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Tomás Calvillo Unna

08/09/2021 - 12:05 am

El antifaz de la Luz

La invitación del rosa, su desenfado y callada seducción.

El elixir de los colores. Pintura Tomás Calvillo Unna

 

Rendija: Campamentos de paz y dignidad a lo largo y ancho del territorio del país, para los migrantes. Organizados y financiados por los gobiernos locales (municipales y estatales) y la Federación, así como por las ONG’s y organismos internacionales. Involucramiento de los estudiantes comprometidos con los derechos humanos.

 

El antifaz de la Luz

Cuál es la naturaleza del color,

Por qué la luz se despliega

en sus gamas.

 

El verde es el encaje de la tierra,

la destreza de su plenitud.

El rojo, su hondura,

los secretos de su química.

El blanco, la sonrisa,

su poder de inicio.

El negro, la perfección,

su contundencia, la elegancia sin más.

Gritos y silbidos del amarillo,

su brincar,

su alumbramiento.

 

La invitación del rosa,

su desenfado y callada seducción.

La amistad expresiva del naranja,

su arrojo.

La certeza del café, su seriedad.

El cóncavo desplazamiento del plata,

su deseo de vuelo.

El azul desbordado

y no obstante

sereno.

El chillido silenciado del gris,

su sacrificio, el vencido ego.

El bicolor del aburrimiento

en retirada.

El oro, su antiquísima orfebrería,

su fino toque, su confianza

a costa de todo.

Los morados de las uvas,

su desprendimiento;

el sabor del alma.

El perla de los tesoros,

esa eternidad sugerida

de las fases de la luna.

 

Hay un color

que emerge sin nombre

y nos estremece.

El frío lo gobierna,

su temperatura

por cortos lapsos

es acogedora y nos abriga.

Está cargado de fulgores,

brilla en la oscuridad

y de día desaparece.

 

Su abrazo nos toma,

es la bruma

que se aproxima;

convierte el paisaje

en volúmenes y siluetas.

Desde la terraza,

vislumbramos el destino

que se desdibuja y oculta;

por momentos,

nos cubre

con su velo.

 

Filigrana de los tonos;

abanico del viento

en la secreta danza de la Luz

y su persistencia:

las gotas del tiempo y el espacio

intermitentes;

escurren por las ventanas,

humedecen nuestras mejillas.

 

La complejidad revelada,

su riqueza,

el asombro

de las primeras preguntas

 

el incendio del sosiego

 

el ciego color del reflejo

 

la textura de la noche

entre los dedos.

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