Germán Petersen Cortés
09/06/2015 - 12:02 am
PRI/PVEM/PANAL: Mayoría manchada
Al momento en que escribo esta columna, no es seguro que el bloque PRI/PVEM/PANAL vaya a tener mayoría absoluta en la Cámara de diputados. Considerando los rangos presentados por el INE el domingo, lo más probable es que sí la tenga, aunque también podrían darse ciertas combinaciones de resultados que se la arrebaten. Lo que […]
Al momento en que escribo esta columna, no es seguro que el bloque PRI/PVEM/PANAL vaya a tener mayoría absoluta en la Cámara de diputados. Considerando los rangos presentados por el INE el domingo, lo más probable es que sí la tenga, aunque también podrían darse ciertas combinaciones de resultados que se la arrebaten. Lo que es un hecho es que el bloque tendrá, cuando menos, mayoría relativa.
Tan cierto como que estos partidos tendrán mayoría relativa en San Lázaro es que su mayoría estará, de entrada, manchada, manchada por las ilegalidades del PVEM, indulgentemente toleradas por el INE y el Tribunal Electoral.
Hay un amplio acuerdo en la sociedad mexicana en cuanto a que el principal reto del país es la construcción de un Estado de derecho. ¿Acaso esta mayoría manchada de ilegalidades tendrá la voluntad y la legitimidad para construirlo o siquiera intentarlo?
La piedra angular de la democracia electoral es aceptar las reglas del juego y las decisiones del árbitro. Así, se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con las decisiones del INE y del Tribunal relativas al Verde, pero desde un punto de vista de procedimiento democrático es obligatorio aceptarlas.
Sin embargo, aceptar las decisiones de las instituciones competentes no implica guardar silencio ante sus errores y los impactos de estos sobre los resultados.
La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales contempla que los partidos sean sancionados “en los casos de graves y reiteradas conductas violatorias de la Constitución y de esta Ley, especialmente en cuanto a sus obligaciones en materia de origen y destino de sus recursos, con la cancelación de su registro como partido político”. En la opinión de miles de mexicanos, eso fue justamente lo que hizo el Verde: violar grave y reiteradamente la ley. A pesar de ello, el Tribunal se negó a quitarle el registro al Verde y el INE, por su aparte, fue complaciente y tardío al sancionar sus excesos.
La mayoría relativa o absoluta del PRI/PVEM/PANAL será, pues, una mayoría mancillada por “cine-minutos”, campañas fuera de los tiempos previstos por la ley, uso de recursos parlamentarios para hacer campaña, apropiación de programas sociales, desacato de órdenes del INE y hasta llamados a votar por ellos el día de la jornada electoral.
Lo más preocupante son las consecuencias de esta coalición viciada de origen sobre el futuro del país y más en particular sobre la construcción de un Estado de derecho. ¿Tendrán los verdes y sus aliados la voluntad de que se aplique la ley en México cuando han sido beneficiarios de violarla? Aun si por alguna extraña razón quisieran que aquella se aplicara, ¿con qué legitimidad lo promoverían después de lo que hicieron en las campañas de 2015?
Uno de los mayores pendientes legislativos es profundizar la lucha anticorrupción, creando más y mejores instrumentos para prevenir y castigar la obtención de beneficios privados a partir de recursos públicos. ¿Qué contribución podría hacer en este sentido una mayoría –sea relativa, sea absoluta– construida en parte gracias a la utilización de recursos parlamentarios para pagar spots?
Una de las mayores causas de la fractura entre sociedad y clase política es la impunidad, tanto jurídica como política, es decir, la ausencia de castigos judiciales para quienes violan la ley y también de sanciones en las urnas para quienes las merecerían por su mal desempeño.
El Verde es el máximo ejemplo de ambas impunidades: por un lado no ha sido sancionado judicialmente con el rigor que merecería y por otro lado ha sacado provecho durante años de millones de electores que lo siguen respaldando a pesar de sus triquiñuelas. ¿Qué probabilidades hay de que quien ha crecido en la impunidad se vuelva contra ella?
Al final del día, el partido gobernante se benefició –y mucho– de las trapacerías del Verde, en particular para crear su coalición legislativa, que por lo mismo está viciada de origen. Dada la historia del país, quizá esto no suene tan grave, pero en cualquier democracia desarrollada sería un escándalo.
Cada vez suena menos exagerada la hipótesis de la restauración.
@GermanPetersenC
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