Ciudad de México, 9 de septiembre (SinEmbargo).- Durante este año, cuatro selecciones han visitado el Estadio Azteca en partido oficial por el hexagonal final de la CONCACAF rumbo al Mundial de Brasil 2014. Jamaica, Estados Unidos, Costa Rica y Honduras han acabado el partido en medio de la cancha festejando algo que en teoría sonaba improbable. Tres empates, una derrota, un gol a favor y dos en contra. Han sido seis meses de martirio para el aficionado mexicano que encuentra en su representativo nacional el patriotismo que por un sinfín de motivos no ve en otras cosas que son consideradas más importantes.
La derrota del viernes pasado 2-1 frente a los hondureños provocó un estallido general en los que se entregan a la pasión incomparable que 90 minutos les dan. México ha estado presente en los últimos cinco mundiales y ha pasado a octavos de final en cada uno de ellos. Honor que sólo comparte con Brasil y Alemania. El majestuoso Estadio Azteca ha perdido en un semestre el respeto ganado en la zona con peor nivel de toda la geografía en la que la FIFA divide al planeta. Consumada la pesadilla, en un hecho sin precedentes, el futbol nacional estaba al pendiente de que Panamá no le pudiera ganar a Jamaica como local y así continuar en un impensable cuarto lugar que le aseguraría jugar un repechaje por un lugar en la próxima Copa del Mundo. El panorama luce preocupante, todo a partir del mal juego del Tri.
A tres fechas del final, el mexicano promedio que sufre con las matemáticas está haciendo sumas y restas para vislumbrar el panorama. El próximo martes, la fecha 8 del calendario del Hexagonal podría definir gran parte el futuro del equipo que ahora dirige Luis Fernando Tena. La diferencia con el líder Costa Rica es de 5 puntos. Los ticos comandan la eliminatoria con 14 unidades, seguidos de Estados Unidos con 13 y Honduras con 10. México tiene 8 en cuarto lugar seguido de Panamá con 7. A dos días de visitar la aduana complicada de Columbus donde nunca se ha ganado ni se ha anotado un solo gol.
El mismo martes, Honduras recibe a los panameños y Costa Rica visita a la eliminada Jamaica. La lógica dice que catrachos y ticos ganarán, mientras Estados Unidos vencerá a México. El panorama dejaría un paisaje nunca antes visto en el país. Con dos fechas por jugar, costarricenses y estadounidenses serían los primeros clasificados al mundial por parte de la zona, dejando a los hondureños necesitando un solo punto para lograr el pase. En la novena jornada, a una del final, El Tri recibiría a Panamá en el Estadio Azteca, donde no ha ganado, por el cupo de repechaje frente a Nueva Zelanda.
En 2010, el futbol mundial ovacionó a los “All Whites”. Un país potencia en Rugby quedó eliminado de la Copa del Mundo de Sudáfrica sin perder un solo partido (única selección en lograrlo). Ubicados en el grupo F, los empates a un gol con Italia y Eslovaquia le dieron la vuelta al mundo. El equipo Rey de Oceanía subió su categoría cuando Australia decidió competir en Asia. Menospreciados por el ranking de la FIFA, Nueva Zelanda está condenada a jugar un repechaje en cada proceso mundialista. El 2010 significó su segunda participación en esta competencia después de España 82. En un duelo ida y vuelta, superó a Bahrain por 1-0 en marcador global.
Después del martes, el 11 octubre México recibirá a Panamá donde puede definir el cuarto lugar de la tabla. Cuatro días más tarde cerrará su participación visitando a una clasificada Costa Rica, sin nada que jugar y el orgullo pisoteado. Un mes después, según el calendario pactado por la FIFA, la selección nacional recibiría a Nueva Zelanda en el Estadio Azteca para pagar la visita cinco días más tarde en Wellington, capital neozelandesa. Este hipotético panorama se derrumbaría si la escuadra nacional rompe el pronóstico y vence al equipo de las barras y las estrellas limpiando el panorama, recortando las distancias y así recobrar la confianza. Con mucho que perder, el camino al Mundial parece tener una larga escala a Oceanía. El pase al mundial, que en teoría se iba a festejar en el Azteca, podría darse a miles de kilómetros en plena madrugada nacional mientras un negocio de 600 millones de dólares se juega su validez.
