Con una imposición del 25 por ciento para las importaciones de acero y del 10 para las de aluminio, la confirmación de este jueves del proteccionismo de Trump ha levantado diferentes pasiones en las filas demócratas y conservadoras.
Las grandes economías del mundo han pedido la retirada de los aranceles al acero y el aluminio impuestos por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que rechazan por su grave impacto en el comercio internacional.
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Por Javier Pachón Bocanegra
Washington, 10 mar (EFE).- Estados Unidos despertó dividido el viernes entre la precaución y el aplauso tras la gran puesta en escena del proteccionismo de su Presidente, Donald Trump, a pesar del gran rechazo internacional que ha generado la imposición de aranceles al acero y el aluminio.
Las medidas del atípico mandatario no han dejado a nadie indiferente en el país, que hoy se debate entre la precaución inicial a la espera de que se concreten las posibles excepciones y el buen recibimiento de los trabajadores de la industria, además de la previsible oposición de los sectores más globalistas.
Con una imposición del 25 por ciento para las importaciones de acero y del 10 para las de aluminio, la confirmación de este jueves del proteccionismo de Trump ha levantado diferentes pasiones en las filas demócratas y conservadoras.
Entre los compañeros de partido del magnate, muchos han visto en los aranceles un golpe al libre comercio, como es el caso del senador John Cornyn, el segundo republicano de mayor rango en la Cámara Alta, que hoy lamentó la creciente influencia de los asesores proteccionistas de Trump y el declive de los librecambistas.
“Estoy triste por ver marchar a (el máximo asesor económico, Gary) Cohn y el ascenso de (el director del Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca, Peter) Navarro, que creo que tiene un montón de ideas erróneas en cuanto a comercio”, dijo Cornyn.
En este sentido, algunos legisladores republicanos avanzaron que presentarán una iniciativa legal para frenar las nuevas tarifas -que eximen por el momento a Canadá y México- ante una previsible “guerra comercial”.
“¿Provocará una guerra comercial? No debería”, subrayó hoy en un artículo en The Wall Street Journal el secretario de Comercio de EU, Wilbur Ross, quien incidió en que “otros países lo entienden”.
La propia portavoz de la Casa Blanca, Sara Sanders, reiteró que se deberán abordar otras excepciones a petición de otros países y que el documento les da la “oportunidad” de negociar con ellos sobre la imposición inicial.
Desde los sindicatos y las asociaciones gremiales la noticia fue recibida con los brazos abiertos.
“Hoy el Presidente ha actuado decisivamente para garantizar que los recursos adecuados y la capacidad industrial de acero y aluminio están disponibles para apoyar a la seguridad nacional”, enfatizó el Presidente internacional de la United Steelworkers, Leo Gerard.
Por su parte, Richard Trumka, el Presidente de AFL-CIO, el mayor sindicato gremial del país, no tardó en aplaudir las medidas anunciadas por el mandatario y comentó que “ha habido una guerra contra los trabajadores durante décadas y nos han pateado el culo”.
La AFL-CIO, que cuenta con 12.5 millones de miembros, es una importante fuerza dentro del electorado demócrata y apoyó a la candidata Hillary Clinton en las elecciones de 2016, pero el gravamen y el giro proteccionista en la industria ha satisfecho una reivindicación recurrente durante los últimos años en el sector.
Uno de los argumentos más recurridos por la oposición es el miedo a una subida irremediable de los precios de productos que incluyan alguno de estos dos materiales, algo que se ha reconocido incluso desde la Casa Blanca.
En este sentido, un alto funcionario de la Presidencia que rechazó dar su nombre señaló que pese a que los productos verían incrementado su coste, este sería mínimo: “Hablamos de que en un paquete de seis latas de refresco el incremento sería de entre 1,5 y 2 céntimos de dólar”, dijo.
En el ámbito de la automoción, la consultora del sector AutoTrends estimó que la incidencia de los aranceles podría tener un coste añadido por cada coche de entre 200 y 300 dólares, según recogió la cadena de televisión NBC.
Del lado del Partido Demócrata, la senadora Elizabeth Warren rechazó la acción del Presidente al considerar que afecta a una “pequeña sección de la economía” y que “mete en el mismo bote” a los aliados y a China, aunque precisó que la esencia es “correcta”, según dijo en declaraciones al diario especializado The Hill.
Las grandes economías del mundo sí que han mostrado una oposición sin paliativos y han pedido la retirada de los aranceles impuestos por Trump, quien cumple con el giro proteccionista prometido en campaña electoral.
La Unión Europea mantuvo hoy la cautela y evitó la colisión frontal, pero la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, advirtió al magnate: “La primera opción de la UE siempre es el diálogo pero, llegados a la situación, responderemos”, señaló en referencia a posibles excepciones.
RECHAZO MUNDIAL AL PROTECCIONISMO DE TRUMP
Las grandes economías del mundo han pedido la retirada de los aranceles al acero y el aluminio impuestos por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que rechazan por su grave impacto en el comercio internacional.
Aunque hoy la Unión Europea, al igual que algunas capitales, ha mantenido la cautela y evitado la colisión frontal, la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, advirtió de que “la primera opción de la UE siempre es el diálogo pero, llegados a la situación, responderemos”.
No obstante, remitió a su reunión mañana con el representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Lighthizer, al asegurar que “la Unión Europea (UE) no tomará ninguna decisión hasta que nos confirmen que no estamos excluidos de los nuevos aranceles“.
Malmström aseguró que la UE tardaría un máximo de 90 días en actuar tras la entrada en vigor de los aranceles estadounidenses.
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, lamentó el viernes la decisión al tiempo que advirtió de que el bloque comunitario “responderá” para proteger a su industria.
China pidió a Estados Unidos que retire “lo antes posible” esos nuevos aranceles, pues alertó de que tendrán un “grave impacto” sobre el comercio internacional.
Para el director del departamento de investigación comercial del Ministerio chino de Comercio, Wang Hejun, la decisión atenta contra el orden comercial de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En Tokio, el ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Taro Kono, calificó hoy de “lamentables” esas medidas arancelarias y advirtió de que “puede afectar mucho la cooperación económica entre Japón y EU”.
También el Gobierno surcoreano se sumó con sus quejas y lamentó hoy la decisión de Trump, a quien anticipó que sopesa acudir a la OMC.
“Lamentamos la decisión de EU de imponer aranceles sobre las importaciones de acero pese a que nuestro Gobierno ha señalado a través de distintos canales los problemas que acarrea esta acción”, dijo el Ministro de Comercio surcoreano, Paik Un-gyu, en una reunión con el sector local del acero.
La ministra alemana de Economía, Brigitte Zypries, aseguró que Berlín acordará con la Comisión Europea una respuesta “sensata, pero clara” a los aranceles al acero y al aluminio estadounidenses y advirtió a su presidente, Donald Trump, de que está aislando a su país.
“Es un proteccionismo que ofende a estrechos aliados, como la UE y Alemania, y que limita el libre comercio”, denunció la titular de Economía.
También el Gobierno francés protestó anoche la decisión.
“Francia lamenta los anuncios de @realDonaldTrump sobre las tarifas al aluminio y el acero“, dijo en Twitter el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, quien consideró que “una guerra comercial solo tendrá perdedores”.
Sólo el Gobierno canadiense aplaudió la decisión de Estados Unidos al excluir a su país pero precisó que “hay más trabajo por hacer”.
El otro socio comercial norteamericano, México, reiteró que la negociación del Tratado de Libre Comercio para América Norte (TLCAN) no debe estar sujeta a condicionamientos.
La Secretaría de Economía de México señaló que el proceso de negociaciones para la modernización del TLCAN “sigue su curso de manera independiente a ésta o cualquier medida de política interna que tome el Gobierno de Estados Unidos”.
Desde Brasil, su Ejecutivo reiteró la “gran preocupación” que causa la decisión de Estados Unidos y anunció que “recurrirá a todas las acciones” para preservar sus intereses.
Esa medida provocará “graves perjuicios” a las exportaciones brasileñas, “ampliamente” favorables a EU, según el comunicado conjunto de la cancillería brasileña y del Ministerio de Industria y Comercio.
Por su parte la patronal europea del acero, Eurofer, calificó hoy de “absurda” la decisión del Gobierno estadounidense con el pretexto de la seguridad nacional y abogó por una repuesta comunitaria.
Eurofer subrayó que la medida es “perjudicial y contraproducente tanto para Estados Unidos como para la UE”.