VANGUARDIA DE SALTILLO

Hugo desapareció en Coahuila hace 9 años; su madre desesperada ofrece recompensa de 1.5 mdp

09/10/2018 - 12:02 pm

Mamá, ahorita llego”, le dijo Hugo Marcelino González Salazar a su madre por teléfono la tarde del 20 de julio de 2009. Nueve años después, María Elena Salazar sigue buscando a su hijo, uno de los 37 mil 435 desaparecidos en México.

Por M. Sagnelli

Coahuila/Ciudad de México, 9 de octubre (Vanguardia/SinEmbargo).– Maria Elena Salazar publicó en Facebook, una recompensa de un millón y medio pesos para quien pueda proporcionar algún dato para dar con el paradero de su hijo, quien está desparecido desde 2009.

Mamá, ahorita llego”, le dijo Hugo Marcelino González Salazar a su madre por teléfono la tarde del 20 de julio de 2009. Nueve años después, María Elena Salazar sigue buscando a su hijo, uno de los 37 mil 435 desaparecidos en México.

“No se preocupe, al rato vuelve”, le respondían repetidamente en las oficinas de la comandancia de Torreón, donde conoció a otra veintena de madres y se dieron cuenta de que “la tragedia era de dimensiones mayores”.

Juntas formaron en 2009 el colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUNDEC) que ahora ya suma a 150 familias de esa entidad federativa, uno de los cinco estados fronterizos con Estados Unidos donde se ubica un 42 por ciento de las desapariciones en el país debido a la mayor presencia de crimen organizado, según informe de CEDEHM (Centro de Derechos Humanos de las Mujeres).

Hijo cómo me duele verte a través de esta publicidad pero confío en Dios y alguien pueda proporcionar algún dato para dar con tu paradero, escribió Elena en Facebook. Foto: Sergio Ortiz Borbolla, Amnistía Internacional/VICE NEWS

María Elena Salazar sigue luchando por encontrar a su hijo Hugo Marcelino.

“Desde la noche en que desapareció, me convertí en investigadora. Los cinco tomos de expediente los he hecho yo como madre, ellos no investigan y aún me traen con vueltas”, reclama María Elena. La madre tocó todas las puertas de Torreón en busca de alguna pista y colgó centenares de carteles que los mismos agentes retiraban.

“No quieren que la sociedad se dé cuenta del enorme problema”, considera. Su marido recorrió a diario las carreteras de la zona por donde se especulaba que soltaban a los jóvenes. Nada. En esa búsqueda, María Elena se topó con el rechazo de sus vecinos que a menudo sugerían que “si le pasó es porque algo hizo, en algo malo andaba”. Una idea que, según ella, se encargan de esparcir las mismas autoridades “para evadir su responsabilidad”.

Durante años los familiares participaron en los operativos de búsqueda mensuales de la Fiscalía. Con pico y pala desenterraban en cada batida por el monte cientos de pedacitos humanos calcinados, como suelen deshacerse de sus víctimas los grupos armados en México para no dejar rastro. Sin embargo, esos restos nunca han llegado a identificarse.

“Sólo en Coahuila, la Fiscalía tiene unos 120 mil restos humanos y apenas se han identificado una veintena de personas”, asegura a DW Grace Fernández, representante de FUNDEC, quien añade que “faltan medios y capacitación, pues los laboratorios están saturados”.

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