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Hilda García

08/06/2012 - 12:00 am

No son chapucerías…

Mientras estamos en medio de la guerra de encuestas, debates y marchas ante la jornada electoral del 1 de julio, el tema de la lucha contra el narcotráfico ha quedado diluido, tan diluido como “El Chapo”. Sin embargo, Estados Unidos sigue ejerciendo su propia lucha abriendo esta semana un frente en Puerto Rico y otro […]

Mientras estamos en medio de la guerra de encuestas, debates y marchas ante la jornada electoral del 1 de julio, el tema de la lucha contra el narcotráfico ha quedado diluido, tan diluido como “El Chapo”.

Sin embargo, Estados Unidos sigue ejerciendo su propia lucha abriendo esta semana un frente en Puerto Rico y otro en México.

En la llamada Isla del Encanto, detuvieron a 36 personas que enviaban desde el aeropuerto de San Juan drogas hacia Nueva York, Newark, Orlando, Miami y otras ciudades de la costa este en Estados Unidos. Incluso una decena de los detenidos son trabajadores de la aerolínea American Airlines que transportaban la droga en los compartimentos de las maletas.

El gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, ha denunciado en varias ocasiones que el endurecimiento del control de la frontera mexicana ha provocado que el Caribe sea la ruta utilizada para pasar las drogas a Estados Unidos vía Puerto Rico.

El frente que Estados Unidos abrió en México fue contra el cártel del Golfo al anunciar la imposición de sanciones contra María Alejandrina Salazar Hernández y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, esposa e hijo, respectivamente, del presunto líder del cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.

A través de la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro, el gobierno estadunidense designó como “narcotraficantes significativos” a estos familiares de “El Chapo”.

En el marco legal, esto significa que se les pueden confiscar bienes y congelar cuentas bancarias en territorio estadounidense. Significa también que no podrán realizar transacciones financieras o comerciales con entidades o ciudadanos estadounidenses. De esta manera se piensa que pueden restringirse las operaciones de “El Chapo” en ambos lados del Río Bravo.

A sus 55 años, Guzmán Loera es considerado por el Departamento del Tesoro como el responsable de la violencia que se ha desatado en México y el suministrador del 25% de la droga en Estados Unidos.

El cártel de Sinaloa no sólo domina el 50% del narcotráfico en México y el tráfico de mariguana en Chicago, Wisconsin y otras entidades de Estados Unidos, sino que está considerada como una de las más organizadas al transportar los estupefacientes en aviones, trenes, barcos, coches e incluso submarinos.

En su momento, Jack Riley, jefe de la DEA en Chicago señalaba: “Aunque Chicago se encuentra en el corazón de Estados Unidos, en el comercio de mariguana, estamos en la frontera con México”.

Las autoridades policiales estadounidenses afirman que ningún otro cártel tiene las redes internacionales de distribución de marihuaha y cocaína con que cuenta el de Sinaloa, que también introduce metanfetaminas en México y Centroamérica.

“El Chapo”, quien también aparece anualmente en la lista de la revista Forbes entre los multimillonarios del mundo con una fortuna de mil millones de dólares pasa a ser uno de los más influyentes.

Desde su fuga en enero del 2001 en un camión de lavandería, era el segundo hombre más buscado por el FBI e Interpol, y a la muerte de Osama Bin Laden ahora es el más buscado. Sin embargo, al igual que el talibán, se diluye entre las diversas geografías y entre los dólares que va dejando a su paso presionando a autoridades y policías. Siete millones de dólares como recompensa por su captura en México y Estados Unidos, no parecen suficientes y los equipos policiales de ambos países dedicados a capturarlo no lo han logrado aún. Van de chapuza en chapuza sin lograr detenerlo. Pues se dice que todo mundo sabe dónde se encuentra y cuando llegan al lugar se desvanece su figura.

Como ejemplo las revelaciones de hace unos meses que señalaban que en febrero de este año la policía mexicana estuvo a punto de detenerlo, pero que pareciera que alguien dio el pitazo y se diluyó entre sombras.

Y si bien todavía yo pensaba que el gobierno de Calderón lo estaba cercando para atraparlo antes de que concluya su sexenio en diciembre, tal y como en su momento lo quería hacer George W. Bush con Osama bin Laden, una vez más el gobierno de Barack Obama se adelanta en la lucha.  Quizá para beneficiarse de los bienes, quizá para resarcir su culpa en los operativos como “Rápido y Furioso”, quizá para que no crezca de más el mercado en el país, pero pareciera que si siguen en este camino, ellos serán quienes lo detengan y esto no serían chapucerías.

Hilda García
Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.

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