Ciudad de México, 10 de enero (SinEmbargo).- Cuando Jefferson Montero jugaba en el Betis de Sevilla, su talento llamó la atención de un sinfín de clubes europeos. Su velocidad marcaba diferencias, desbordando emociones desde la ciudad andaluza. Cuando el mercado abrió sus puertas, era uno de los baluartes que figuraban en la lista para reforzar equipos con aspiraciones altas. Meses después, el ecuatoriano era presentado en Monarcas Morelia como flamante refuerzo, sorprendiendo a propios y extraños. Poco más de 4 millones de euros fueron puestos en la mesa para que el extremo ilustrara la liga mexicana.
La crisis económica por la que pasa España ha alcanzado severamente a todos los ámbitos sociales, el futbol incluido. El Real Madrid tiene una deuda de 500 millones de euros, a pesar de la negativa de su presidente Florentino Pérez. A la par de esa preocupación privada, la unión europea investiga ya a cuatro clubes por anomalías fiscales que podrían terminar en multas millonarias sin precedentes. El caso de Montero fue una prueba clara de las distintas realidades que viven las ligas, tanto en México como en la península ibérica. Con una serie de constantes reclamos sociales, la pelota sigue rodando, tan orgullosa como siempre autodenominándose como el mejor campeonato del mundo.
Tras observar el patrocinio de Cancún en la camiseta del Espanyol de Barcelona, una nueva medida que vincula a las dos naciones, se ha dado a conocer. “Marca España” es el nombre de un orgullo que será tomado enserio por los equipos profesionales de la Liga Española y distintas empresas de aquel país. Conscientes del poder de convocatoria que tienen alrededor del planeta, se ha acordado que los cuadros recorran el mundo jugando contra otras escuadras para buscar tener mejores finanzas. México está incluido en la lista de los países a visitar. Las pretemporadas, que ya son tours, atenderán los deseos mexicanos por ver de cerca a un estilo de futbol admirado.
El “LFP World Challenge” espera mejorar no solo las arcas de las entidades deportivas, sino también limpiar un poco la imagen de un país alicaído debido a la situación económica tan alarmante. Acordadas están las pretemporadas para las ligas 2014-2015, 2015-2016 y 2016-2017, formando un campeonato larguísimo. Durante el primer verano se jugaría la fase de promoción, en la segunda la fase de clasificación y hasta dentro de tres años, se optaría por jugar frente a Real Madrid o Barcelona, cabezas de serie, en la fase final. Los equipos de rango menor, tan alejados de la posibilidad de ser campeones en su liga, serían los más beneficiados.
Esas entidades medianas, tendrían la oportunidad de mostrarse, además de optar por un ingreso extra. ”El sector está saliendo de la crisis, pero en ese camino se puede salir mejor de la mano del fútbol profesional”, declaró Jaime García Legaz, secretario de Estado de Comercio español, sobre esta medida. Los tiempos aquellos donde se armaban cuadrangulares entre equipos mexicanos y españoles se revivirán. Con la misión de salir del hoyo financiero, empresarios ibéricos entendieron el poder que tiene el balón.