Fueron alrededor de 10 minutos de incertidumbre: los policías intentaban convencer al “Monty” de que bajara, de que valía la pena vivir; la gente que rodeaba la escena también lanzó mensajes de ayuda. Pero las palabras no dieron en el blanco. “El Monty” no quiso escuchar.
Por Nazul Aramayo
Saltillo, Coahuila, 7 de febrero (Vanguardia).- ¿Qué harías si un hombre arriba de un puente peatonal amenaza con aventarse, y las palabras de ayuda y aliento no funcionan? ¿Cómo salvar a alguien cuya voluntad es quitarse la vida? Cuatro elementos de la Policía Municipal tienen la respuesta y lo demostraron ayer por la mañana.
“Subimos al puente, subo a su propia altura para dialogar con la persona y tratar de que bajara por sus propios medios, pero la persona no accedió hasta que lo estiramos para poderlo bajar”, explicó el oficial Marco Antonio Martínez de León, quien junto con Gregorio Torres, Francisco Javier Rodríguez Banda y José Gómez Hernández rescataron a Pilar Montes, “El Monty”.
Eran cerca de las 10:00 horas cuando el Sistema de Emergencias recibió la llamada de que un hombre estaba en el puente del bulevar Otilio González, a la altura de la colonia Nueva Imagen; se encontraba sobre la barra metálica, con los brazos abiertos, de espaldas, amenazando con dejarse caer.
“Cuando subo ahí con la persona, lo primero que dice es que nos bajáramos, que no quería saber nada de nadie, que si subíamos ahí con él, iba a tirarse; también que su esposa había fallecido de cáncer aproximadamente hace un año, y era el motivo por el cual quería quitarse la vida”, dijo el oficial Martínez de León.
Fueron alrededor de 10 minutos de incertidumbre: los policías intentaban convencer al “Monty” de que bajara, de que valía la pena vivir; la gente que rodeaba la escena también lanzó mensajes de ayuda. Pero las palabras no dieron en el blanco. “El Monty” no quiso escuchar.
Un camión de transporte público llegó con un colchón para amortiguar la caída que parecía inevitable.
¿De qué tamaño será el dolor, el vacío o la crisis que te lleva a subir un puente de aproximadamente cinco metros de altura para lanzarte hacia el pavimento?, una caída que incluso podría no ser fatal.
Especialistas en salud mental y sobrevivientes de intentos suicidas comentaron que cuando uno atraviesa una depresión o desolación tan fuerte, el suicida no ve ninguna otra salida más que la muerte.
Pero el suicida no quiere morir, quiere acabar con su dolor, explicaron, es por eso que existen posibilidades para rescatar a una persona que la mayoría de las veces necesita ser escuchada, terapia, apoyo psicológico o psiquiátrico.
OPUSO RESISTENCIA
“Hay muchos tipos de casos, donde si no actúas, se pierde la vida de la persona”, dijo el oficial Martínez de León. Al ver que las palabras no convencían al “Monty”, los policías decidieron retenerlo físicamente.
Martínez de León lo sujetó de la camisa y lo jaló hacia dentro del puente, mientras José Gómez Hernández subió a una escalera y lo agarró del pie. Pero “El Monty” se impulsó hacia atrás.
Los oficiales no lo soltaron. Gregorio Torres y Francisco Javier Rodríguez Banda agarraron por los pies al hombre y lo jalaron hacia dentro del puente, donde fue resguardado.
RESCATES EN LAS ALTURAS
El 30 de enero un hombre que también quería lanzarse de un puente del periférico Luis Echeverría Álvarez a la altura de la colonia Guerrero al sur de Saltillo, para morir. Policías y civiles intentaron salvarlo, entre ellos un joven de 16 años.
El 4 de enero en Torreón, otro hombre duró horas en lo alto de una antena de la CFE, en la colonia Zaragoza, amenazando con dejarse caer. El rescate fue realizado por elementos de la Guardia Nacional, Bomberos y Protección Civil, pero una imagen se volvió viral: una mujer llegó con una caguama y le gritó al hombre: “bájate, mira lo que te traje”. El mensaje no obtuvo respuesta, pero una vez más evidenció la solidaridad de los ciudadanos que ven a una persona en riesgo.
Una psicóloga forense que platicó con VANGUARDIA también narró la vez que, junto a su equipo, rescató a un hombre de tirarse desde un puente peatonal. Después de horas de tensión y trabajo psicológico, ella finalmente le dijo “ya ven, vamos por un cigarro”. El hombre bajó. No fue el cigarro, aclaró la especialista y coordinadora de un programa municipal de prevención del suicidio, fue el trabajo psicológico.
