a La Habana como “el borde de ese agujero abierto”. Para lograr este concierto, invita al espectador a observar “La Habana con los únicos ojos capaces de verla sin intereses espúreos: los ojos de la poesía”. Para esto, construye su antología a manera de concierto musical, agrupando autores específicos en cada una de las piezas que componen al libro. El preludio resulta sumamente importante, pues aunque el objetivo de González Esteva es describir La Habana desde su interior y no desde los ojos ajenos, reconoce la tradición poética en la que se ha insertado la capital y la inspiración que ha sido no sólo para habitantes de América, sino para todo el mundo. Es por esta razón que nos encontramos, en esta parte del libro, con algunos textos de Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca, quienes funcionan como presentación de la fuga de la que está compuesta la mayor parte del libro, entendiendo ésta como la estructura musical en la que se intercalan diferentes voces para formar una misma pieza.

William Henry Jackson, Cuban Heritage Collection, Otto G, Ritcher Library, University of Miami. Reprografías: Jorge Vértiz.

La pieza lleva por nombre “Suite habanera”, presentando textos desde el siglo XVIII hasta el XX, pasando por la crónica, el ensayo, la novela, la poesía, casi siempre presentados de forma fragmentaria. Esta sección muestra la aguda capacidad de González Esteva al realizar su selección, pues demuestra gradualmente cómo el arte se transformó conforme cambiaban las situaciones sociales en el país.Recorremos así las voces de los cronistas de la Conquista, la de los independentistas, sin incluir a Martí (sabia decisión), la de los revolucionarios y, finalmente, la de los habitantes de la Cuba apoyada por la URSS.

Resulta necesario retomar el punto sobre Martí porque no es gratuito que la selección de textos también incluya la de aquellos autores que se encuentran prohibidos en la isla, como Reinaldo Arenas, Guillermo Cabrera Infante y Virgilio Piñera al lado de autores nacionales como Dulce María Loynaz y Alejo Carpentier; Martí forma parte del canon cubano, uno que ya ha sido explotado y conocido por cualquier extranjero que haya tenido un acercamiento a la isla.

William Henry Jackson, Cuban Heritage Collection, Otto G, Ritcher Library, University of Miami. Reprografías: Jorge Vértiz.

Las formas poéticas también van cambiando conforme avanza la suite, se pasa por el soneto, el verso libre, el neobarroco y los juegos metaliterarios. Los temas evolucionan hasta volverse un retrato interno, tal como propuso González Esteva. Las miradas extranjeras son puramente descriptivas de las construcciones de La Habana, del malecón; otras hacen comparaciones con ciudades europeas. Sin embargo, conforme nos acercamos al desenlace de la suite, la capital se vuelve el escenario de nostalgia, pérdida y lucha.

En la coda, el epílogo del concierto, las voces extranjeras vuelven a aparecer, pero ahora como una apología a La Habana, una admiración no como intento de conquista o de comparación, sino desde el observador que respeta la autonomía del escenario.

William Henry Jackson, Cuban Heritage Collection, Otto G, Ritcher Library, University of Miami. Reprografías: Jorge Vértiz.

No es accidental que González Esteva ubique a autores cubanos no tan conocidos internacionalmente junto a figuras como García Lorca, Alejo Carpentier y Ernst Hemingway, declarando la conformación de la literatura cubana desde el margen, entendido como la oportunidad de que suceda algo nuevo. La antología construye un retrato fragmentado de La Habana, acercándose a todos los puntos de vista y siempre con la mirada puesta en que la poesía es el único medio con el cual se puede describir a la ciudad, alejada de los conflictos políticos, económicos y de las miradas colonizadoras.

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