Jürgen Klinsmann, DT de EU, habló sobre lo que significa enfrentar a México y en el inicio del Hexagonal Final de la Concacaf rumbo al mundial de Rusia 2018. Recordemos que México no vence a EU como visitante en eliminatorias desde 1972, a demás, para el partido del viernes se espera que la política y el futbol no se mezclen.
Seguimos apoyando a @miseleccionmx camino a #Rusia2018 y este viernes demostramos #ElFutbolEsNuestro ✈️?? https://t.co/IgiHEhxmbU
— SIGO AL TRI (@SigoalTRI) 8 de noviembre de 2016
Ciudad de México, 09 de noviembre (SinEmbargo/ASMéxico/JuanFutbol).- Previo al duelo entre las selecciones de Estados Unidos y México que se disputará el viernes en Columbus, Ohio, el seleccionador Jürgen Klinsmann habló sobre lo que representa enfrentar al Tri, sobre todo en eliminatorias, y la fortaleza que se ha llegado a convertir el Estadio Mapfre, al que ‘comparó’ con el Azteca.
“Es muy singular. Es un enfrentamiento que se trata de mucho más que simplemente fútbol. En nuestra región, es el más grande (…) Ellos (México) tienen más historia y más jugadores en los mejores equipos del mundo. Mis jugadores saben lo importante que es este juego. Saben que todo el país los está mirando. Es un gran escenario. Es una ocasión especial, sobre todo en las eliminatorias mundialistas. Es el momento que todos los jugadores americanos esperan” expresó el técnico de las Barras y las Estrellas para el sitio de la FIFA.
El ex delantero alemán recordó la única ocasión que perdió ante México, en el partido que definió el boleto para la Copa Confederaciones de Rusia 2017, lo que para Klinsmann “fue un partido fantástico. Muy competitivo. En las gradas, que era increíble. Fue desafortunado para nosotros, porque la afición era principalmente para México. Y realmente, al final, los mexicanos jugaron a un nivel más alto que nosotros y merecieron ganar. Te tienes que tragar derrotas como esas, pero te ayudan para el siguiente encuentro. Hay que asegurarse de no repetir los errores” señaló.
DESDE 1972
Por: Roberto Quintanar
La pesadilla no sólo se llama Columbus. A pesar de lo que pudiera pensarse, Ohio es sólo una circunstancia que refleja una realidad: a México no suele irle bien cuando visita Estados Unidos en partidos de eliminatoria mundialista.
Hace ya muchos ayeres que el Tri consiguió su última victoria en suelo yanqui en una clasificación mundialista. Ocurrió un lejano 10 de septiembre de 1972, en el Estadio Memorial Coliseum, en la primera fase del campeonato de la CONCACAF, previo a la ronda final de Hatí (que sería un desastre). En esa oportunidad, el equipo dirigido por Javier de la Torre ganó por 2-1.
Desde entonces, México ha disputado siete partidos eliminatorios en suelo estadounidense con un saldo de cinco derrotas (cuatro en Columbus y una en Lockhort) y dos empates (Los Ángeles y Foxborough).
Este viernes, el Tri de Juan Carlos Osorio tendrá que luchar contra algo más que los fantasmas de Ohio… también buscará quitarse una losa de más de cuatro décadas.
TRIUNFO DE DONALD TRUMP Y EL FUTBOL
Michael Bradley no quiere que el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos tenga efecto alguno en el ambiente que se vivirá en Columbus el próximo viernes, cuando el equipo local enfrente a México en el arranque del Hexagonal final de la CONCACAF.
Pasado mañana se juega un Estados Unidos-México de clasificación para #Rusia2018 y vosotros tan tranquilos… pic.twitter.com/sDsxyh86Tu
— MisterChip (Alexis) (@2010MisterChip) 9 de noviembre de 2016
“Deseo que nuestros aficionados hagan lo que siempre hacen, que es apoyar a nuestro equipo y sean lo más pasionales posibles”, apuntó el talentoso centrocampista.
“Espero también que haya mucho respeto entre todos:americanos, mexicanos, neutrales, mujeres y niños, que cada persona que vaya al estadio disfrute lo que todos esperamos sea un hermoso partido entre dos rivales deportivos que se tienen mucho respeto. Espero que sea una noche especial para todos”, agregó.
Cuestionado sobre la victoria del candidato republicano, Bradley prefirió ser diplomático y resaltó que los estadounidenses “respetamos nuestra democracia y más allá de por quién votamos, es nuestra obligación estar juntos, apoyar al nuevo presidente y tener fe y confianza en que hará lo mejor por el país”.
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