Tres días con James Joyce

09/02/2012 - 12:03 am

Sobre uno de sus personajes jóvenes, que iba haciéndose poeta, Joyce escribió: “Mientras caminaba por la ciudad sus ojos y sus oídos se llenaban de impresiones y estaban listos a recibir palabras, imágenes, revelaciones. Cosas que colocaba en su arcón de tesoros del lenguaje. Y no tenían que venir de los libros siempre: podía encontrarlos por azar lo mismo en las tiendas que en un anuncio en la calle o en la boca de la gente. Tomaba las palabras y se las repetía hasta que perdían algo inmediato y se le convertían en vocablos prodigiosos”. Las besaba y las poseía y era poseído por ellas. Sobre todo, las escuchaba. Y eso era lo más erótico. Casi al final de su vida, Joyce fue fotografiado durante tres días por Giselle Freund. Entre anécdotas e imágenes difusas, los gestos de su cara en una de las fotografías nos dejan ver la naturaleza de su paso vital por el mundo.

Por Alberto Ruy-Sánchez

Alberto Ruy-Sánchez
Escritor y editor. Hizo estudios de literatura y lenguajes sociales con Roland Barthes y de filosofía política con Jacques Rancière, Michel Foucault y Gilles Deleuze. Ha publicado más de 26 libros de narrativa, ensayo y poesía, entre los cuales las cinco novelas experimentales donde investigó y narró, una larga búsqueda del deseo: Quinteto de Mogador. Codirige con Margarita De Orellana desde 1988 el proyecto editorial independiente Artes de México. En el libro editado por Ricardo Raphael, El México indignado, explica su militancia por la poesía como socialmente urgente e indispensable para entrar en contacto con la realidad, más profundamente, con más libertad e imaginación. Foto de @Nina Subin.
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