Miles de mujeres se movilizaron en América Latina para protestar contra la violencia, los feminicidios y la impunidad. Las principales ciudades fueron testigos de la rabia que ha generado la inequidad.
Buenos Aires, Argentina, 8 de marzo (AP).— El Día Internacional de la Mujer se conmemoró el lunes en varios países de América Latina con manifestaciones y paros en rechazo a la violencia de género y la inequidad laboral.
En Buenos Aires varios miles de mujeres rodearon el Congreso y reclamaron “basta de feminicidos”, uno de los pocos delitos que no disminuyó durante la pandemia de coronavirus.
Sobre figuras humanas de cartón pintadas de negro y sostenidas por las activistas, de un lado había fotos de mujeres asesinadas el último año y del otro el mensaje: “estamos nosotras porque ella nos falta”.
“Libres, vivas y sin miedo”, se leía en otro cartel sostenido por una adolescente.
Si bien el país sudamericano ha mostrado notables avances en los últimos años en la agenda de género, como la legalización del aborto y la reglamentación de un cupo laboral en la administración pública para personas trans, la violencia contras las mujeres no cesa.
En los primeros dos meses del año se perpetraron 50 feminicidios y un transfeminicidio a pesar de las medidas de distanciamiento que rigen en Argentina a causa de la pandemia, señaló un informe del Observatorio de Femicidios de la Casa del Encuentro.
En movilizaciones similares en otros centros urbanos del país, el foco de los reclamos estaba puesto en una reforma de la justicia con perspectiva de género. “Basta de justicia patriarcal”, proclamó Ni una menos, el colectivo de distintas organizaciones feministas que desde 2015 protagonizan multitudinarias protestas callejeras.
El Presidente Alberto Fernández y todos los gobernadores firmaron el lunes un acuerdo contra la violencia de género.
“La reacción estatal es lenta o no existe y ahí tenemos una gran responsabilidad los que gobernamos este país”, dijo el Presidente, quien también instó a una reforma de la justicia.
El acuerdo busca una gestión rápida y coordinada de los casos de violencia machista en el Poder Judicial, fortalecer la capacitación con perspectiva de género en las fuerzas policiales y generar mecanismos que faciliten las denuncias de casos que involucren a miembros de las fuerzas de seguridad.
Por su parte, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, trató de centrar la atención en el alto número de mujeres en su gabinete y no en el hecho de que se ha negado a romper con un candidato a gobernador acusado de violación.
Las manifestaciones por el Día de Internacional de la Mujer centraron la atención en las contradicciones de López Obrador. Aunque es un progresista cuyo lema es “primero los pobres”, el mandatario también es un conservador social que deja el aborto en manos de las legislaturas estatales y dice que la familia es el centro de la sociedad.
Esas contradicciones se exhibieron en la vasta plaza central de Ciudad de México, luego de que el gobierno colocó vallas de acero antidisturbios frente al Palacio Nacional mientras activistas adornaron las estructuras con flores y los nombres de mujeres víctimas de asesinato.
En Caracas, decenas de mujeres protestaron en favor de la igualdad y en contra de violencia.
Marcando su independencia de cualquier partido político, las activistas cuestionaron las políticas de género del gobierno de Nicolás Maduro.
“Su narrativa del feminismo es falsa, siempre y cuando las mujeres en Venezuela suframos la vida que estamos sufriendo: precarizados, violentada, sin derechos y sin voz. Sobre todo sin voz”, dijo Zuleika Matamoros, una maestra feminista que exigió la legalización del aborto como muchas otras mujeres que asistieron a la protesta.
“Estado machista, violento y opresivo defiende a las mujeres solo en televisión”, coreaba Matamoros, quien portaba un cartel con consignas y vestía el verde representativo del movimiento feminista.
En Ecuador, decenas de mujeres salieron a las calles contra la discriminación y en reclamo de políticas estatales efectivas para frenar la violencia machista. También reclamaron por la legalización del aborto.
Diana Herrera, del colectivo Creando Juntas, destacó que este año 20 mujeres han sido asesinadas y exigió “la despenalización del aborto… tomando en cuenta que las cifras de embarazo infantil son sumamente altas”.
En Bolivia, dos grupos de mujeres, uno afín al gobierno del Presidente izquierdista Luis Arce y otro integrada por activistas opositoras, marcharon en La Paz, algunas con pocas medidas sanitarias de seguridad.
El grupo oficialista marchó encabezado por algunas ministras hasta la casa de gobierno donde el Presidente Luis Arce rindió un homenaje a las mujeres. En tanto, activistas del colectivo Mujeres Creando se manifestaron con carteles para reclamar medidas concretas que frenen la violencia machista.
Bolivia registró 113 feminicidios en 2020 y es uno de los países con mayor índice de violencia de género en relación con sus 11 millones de habitantes.
En Chile miles de mujeres marcharon pacíficamente por las principales avenidas del país convocadas por la Coordinadora Feminista 8M bajo el lema “contra el patriarcado y contra el terrorismo de Estado”. En el gran Santiago las manifestantes usaban mascarillas, pero de a ratos no respetaban el distanciamiento físico recomendado por la pandemia.
A pesar de que están prohibidas las reuniones superiores a 50 personas por las restricciones sanitarias en Santiago, la policía se mantuvo a una distancia prudente.
Al atardecer en la Plaza Italia, centro de las protestas en la capital, un grupo de hombres vestidos con buzos blancos y los rostros cubiertos, se subieron a un monumento —de un jinete a caballo— e intentaron cortar las patas del animal, pese a los gritos de protesta de las mujeres. La policía llegó poco después y dispersó momentáneamente a los manifestantes con chorros de agua y gases lacrimógenos. No se observaron detenidos.