Politizar la vacunación en EU podría bajar más las tasas: expertos

09/02/2015 - 12:00 am

Ciudad de México, 9 de febrero (SinEmbargo).- Estados Unidos está enfrentando una de sus más fuertes crisis sanitarias de los últimos tiempos, el sarampión, que se había declarado erradicado del territorio en el año 2000, registra sus tasas más altas en 20 años, y solamente en enero de 2015, el Centro de Prevención de Enfermedades (CDC) ha contabilizado 102 casos confirmados. Esto, ha desatado un debate entre aquellos que señalizan a los padres “antivacunas” como los culpables del resurgimiento y ha dejado el paso abierto para que los políticos aprovechen el clima pre elecciones para tomar partido, sin embargo, expertos apuntan que de politizarse, el tema podría resultar contraproducente para la salud de la población.

“La ciencia es clara: La Tierra es redonda, el cielo es azul y las #vacunasfuncionan. Protejamos a todos nuestros niños”, tuiteó Hillary Clinton, ex Secretaria de Estado de ese país y una de las más fuertes candidatas a competir por la presidencia en 2016 por parte de los demócratas.

El partido republicano por su parte se ha hecho partícipe también al posicionarse a favor de dar a los padres la decisión de vacunar o no a sus hijos. Como el Senador Rand Paul, quien también es oftalmólogo y dijo en días pasados a una radio de Kentucky que aunque piensa que es “una buena idea vacunarse, es una decisión personal de cada individuo”, y se mostró irritado frente a los médicos que tratan de presionar para que esto se lleve a cabo.

Más tarde, Paul hizo en entrevista con la televisora CNBC una tajante declaración: “El Estado no posee a nuestros niños. Los padres son dueños de sus hijos”.

Por su parte, el gobernado de Nueva Jersey, el también republicano Chris Christie declaró que los padres “necesitan tener cierto grado de elección” sobre la salud de sus hijos.

“Las políticas de la medicina, moral y libre albedrío se encontraron en un emocional debate sobre la vacunación y la posición del gobierno para exigirla, lo que plantea un desafío para los republicanos que se encuentran en la posición familiar, pero incómoda, de reconciliar la ciencia moderna con el escepticismo de su núcleo conservador de votantes”, escriben Jeremy W. Peters y Richard Pérez-Peña en un artículo de The New York Times publicado en días pasados.

El sitio Science of Us cita en su texto “Politizar la lucha por la vacunación puede poner las cosas perores” a Brendan Nyhan , experto en Ciencias Políticas de la Universidad de Dartmouth y a Dan Kahan, profesor de leyes y psicología en Yale sobre los peligros de hacer de un asunto de salud, uno político.

“Si volvemos la vacunación un debate de ‘nosotros contra ellos’ podemos pensar que sólo estamos discutiendo con los anti-vacunas extremistas. Pero otras personas pueden tomar claves de ese debate y decir ‘Soy parte de ellos, soy más como los que están siendo atacados’ o ‘ellos están desestimando mis preocupaciones tanto como desestimaron las mías’. Ese tipo de señalamiento cultural es el tipo de enfermedad que amenaza a la salud pública tanto como las enfermedades en realidad”, dijo al sitio Kahan.

Investigaciones en ciencias sociales han mostrado que cuando la gente siente su identidad bajo ataque, sus sentimientos se endurecen y se enganchan más fuerte en las creencias del grupo al que pertenecen.

Antecedentes

En México se han detectado dos casos de sarampión en niños que viajaron a California. Foto: EFE
En México se han detectado dos casos de sarampión en niños que viajaron a California. Foto: EFE

Un estudio publicado en 1998 por el médico británico Andrew Wakefield aseguró que existía una relación entre la aplicación de la vacuna triple viral (contra el sarampión, la parotiditis y la rubeola) y el autismo en los niños, cuyos supuestos hallazgos provocaron pánico entre los padres de familia que suscitó a su vez una fuerte caída en las tasas de vacunación tanto en Reino unido y Estados Unidos, que registró en 2008 una de los grandes brotes de sarampión, en donde 90 por ciento de los infectados no contaban con dicha protección, de acuerdo con los CDC.

Fue hasta 2011 que el British Medical Journal (BMJ) desmintió lo publicado por Wakefield y lo señalizó como todo un “elaborado fraude” en el que el autor “malinterpretó o alteró” los historiales médicos de los 12 pacientes que formaron su base de datos, lo cual había dejado un daño a largo plazo en la salud pública mundial.

“Una cosa es tener un mal estudio, uno lleno de errores, y que los autores admitan que los cometieron. Pero en este caso, tenemos un panorama muy diferente de lo que parece ser un intento deliberado de crear una impresión de que había un vínculo al falsificar los datos”, dijo la editora en jefe del BMJ a CNN en su momento.

Y aunque Wakefiel fue despojado de su licencia médica en el mismo 2011, “el daño a la salud pública continúa, impulsada por los reportes desequilibrados de los medios y una respuesta poco efectiva de los gobiernos, investigadores, revistas y la profesión médica”, escribieron en el BMJ.

En cuestiones políticas, los republicanos en la Unión Americana siempre han tenido un problema entre las cuestiones científicas que no son bien aceptadas por sus seguidores conservadores, tal como sucedió con el tema de enseñar la Teoría de la Evolución en las escuelas, la lucha contra el calentamiento global, o más recientemente, la respuesta ante el ébola en su territorio.

Pese a que el estudio de 1998 ya se desacreditó, el tema de las vacunas sigue siendo un tema que causa mella en entre la población, salud pública y tendencias políticas de los Estados Unidos. El Centro de Investigación Pew informó en una encuesta de 2009 que 71 por ciento de las personas, tanto demócratas como republicanas favorecían la vacunación entre los niños, sin embargo, para 2014, el apoyo entre los demócratas aumentó al 79 por ciento, mientras que los identificados con el elefante tricolor a favor de las vacunas se redujeron al 65 por ciento.

Ahora, con 102 niños contagiados de la potencialmente letal enfermedad, de los cuales 59 están ligados con la visita al parque de diversiones Disneyland en California, y en su mayoría no vacunados, los expertos coinciden en que no es un es un buen momento para que el debate se politice, pues “se vincularía con la identidad política, y hay un gran riesgo de que esto desemboque en tasas todavía más bajas de vacunación”, concluyó Nyhan.

Asimismo recomiendan que los consejos de vacunación vengan de figuras locales, como los propios pediatras de los niños, quienes según varios estudios son una fuerte influencia en los padres al momento de tomar decisiones sobre los infantes, aun sobre otras figuras como los políticos o autoridades a nivel nacional como los CDC.

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