El Presidente mexicano recordó a figuras como Concepción Acevedo de la Llata y el escritor José Revueltas por haber estado presos en la cárcel de las Islas Marías.
Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo/AP).– El Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que quiere convertir las Islas Marías, el famoso exreclusorio mexicano de alta seguridad donde se encarcelaban a opositores del Gobierno, en un centro recreativo y de historia abierto al público.
“Estamos muy contentos de convertir este penal, esta prisión, en un centro para la recreación, para el conocimiento de la historia, sobre todo de la historia de México y de cómo trataban a los opositores. Aquí estuvieron presos cristeros, aquí estuvo presa la madre Conchita [Concepción Acevedo de la Llata]”, dijo el Presidente en un video publicado en redes sociales.
Desde el muelle de las Islas Marías haciendo memoria de José Revueltas; no solo de su libro “Muros de agua” sino también del “Ensayo sobre un proletariado sin cabeza”. pic.twitter.com/7hAGNfp6MZ
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) April 10, 2022
El gobernante federal recordó a uno de los presos, el escritor y ensayista José Revueltas, quien estuvo recluido en el centro durante 30 años por militar en el Partido Comunista.
Esta mañana, el Presidente acudió al Museo de las Islas Marías junto con la doctora Beatriz Gutiérrez Müeller, el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González; el Secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán; la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores González; el Secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués; el Gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero; el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya; y el Gobernador de las Islas Marías, Julián Castillo Zepeda.
La colonia penitenciaria de Islas Marías, fundada en 1905 en la Isla María Madre —el único de los cuatro islotes habitados de un archipiélago a más de 100 kilómetros de las costas de Nayarit y sometido a los embates periódicos de los huracanes— fue clausurada en 2019 y desde entonces intenta reinventarse.
Primero fue con un centro de educación ambiental, por el que ya han pasado 153 jóvenes. Ahora, como han hecho otros penales insulares en el pasado, aspira a convertirse en destino ecoturístico, lugar de disfrute de las aves y las playas.
Las autoridades dijeron el año pasado que no se podría acampar, ni se construirán hoteles porque es un área protegida, y a falta de confirmar si se podrá pernoctar o no en las pocas construcciones existentes es difícil saber si atrapará a los visitantes como la antigua isla prisión estadounidense de Alcatraz, muy accesible desde San Francisco, o si sus muros quedarán poco a poco atrapados por la selva como ocurrió con la panameña cárcel de Coiba, cerrada en 2004 y ahora un paraíso natural Patrimonio de la Humanidad y casi salvaje.
