¡A bailar! 11 razones saludables para empezar a hacerlo

09/05/2015 - 12:04 am
Foto: Shutterstock
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Ciudad de México, 9 de mayo (SinEmbargo/HuffPost).- Algo tiene el baile que acapara constantemente la letra de las canciones. El Bailando de Enrique Iglesias ha sido sólo el último éxito que incluye este movido verbo en su título. Antes escuchamos su otro tema Bailamos. Y ya en 1991 Sergio Dalma cantó Bailar pegados consiguiendo un honroso cuarto puesto, y escuchamos otras canciones como Dancing Queen de ABBA, Bailar contigo de Carlos Vives, Dancing on my own de Robyn o Dancing With Myself de Billy Idol.

Y ese algo que tiene el baile (que, además, ha llegado al cine en numerosas ocasiones: Dirty DancingFootlooseCisne negroFlashdance …), no es sólo una cosa. Son muchas. El baile, y esto incluye el ballet y la danza, está lleno de múltiples beneficios para nuestra salud, tanto física como psicológica. Porque bailar…

 

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Es un arma contra la obesidad y el sobrepeso

Bailando también se queman calorías. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda esta actividad para combatir el poco o nada aconsejable sedentarismo.

La cantidad de calorías que se queman bailando varía en función del tipo de baile que se practique. Porque no es lo mismo dedicarse al ballet clásico que al flamenco o labatuka.

La web come con salud recoge que la primera modalidad ayuda a quemar entre 400 y 500 calorías en una clase de una hora, con la segunda se pierden entre 150 y 350 calorías por hora, mientras que quienes bailan batuka consumen de 500 a 800.

 

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Es bueno para el corazón

Cada vez que salimos a la pista estamos fortaleciendo nuestro sistema cardiovascular. Esto se debe a que cuando bailamos activamos la circulación y la frecuencia cardíaca.

De hecho, la American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) recomienda el baile como ejercicio aeróbico para reducir los riesgos de enfermedades cardíacas. Y no sólo eso: en el Congreso Mundial de Cardiología organizado en Barcelona en 2006 se hizo hincapié en la importancia del baile en este ámbito.

Los especialistas allí reunidos insistieron en que bailar es más beneficioso que la bicicleta estática o el ejercicio aeróbico en personas enfermas del corazón. En esos casos la imposición de tablas de ejercicios y la consiguiente monotonía resulta poco eficaz, como explicó el cardiólogo mexicano Hermes Ilarraza Lomelí de acuerdo al estudio Dancing for Cardiac Exercise Study.

 

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Ayuda a mantener el tono muscular

Tanto de los músculos conocidos como de otros que no lo son tanto. Porque al bailar movemos partes que no trabajamos cuando salimos a correr, pedaleamos o jugamos al tenis. Sucede incluso cuando practicamos bailes de salón, aparentemente más sosegadas.

Ken Richards, portavoz de USA Dance, organización estadounidense de danza profesional, aseguraba en una entrevista publicada en 2005 que con este tipo de baile se trabajan los glúteos de una forma diferente a cuando se practica otra actividad. “Si bailas foxtrot, realizas pasos largos y barridos hacia atrás. Eso es muy distinto a caminar o salir a correr por el barrio”.

 

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 Es bueno para la memoria

Puede parecer extraño, pero son las conclusiones a las que llegó un estudio publicado en el New England Journal of Medicine en junio de 2003. Según este trabajo, bailar —como otras actividades de ocio— puede aumentar la memoria y prevenir la aparición de demencia.

El ejercicio aeróbico ayuda a frenar la reducción del volumen del hipocampo, que se produce a medida que envejecemos y que se asocia con la disminución de memoria. Este mismo estudio encontró que las personas con Alzheimer son capaces de recordar hechos olvidados cuando bailan las canciones que bailaban de jóvenes.

 

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 Mejora el equilibrio

Según el Journal of Aging Studies, actividades como el tango pueden mejorar el equilibrio de las personas, incluidas las de edad avanzada. Esto se debe a que para bailar es muy importante cuidar la postura y fortalecer los músculos de apoyo más pequeños, de lo contrario los movimientos rápidos, la necesidad de mantener el peso sobre un solo pie o los movimientos de puntillas pueden terminar en caída.

A esta conclusión también llegó un estudio hecho en una residencia de ancianos de Brasil. Tras tres meses de experimento se detectó un mejoría en un 50% del equilibrio y una reducción de las caídas en los adultos mayores que participaron en clases de baile de salón de media hora tres veces a la semana.

“Poder ver a esos adultos bailar y girar con autonomía, equilibrio y conciencia cognitiva del espacio y el cuerpo nos permitió comprender cómo se puede combinar el ejercicio efectivo con una actividad placentera”, dijo la autora principal, Eliane Gomes da Silva Borges, de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

¿Y por qué aumentan las caídas a medida que aumentan los años? La explicación es sencilla: con la edad se debilita el tono muscular y los mecanismos sensoriales que nos permiten mantener el equilibrio. El sedentarismo tampoco ayuda demasiado ya que acelera la pérdida de esa fuerza tan necesaria para mantenerse fácilmente en pie.

 

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También aumenta la flexibilidad

Porque bailar requiere que los músculos se estiren y extiendan para realizar diversos movimientos. Esto no sólo se traduce en el aumento del rendimiento deportivo, sino que beneficia a la salud en general.

Se reducen las lesiones, se mejora el dolor de articulaciones, se aminoran los dolores postejercicio y puede incluso favorecer a las personas con Parkinson.

Para aprovecharse de estas ventajas no es necesario hacer grandes pasos de ballet: unos pocos estiramientos serán más que suficientes.

 

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 Ayuda a bajar los niveles de colesterol

Bailar es una actividad física como cualquier otra, por lo que tiene beneficios similares a correr, nadar o simplemente caminar. Desde la Organización Mundial de la Salud señalan el ejercicio como un elemento clave en la lucha contra la aparición del llamado colesterol malo (LDL).

“La introducción de pequeños cambios en el modo de vida, como renunciar al tabaco, practicar una actividad física de forma regular y tomar alimentos sanos, puede ayudar a prevenir las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares”, dice la Dra. Shanthi Mendis, coordinadora de la unidad de Prevención y Tratamiento de las Enfermedades Crónicas de la OMS.

 

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Reduce el estrés y combate la depresión

No es sólo una cuestión física, también es una cuestión mental. Y en ese aspecto juega un papel fundamental la danzoterapia. “La danza ofrece un amplio abanico de posibilidades para intervención terapéutica que abarca desde el desarrollo personal hasta severos trastornos patológicos”, explica Marcelli Ferraz, directora general del Instituto IASE.

“Esto explica que encontremos individuos aficionados a la práctica dancística que, sin tener conciencia de ello, se benefician de los efectos terapéuticos y también pacientes que mostrando diversas psicopatologías potencian su salud mental por medio de esta praxis artística”. En otras palabras, trastornos como depresión o ansiedad mejoran considerablemente por medio de intervenciones danzoterapéuticas.

Así mismo, bailar también ayuda a destensarnos o desestresarnos ya que sobre la pista somos capaces de olvidarnos de nuestras preocupaciones. De acuerdo a un estudio del Journal of Applied Gerontology, bailar en pareja mientras seguimos el son de la música es un arma muy efectiva para sentirse más relajado.

 

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Mejora la autoestima

“Por medio de la danza el individuo experimenta un desarrollo en las capacidades corporales propias del entrenamiento físico tales como el incremento de movilidad, elasticidad, fuerza y coordinación. Esto tiene un impacto sobre la conciencia corporal estimulando el autoconcepto y la autoestima que genera un efecto terapéutico a nivel emocional”, apunta Marcelli Ferraz.

Esta seguridad que otorga la danza se muestra también en el documental Five Days to Dance. Wilfried Van Poppel y Amaya Lubeigt, la pareja de profesores protagonistas, demuestran a sus alumnos adolescentes cómo tras un experimento de cinco días son capaces de superar el miedo escénico y sentirse más seguros con ellos mismos.

“Todos tenemos algo bonito que enseñar y con la danza eso aflora”, asegura Lubeigt.

 

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 Arregla lo que el sedentarismo provoca en nuestra columna

Además de ayudar en la lucha contra la obesidad y el sobrepeso, bailar también ayuda a erradicar una de las temidas consecuencias del sedentarismo: el dolor de espalada. Al pasar todo el día sentados frente a una pantalla, tendemos a encorvarnos y eso acaba afectando a la columna vertebral, con el consiguiente dolor de espalda y otras consecuencias no tan evidentes. Porque al andar encogidos no proyectamos una imagen positiva de nosotros mismos.

Para bailar bien esa postura debe erradicarse. La clave está en echar los hombros hacia atrás, levantar la barbilla y sacar pecho. Esto en lenguaje corporal se traduce en seguridad —lo que antes llamamos aumento de autoestima— y en el físico supone el fin de muchos dolores de espalda. No olvidemos que bailando también se mejora el tono muscular y se aumenta la flexibilidad.

 

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Nos hace un poco más felices y energéticos

Al final es una actividad física que supone la segregación de endorfinas, las conocidas como hormonas de la felicidad, responsables de mejorar el humor, crear un estado de bienestar y contrarrestar los niveles elevados de adrenalina asociados a la ansiedad.

Además son estimulantes, lo que significa que cuando nuestro organismo las libera se produce una inyección de energía. Según un estudio publicado en el The Scholarly Publishing and Academic Resources Coalition, una sola clase de baile a la semana puede aumentar el nivel de esta de una manera significativa.

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